Ite, missa est

Por , publicado el 21 de agosto de 2024

El pasado 15 de junio asistí a un retiro de preparación de primera comunión donde el sacerdote valenciano Carles Such nos explicó las partes de la misa. Me llamó la atención el saludo de despedida Ite, missa est que se pronuncia aún en algunas iglesias al terminar la ceremonia eucarística; no en todas, ya que muchas culminan en español sin emplear la lengua madre del castellano, de allí que hablaremos de dicha expresión y de la ortografía de las palabras latinas. 

Muchas personas creen que Ite, missa est significa «Pueden irse, la misa ha terminado», pues erróneamente piensan que la palabra missa del enunciado hace referencia a la ‘celebración donde el sacerdote renueva en el altar el sacrificio del cuerpo y la sangre de Cristo bajo las especias de pan y vino’ (DLE, 2014, v. 23.7). Sin embargo, no es así, porque en el bajo latín missa —que a su vez procede de missio ‘envío’— significa ‘despedida’, y no el español misa sinónimo de ‘eucaristía’, según la tradición católica. Ite significa ‘idos, váyanse’, missa est ‘ha sido enviada’ porque en esta expresión litúrgica, missa es el participio pasivo del verbo mittere ‘enviar’, por lo tanto, Ite, missa est traducida literalmente sería «Id, (la liturgia o plegaria) ha sido enviada» o «Váyanse, es la despedida». 

En esta misma línea, Benedicto XVI en su exhortación apostólica Sacramento de Caridad señalaba que, en la antigüedad, missa significaba simplemente ‘terminada’ y que en el uso cristiano fue donde adquirió un sentido más profundo el de «misión». Este saludo de despedida —como decía Joseph Ratzinger— «expresa sintéticamente la naturaleza misionera de la Iglesia» (Exh. Ap. Sacramentum Caritatis, 51) Entonces, cuando escuchen estas palabras latinas al final de la Santa Liturgia recuerden que hace referencia a ese compromiso o misión de trasmitir con el ejemplo lo aprendido en la celebración, siendo reflejo del amor de Jesucristo y no que «la misa terminó». 

Con respecto a la ortografía de las locuciones o expresiones latinas, tal como indica la OLE (2010, pp. 610-612) estas se mantienen inalterables, respetando sus formas originales y sin acento gráfico, pues el latín es una lengua que no posee tildes. Asimismo, se escribirán en cursiva (o entre comillas) para indicar al lector que la expresión no es propia del español, por ejemplo: ad libitum ‘a voluntad, a discreción’, ad nauseam ‘hasta la náusea’, ‘hasta resultar molesto’, articulo mortis ‘en el momento de la muerte’, corpore insepulto ‘con el cuerpo sin sepultar’, curriculum vitae ‘carrera de la vida’, ex aequo ‘en pie de igualdad’, grosso modo ‘a grandes rasgos’, honoris causa ‘por razón o causa de honor’, nemine discrepante ‘sin que nadie discrepe’, sui generis ‘singular o peculiar’,  vox populi ‘voz del pueblo’, etcétera.

Esta es la regla que rige actualmente, ya que antes sí se permitía colocar tildes. Es a partir del año 2010, con la publicación de la nueva Ortografía de la lengua española, que no se admite la adaptación o castellanización de las locuciones latinas. 

Cabe señalar que no debemos confundir locuciones latinas —pluriverbales conformadas por más de una palabra— con las voces latinas simples —univerbales, de una sola palabra— que se adaptan plenamente al español y siguen las reglas ortográficas del sistema de la lengua castellana: accésit, cuadrivio, cuórum, currículum o currículo, déficit, etc. Si se quiere mantener la forma latina original de dichas voces simples —latinismos crudos o no adaptados—, se escribirán, o bien en cursivas, o bien entre comillas y sin tilde como en el caso de las expresiones pluriverbales: accessit o «accessit», quadrivium o «quadrivium», quorum o «quorum», curriculum o «curriculum», deficit o «deficit», etcétera.  

Una vez entendida la ortografía de los latinismos, es importante también la traducción correcta, no debemos suponer los significados de dichas expresiones. Recordemos que Ite, missa est no significa «La misa ha terminado, pueden ir en paz», como escuchamos en español muchas veces al finalizar la liturgia, sino que en latín tiene una connotación mucho mayor, la de dar testimonio de esa fe divina, por lo tanto, al responder «demos gracias al Señor» nos comprometemos a ser misioneros de tal espiritualidad. 

 

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