Judas /un judas

Por , publicado el 28 de enero de 2012

Nos encontramos frente al caso en el que los nombres propios pueden convertirse en nombres comunes. Y esto se produce por dos razones:

  1. Cuando el nombre propio pasa a designar un producto o un objeto con él asociado: un tabernero (cierta clase de vino), unos quevedos (cierto tipo de lentes), un edam (cierto tipo de queso neerlandés).
  2. Cuando los nombres comunes designan seres o lugares que poseen los rasgos más notables o característicos del referente original, convertido ya en un arquetipo: un judas, una celestina, un quijote, un potosí, etc.

Según la Ortografía de la lengua española (2010), estos nombres por ser comunes deben escribirse con minúscula, salvo en los casos en los que, “sin abandonar su condición de nombre propio, este funciona morfosintácticamente de modo análogo al nombre común, admitiendo su uso en plural y la anteposición de determinantes o especificadores, como en Las Irenes de mi clase son agradables o Visitó las dos Córdovas, la española y la argentina”.

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