La fuerza del lenguaje
Por Kira Elena Morales Zamora, publicado el 16 de septiembre de 2020Suelo decirles a mis estudiantes que, como vivimos inmersos en nuestra lengua, creemos que no tenemos que preocuparnos por conocerla. Damos por sentado que, como logramos comunicarnos, no hace falta nada más. Sin embargo, ¿es nuestra lengua tan solo una herramienta?
En una entrevista realizada por José Miguel Ferrer, publicada en El Diario, de Venezuela, el secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), Francisco Javier Pérez, afirma que «La lengua es la clave para el renacer de una sociedad». Plantea que en la vida muchas veces ignoramos el poder que tiene el lenguaje en cuanto delimitante de lo real. Explica que «Hablar una lengua y crecer en ella es una manera particular de ver el mundo, de edificarlo, de pensarlo y de comunicarlo». Entre las distintas cuestiones que trata, Ferrer interroga a Pérez sobre la posibilidad de que el lenguaje sea excluyente, a lo que él responde:
Las lenguas no excluyen ni incluyen. Responden, más bien, a una capacidad para reflejar las transformaciones humanas y sociales. Las lenguas son criaturas sociales y ello las hace sensibles a las fuerzas sociales de todo tipo. Si la sociedad excluye, la lengua excluirá. Si, en cambio, la sociedad resulta incluyente, la lengua será abierta y plural.
Llama la atención el hecho de que toda lengua es como un ser vivo y que su evolución está en el cambio. Es importante, en este caso, pensar en que lo excluyente no será el lenguaje sino la sociedad y el uso que esta le dé. Pensemos en el clásico 1984 de Orwell: la lengua por sí misma no cambia, no es el uso lo que se impone, sino que hay una intención, el propósito de El Partido de modificarla, mutilarla, lo que en realidad significa su pérdida: «La destrucción de las palabras es algo de gran hermosura», afirma Syme.
Está claro que hay conciencia, por un lado, de que intentar colocar camisas de fuerzas al lenguaje es asesinarlo; y, por otro, que si se juega a destruir el lenguaje, si se apuesta por su deterioro, se estará menoscabando también lo social y será más fácil dominar autómatas que repiten instrucciones mas no piensan. En palabras de Pérez: «Hablar de cualquier manera es no solo desconocer la conciencia lingüística, sino construir tu mundo también de cualquier manera». Nuestra lengua es reflejo de lo que somos.
Ahora bien, la evolución no siempre es reconocida por el hablante como algo bueno. Quien usa la lengua a conciencia no siempre ve con buenos ojos tales variaciones y olvida que siempre cambia la forma de hablar, cambia la forma de escribir. Así, cada vez es más coincidente que las personas escriban la locución adverbial sobre todo unida (sobretodo), cuando tal vocablo se refiere al abrigo que cubre hasta los pies. Otros, por su parte, ni se enteran de tales transformaciones. Verbigracia, en 1959, la Real Academia de la Lengua Española decretó que los monosílabos agudos no lleven tilde. Han pasado 61 años y personas que ni siquiera habían nacido para ese entonces aún escriben fé, Diós, fué por señalar algunos. Una vez más, se puede decir que no hay forma de imponerse a la lengua, sino todo lo contrario, es la lengua la que, para bien o para mal, siempre se impone.
Qué fue primero????? La necesidad de comunicarse creo un lenguaje, por señas u oral, que se fue ampliando y regulando. También cambiado y modificando para que los vecinos no se enteren y se crearon la lenguas. Hasta que vinieron los “cultos” que, sabiendo algo más que la masa, comenzaron a regularlo a dar normas que sólo ellos las acataban. Más adelante vino la escritura y complicó más el panorama. La gran diferencia entre los “cultos” y “el pueblo” hizo que los gurús del idioma comiencen a dar normas que la mayoría no solo no las acataba, sino que ni se enteraba.
Esa elite formó la RAE que sigue dictando normas que solo unos cuantos las leen y de esos la mitad no hace caso y habla y escribe de la forma natural y con expresiones locales que solo los nativos entienden.
Se difundió el castellano, como idioma, y hoy es hablado en el mundo por muchísimos más individuos que los que hay en España, donde su uso es limitado.
Que más y mas o te y té los diferencien por llevar su inútil tilde no lo entiendo. Te invito a tomar una tasa de te. Con y sin tilde la infusión del llamado te es te. Así con otros casos.
Y hay más de lo que se puede hablar en este tema.
Me contentaría con una RAE que únicamente se dedique a normar la sintaxis, sería genial.
Cuaías formas hay de decir “Hoy voy a comer salchichas”, “A comer salchichas hoy voy” “Hoy a comer salchichas voy”. “Sachichas voy a comer hoy” ,,,
Cuál es la forma aceptada por la RAE
“…ya te acusé con mis hermana.” o “…ya te acusé a mis hermana.”
Han visto? “..Verbigracia, en 1959, la Real Academia de la Lengua Española decretó que….”
Cuándo es que la RAE cambíó y dejóde llamarse “…de la Lengua…”
La fuerza del lenguaje se ve amenazada por la fuerza de la RAE, que se resiste a aceptar formas, partes y expresiones de “la calle” (expresión limeña para nombrar al pueblo vivo) esto es lo que habla la mayoría.
Por ejemplo, ¿por qué no se registra la contración “pal” (para el) tan lógica y usada tan bien formada como “al” y “del”?
Buenas tardes quisiera saber la forma correcta de escribir está frase
Y si en sueños pudiera Volar yo llegaría hasta a ti ó hasta ti?????
Alanis, con la liberalidad con que escribies: está, Volar y ó, depende de lo que quieres decir:
“llegaría hasta a ti”, si ti es el nombre de un lugar (como decir hasta Matucana, p.ej.), no parece mal ya que indicas que ese es el límite. Sin la “a” indicarías que harías el esfuerzo hasta donde llegar.