Inca Garcilaso de la Vega, Obras Completas
Por Carlos Arrizabalaga, publicado el 26 de julio de 2016
Edición de Carlos Araníbar. Lima, Biblioteca del Perú. Colección Bicentenario, 2016, 3 vols.
Se han presentado, en Lima y en Madrid, los tres magníficos volúmenes de las Obras Completas del Inca Garcilaso de la Vega, auspiciadas por el Centro Cultural del Ministerio de Relaciones Exteriores. Al mismo tiempo se inauguró la muestra “El Inca Garcilaso y el nacimiento de la cultura mestiza de América”, que se expone en las espléndidas salas del Centro Cultural (Ucayali 391, Cercado de Lima). En la capital española coincidió con una discreta pero muy hermosa exposición de la Biblioteca Nacional de Madrid sobre el Inca Garcilaso, con primeras ediciones, documentos y ediciones de obras que el Inca leyó y poseyó en su rica biblioteca, tan bien estudiada (y rescatada) por el profesor José Durand, a quien Paul Firbas y los demás curadores olvidaron mencionar en la muestra, aunque el título de la misma hiciera clara referencia al clásico estudio del catedrático peruano.
La edición de las obras completas del Inca es una magna obra póstuma del profesor Carlos Araníbar (Lima, 1928-2016), reconocido catedrático de la Universidad San Marcos, que contó con el apoyo incondicional de los editores de El Comercio, sin cuyo concurso no habría sido posible el arduo trabajo de modernizar la obra del “más excelso prosista que ha habido en el Perú y el más leído de nuestros escritores”. Incluye además de sus obras la traducción de León Hebreo y las cartas que sacó a la luz Eugenio Asensio en 1954. Existía una edición a cargo de jesuita Carmelo Sáenz de Santa María, en la Biblioteca de Autores Españoles, fechada en 1963. Con el centenario de los Comentarios reales salió otra edición de sus obras a cargo de Mercedes López-Baralt que aportaba también una introducción algo enjundiosa, pero que tampoco aportaba nada nuevo a los estudios y ediciones de Ángel Rosenblat, Aurelio Miró Quesada, Raúl Porras Barrenechea y José Durand Flores.
En esta nueva edición colaboraron, entre otros, Jorge Coaguila y Ángela Luna, bajo la dirección de Alonso Ruiz Rosas, del Centro Cultural Inca Garcilaso. La presentación estuvo a cargo de la especialista en literatura hispánica Raquel Chang-Rodríguez. En Madrid intervinieron también Fermín del Pino y Max Hernández.
Pero la edición es fruto del titánico esfuerzo del profesor Araníbar. Siguiendo el método aprendido de Raúl Porras, el profesor sanmarquino había ofrecido ya en 1991, su edición en el Fondo de Cultura Económica de los Comentarios Reales, modernizada “de acuerdo con las rigurosas pautas académicas que se estilan para antiguos textos histórico-literarios”, que el profesor Mazzotti observó demasiado acremente tildándola caprichosamente de “reescritura”. Solo Luis Jaime Cisneros defendió esa “olvidada” edición, que por cierto es la que más se ha vendido en los últimos años con más de treinta reimpresiones.
Araníbar parece aludir veladamente a sus detractores reafirmándose en su postura de “actualizar ortografía, tildación y puntuación, redistribuir párrafos muy extensos y reemplazar por sus equivalentes actuales los arcaísmos, locuciones obsoletas y cultismos desusados”, para facilitar la lectura a un público lo más amplio posible. En realidad todo ello es perfectamente legítimo salvo los reemplazos léxicos y fraseológicos mencionados, que una buena edición filológica procurará no distorsionar con equivalencias siempre riesgosas, sino explicar o aclarar en nota al pie de página, con lo que concedemos también su parte de razón a Mazzotti. Pero es una observación menor. El profesor Araníbar prefirió no distraer al lector con constantes llamadas de atención a notas que le resultaban fastidiosas, y optó por ofrecer detallados glosarios finales para las distintas obras. Un glosario compendiado hubiera evitado las odiosas reiteraciones, pero hubiera sido una labor ímproba. Además sus glosarios son lo que más aplausos han recibido de parte de los garcilasistas: verdaderos y agudos comentarios de los Comentarios Reales. El mismo método lo aplicó a la edición también monumental de Guamán Poma de Ayala y de ello darán seguro testimonio los historiadores. Antes había editado parte de la obra de Cieza de León y la Relación de Antigüedades de Santa Cruz Pachacuti.
El fallecimiento del profesor Araníbar en las fechas próximas a la presentación de esta gran edición de las obras del Inca puso de luto al mundo intelectual peruano, pero cabe expresar un agradecimiento al callado y diligente esfuerzo escudriñador que nos legó a través de la edición de obras fundamentales de nuestro pasado virreinal y al menos la satisfacción de que en este caso -¡cuántos se quedan en el camino!- un ambicioso proyecto humanístico de largo aliento pudo llegar gracias a la tenaz determinación de Araníbar a su valiente culminación.
Carlos Arrizabalaga
Universidad de Piura
Por favor indíquenme cómo puedo comprar estos 3 magníficos libros de las Obras Completas del Inca Garcilaso de la Vega, considerando que vivo en Quito. Gracias
Este personaje, el Inca Garcilaso de la Vega no solo pertenece al Perú, sino a todos los países actuales que en aquella época pertenecíamos al Tahuantinsuyu, o sea Chile, Argentina, Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador y Colombia…