Patria, de Fernando Aramburu
Por Crisanto Pérez Esain, publicado el 12 de febrero de 2019Y Dios en la última playa (de Cristóbal Zaragoza), El hombre en su soledad, Esos cielos (ambas de Bernardo Atxaga), Plenilunio (de Antonio Muñoz Molina) son novelas que tratan el tema del terrorismo de ETA desde distintos puntos de vista, centrados en los propios terroristas antes y después de sus acciones, en las víctimas, en los policías que persiguen a los terroristas después de un atentado sin comprender el apoyo que estos reciben de parte de la sociedad que configura un mundo complejo y contradictorio. Patria, de Fernando Aramburu (2016), constituye un hito en ese género, porque, de alguna manera, intenta abarcar todo el complejo terrorista sin olvidarse de nadie ni de víctimas ni de verdugos ni de quienes apoyan a unos o a otros.
La novela ofrece una estructura ciertamente compleja, en la que cada hilo argumental forma parte de un tejido amplio que toma como punto de partida la familia. La familia, el pueblo son las unidades de medida social de un mundo que, pese a ser económicamente una de las zonas más avanzadas e industrializadas de España, sigue viéndose a sí mismo como un mundo rural, en el que las relaciones sociales se establecen a partir de las cuadrillas, cuyos miembros pasan entre la huerta y la tertulia en la barra del mismo bar de todas las tardes, con un vaso de vino –un txiquito, se diría allá–, en la mano.
El título no es gratuito, y ofrece visos irónicos. Los terroristas dicen luchar por la libertad de Euskal Herria, su patria, y sienten el apoyo de parte de la población sin tener en cuenta que la falta de un apoyo total deslegitimaría esas intenciones libertadoras. La patria es la familia, pero también la cuadrilla, la taberna y las calles del pueblo en el que vive Bittori, que no entiende que los vecinos y amigos de toda la vida le nieguen el saludo por el simple hecho de que ETA ha matado al Txato, su esposo, dueño de una empresa de transportes que comenzó de muy abajo, y que ha sido asesinado por no pagar el impuesto revolucionario. Patria es también, etimológicamente, la tierra del padre. Los hijos del asesinado huyen del pueblo e insisten en que su madre también lo haga, y ella solo desea poder pasear por sus calles para que sus amigos de toda la vida la vuelvan a saludar, sobre todo Miren, madre de Joxian, que es quien mató a su esposo. Esta novela se aproxima a la contradicción de una sociedad que es capaz de olvidar qué está bien o qué está mal, que prefiere la frialdad con la víctima por el simple hecho de que el asesino es también un hijo, es de la familia, de la cuadrilla, del pueblo. Un mundo en el que el rencor lo tienen los asesinos y en el que las víctimas, a las que se les rompe la vida, tan solo desean ser aceptados, aunque sea con un frío beso en la mejilla, en mitad de la lluvia, un domingo al salir de la misa.
Esta novela ―cuya trama está ligada a un hecho real y por momentos casi cotidiano en el País Vasco y en Navarra― es, sin embargo, un estudio profundo de la naturaleza dura y tierna del ser humano, contradictoria, en la que resulta tan duro –y liberador–, pedir perdón como darlo. Ligada a la geografía localista del norte de España, muestra unos valores sin duda universales, escrita por un autor que no solo sabe contar las cosas, sino también, con los ojos de la memoria, mirar el mundo, el pueblo, la cuadrilla, la taberna, la familia, el ser humano, en la soledad de una celda o en la de una tarde lluviosa enfrente de quien empuña una pistola que está dispuesto a emplear por más que apunte a un hombre que sabe bueno y que conoce de toda la vida.
Crisanto Pérez Esain
¿Cuándo se formó y cómo cambió el apellido Aramburu o Aramburú?
Existe “La avenida Andrés Aramburú es una avenida de la ciudad de Lima, capital del Perú. …”
Se sale un poco del tema. Aramburu es un apellido vasco, como el de Juana de Ibarbourou o el de José Antonio del Busto Duthurburu. El euskera es una lengua con una pronunciación predominantemente grave (o llana). Quizás es la influencia del francés (que tiende a la pronunciación aguda) la que termina convirtiendo en agudos apellidos que no lo eran, como Aramburú, en Perú. Aramburú significa, por cierto, cabeza del valle, y hacía referencia a la casa solariega que dominaba un valle por ser la de la familia más rica o principal del lugar.
Teniendo en cuenta que parte del País Vasco cae en Francia, es bastante lógico que bastantes apellidos vascos se galificaran en la pronunciación. Para mí es un misterio, más bien, la existencia por ahí de un apellido Arámbula, que rima tanto con farándula…
Comienzo expresando mi satisfacción y orgullo de latinoamericano por este excelente blog.
Me parece que “Patria” es una novela mediana. Carece de un marco histórico-político indispensable para ubicar y entender por completo a los personajes. Válido que el autor tome partido contra ETA; pero no se vale que los caricaturice como una banda de asesinos tontos, fanáticos. Como ejemplo, una ama de casa se transforma de la noche a la mañana en rabiosa militante, con “odio de clase a los explotadores” y todo, porque su hijo se ha insertado en la organización.
Prosa plana, personajes superficiales, romances de cartón. Para el lector ignorante, la novela adolece de insuficiente información; para el lector informado, carece de fuerza dramática, debilidad imperdonable precisamente respecto a esa temática.
Aramburú no es el apellido , es Aramburu , en Perú le han puesto tilde en la última u , lo que hace que cambie la pronunciación ,por lo tanto pasaría a ser un apellido peruanizado, lo que me parce incorrecto , siempre lo pronuncio sin la tilde y las personas me corrigen, pero a mi no me interesa siempre digo Aramburu .
Me gusto el cuestionario bonito y gracias y dios lo bendig
Eduardo Lázaro Perez, ¿a qué cuestionario te refieres?
Crisanto dice: Se sale un poco del tema. Aramburu es un apellido vasco, como el de Juana de Ibarbourou o el de José Antonio del Busto Duthurburu. El es una lengua con una pronunciación predominantemente grave (o llana).
Y justo es lo contrario, me meto en el tema del apellido y aprovecho para preguntarle: En la escritura, al escribir, en euskera, ¿se usan las tildes?