La anáfora y la catáfora en la cohesión textual 

Por , publicado el 4 de diciembre de 2024

La cohesión es una propiedad fundamental de todo texto. Esta posibilita que las ideas se conecten y se relacionen entre sí a fin de salvaguardar la progresión temática y facilitar la comprensión del mensaje (Beaugrande y Dressler, 1997, Introducción a la lingüística del texto). Para lograr tales objetivos, se emplean distintos mecanismos lingüísticos, dentro de los cuales están los de referencia: la anáfora y la catáfora. En esta oportunidad, trataremos sobre dichos recursos. 

La anáfora es el fenómeno lingüístico que se produce cuando un término se refiere a otro que ha sido mencionado anteriormente dentro del texto, estableciendo así un vínculo semántico entre ellos, en el que el segundo elemento adquiere su sentido en virtud del primero. Para ello, se pueden emplear diversas formas lingüísticas: pronominales (pronombres personales, demostrativos, posesivos, etc.) y sustantivos o sintagmas nominales; también, pero con menor regularidad, podrían utilizarse formas adverbiales y adjetivales. En el siguiente ejemplo El chef preparó una deliciosa cena. Él utilizó ingredientes oriundos de nuestra región, el pronombre personal (Él) hace referencia al sustantivo chef, estableciendo una conexión semántica entre ambas ideas. De este modo, se evita la redundancia y la ambigüedad, lo que conlleva que el receptor comprenda la información de una manera más clara y fluida. Por esta razón decimos que la anáfora contribuye a mantener la continuidad temática y referencial del discurso. 

La catáfora es el procedimiento opuesto a la anáfora, es decir, se emplea un elemento para hacer referencia a otro que aparecerá más adelante en el discurso. Por ejemplo, en la expresión, Aunque no piense como él, aprecio mucho a mi hermano, el pronombre él se utiliza para referir de manera anticipada a una persona cuya identidad recién es revelada en la segunda parte de la oración (mi hermano). Así, es el pronombre el que posibilita establecer una relación entre las dos oraciones al anticipar una idea que es desarrollada posteriormente. De esta manera, la catáfora contribuye a la cohesión en el texto al construir la referencia de forma progresiva y anticipada, preservando el orden lógico de la información. 

En efecto, ambos mecanismos aportan a la cohesión textual. Por un lado, facilitan que las ideas se conecten entre sí de forma lógica y eficiente; lo que permite la continuidad de las ideas y, con ello, la claridad del mensaje y su comprensión. Por otro, contribuyen a mantener la fluidez del texto, ya que evitan repeticiones innecesarias, ya sea de elementos mencionados antes o que se indicarán posteriormente, lo que facilita no solo a la concisión del texto, sino también a la economía lingüística.  

En conclusión, estimado lector, estos dos mecanismos se complementan y desempeñan un papel esencial para la cohesión del texto. Por ello, debemos tener cuidado para emplearlos adecuadamente y evitar confusiones en referencias erradas que podrían impedir la efectividad de la comunicación.  

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