Garcilaso Inca de la Vega (1539-1616) Comentarios reales de los incas
Por Manuel Prendes Guardiola, publicado el 16 de abril de 2013Para conocer la primera historia del Perú, abundan en nuestros días los competentes historiadores. Ahora, para entender cómo el mundo interpretó al Perú durante tres siglos, y cómo en aquel tiempo los peruanos se conocieron a sí mismos, nada mejor que regresar, de principio a fin, a los Comentarios reales. El lector de hoy, como el de ayer, encontrará en la prosa del Inca Garcilaso de la Vega una de las mejores que se hayan escrito en español, por su claridad y por su elegancia (que significa falta de adorno pero no falta de cuidado). Por eso ha envejecido tan poco y su lectura aún resulta amena, llena de episodios variados entre los que Garcilaso conduce amablemente a sus lectores: cosas grandes y chicas (“desde lo más ínfimo del ejercicio de los vasallos hasta lo más alto de la corona real”), anécdotas y vivencias propias que convierten esta crónica en un documento más personal que cualquier otra “crónica de Indias”. Ello se aprecia especialmente en la segunda parte de los Comentarios, mal llamada a veces Historia general del Perú, donde el anciano escritor mestizo pasa de testimoniar los vestigios de la gloria de los incas a presentarse como testigo, personaje y hasta víctima personal de los eventos posteriores a la Conquista. Garcilaso escribe la historia de un país que identifica con su propia estirpe real y, en última instancia, con su propia vida y personalidad: su talante de artista, así, le asegura una pervivencia más larga que la que hubiera podido obtener como historiador.
Hay que tener cuidado con una lectura superficial de Comentarios reales. En la segunda parte justifica la matanza de los españoles
En efecto, eso es lo que hace (de modo evidente). ¿Y cuál es la lectura no superficial?