¡¡El calor que hace!!
Por Cynthia Briceño, publicado el 28 de enero de 2019Si bien las altas temperaturas en esta época de verano nos llevan a exclamar más de una vez al día esta expresión, es el empleo del artículo con valor enfático lo que contribuye a enunciarla con mayor intensidad.
En nuestra lengua castellana, un buen número de oraciones llegan a constituirse en exclamativas, directas o indirectas, con el uso enfático de los artículos determinados (el, los, la, las). De esta manera, el enunciado ¡El calor que hace! equivale a decir ¡Qué calor hace!; ¡La suerte que tiene!, a ¡Qué suerte tiene!; ¡Los zancudos que hay!, a ¡Cuántos zancudos hay!; No te imaginas el calor que hace en Piura, a No te imaginas cuánto calor hace en Piura y Si supieras las ganas que tengo de ir a la playa, a Si supieras qué ganas tengo de ir a la playa.
Las construcciones con artículo enfático cumplen muy bien su función en tres contextos fundamentales (Nueva gramática de la lengua española. Manual, 2010: 42.4.5d): en oraciones exclamativas directas (¡¡Los kilos que he subido!!; ¡En el problema que te has metido!; ¡El sueño que tengo!), en oraciones subordinadas a un predicado que selecciona exclamativas indirectas (Es admirable lo rápido que aprende [Es admirable qué rápido aprende]; Escucha los conmovedores versos que recita [Escucha qué conmovedores versos recita]), y en oraciones subordinadas a predicados que seleccionan interrogativas indirectas (No sé el tiempo que invertiré [No sé cuánto tiempo invertiré]; Depende de lo importante que sea [Depende de cuán importante sea]).
Es preciso señalar que el empleo del artículo enfático en oraciones exclamativas indirectas puede generar ambigüedad. Así, con la oración Mira los zapatos que está comprando puede pedirse al receptor que dirija la mirada hacia determinados zapatos, o bien se puede sugerir una idea similar a ‘Mira cuántos zapatos está comprando’, o a ‘Mira qué zapatos tan bonitos está comprando’. Así también, una misma oración puede interpretarse como interrogativa y exclamativa; por ejemplo, el enunciado No conoces el carácter que tiene: es orgulloso y displicente exige una interpretación exclamativa, mientras que No conoces el carácter que tiene, debes tratarlo un poco más requiere una interpretación interrogativa. En conclusión, y como se puede apreciar, cualquiera que sea la circunstancia, será el contexto el que ayude a determinar el sentido.
El artículo lo también resalta enfáticamente un adjetivo o un adverbio: ¡¡Lo simpáticos que son estos chicos!!; Es de suponer lo tarde que llegó a la reunión. Un rasgo importante es que lo con valor enfático no sustantiva al adjetivo que acompaña, pues este puede aparecer en femenino y plural: ¡Si vieras lo hermosas que están las plantas!; No te imaginas lo frescas que son estas camisetas. En estos casos, el artículo lo sustantiva a toda la secuencia dentro de la cual se ubica la oración de relativo correspondiente (Gómez Torrego. Hablar y escribir correctamente, 2006: 257): Si vieras lo hermosas que están las plantas! = Si lo vieras o Si vieras eso; No te imaginas lo frescas que son estas camisetas = No te lo imaginas o No te imaginas eso. Asimismo, lo presenta valor enfático en expresiones formadas con los verbos ser o estar seguidos de la preposición de y de un adjetivo en grado comparativo: ¡Es de lo más gracioso!; ¡Está de lo más entusiasta!; ¡Eres de lo más ingenuo!
Por otro lado, el empleo del artículo enfático ha generado oraciones propias del registro coloquial (Gómez Torrego. Gramática didáctica del español, 2011: 67); es el caso del artículo la que, por elisión del sustantivo cantidad, forma con la preposición de una especie de locución cuantitativa enfática: ¡La de calor que hacía! (¡La [cantidad] de calor que hacía); ¡La de horas que ha llovido! (¡La [cantidad] de horas que ha llovido!).
Finalmente, y como señala Álex Grijelmo (La gramática descomplicada, 2006: 328), el hablante tiende a determinar lo abstracto para destacarlo y hacerlo cercano (No te imaginas la paz que transmitía). Y justamente esta función la cumplen los artículos determinados (la, las, el, los) y el neutro lo, artículos tan versátiles incluso para la formación de oraciones exclamativas… ¡Lo interesantes que son!
Cynthia Briceño Valiente
La calor que hace por acá!
Al sentir calor uno dice “hace, siento o tengo calor.
¿Porqué para hambre, que igual es una sensación, no se dice “hace hambre”.?