Persuasión en tiempos de pandemia
Por Shirley Cortez González, publicado el 22 de julio de 2020Los textos persuasivos son aquellos que buscan influir en el receptor, sea modificando su opinión, su conducta o su actitud respecto del tema del que se habla. Para ello, el autor del texto argumentativo parte de una tesis o idea que defiende, la cual puede enunciarse explícitamente en el texto (¡Quédate en casa!, ¡Cómprale al Perú!) o deducirse a partir de los argumentos o razones que la validan. Son textos eminentemente persuasivos, por ejemplo, los anuncios publicitarios.
En el contexto actual, en que los negocios se han visto afectados por las restricciones sanitarias, y que el mundo virtual se ha vuelto imprescindible, los anuncios a través de las redes sociales se han convertido en los mejores aliados tanto para compradores como para vendedores. Así, un buen vendedor sabe adelantarse a las necesidades de su cliente y ofrecerle una alternativa de solución. En el contexto actual, marcado por el miedo y la inseguridad, los anuncios intentan, pues, infundir confianza y desterrar el miedo para poder ser acogidos por sus clientes sin reservas.
Los anuncios de alimentos (frutas, verduras, abarrotes, carnes…), cuya venta se mantuvo vigente durante todo el periodo de cuarentena en Perú, dan cuenta del cambio al que tuvieron que ajustarse los negocios rápidamente. Veamos algunos de los argumentos recurrentes en ellos.
La primera novedad de estos anuncios durante la pandemia recae en marcar explícitamente que es un producto confiable, seguro para la salud y que su compra no supondrá un riesgo de contagio: “Cuidamos todos los protocolos”; “…con todos los protocolos de seguridad y salubridad”; “Contamos con todo el protocolo del Minsa”; “Con todas las medidas de seguridad y limpieza”. Valiéndose del conocimiento compartido con los interlocutores, no hace falta mencionar cuáles son estos protocolos, aunque, de hacerlo, sirven también como refuerzo argumentativo: “alimentos desinfectados”, “desinfección garantizada”, “productos sanitizados”. A propósito de este último caso, sanitizar ,formado como calco del inglés sanitize, significa lo mismo que desinfectar, por lo que se trata de un préstamo superfluo, de esos que se usan para sonar más culto o técnico más que correcto.
La opción de recibir las compras en casa se volvió una necesidad para muchos en este proceso de adaptación a la nueva normalidad. Con todo, es un servicio que en el ámbito peruano debe luchar contra cierta resistencia de los usuarios, que desconfían de las bondades del sistema. Los anunciantes, conscientes de ello, despliegan todas sus estrategias persuasivas para ir derribando esos recelos. Para los que aducen que el servicio es más caro: “Todo a precio de mercado”, “calidad y garantía al precio justo”, “al mejor precio del mercado”; para los que les gusta escoger lo mejor: “productos de primera calidad y frescos”, “gran variedad de frutas”, “frutas y verduras de la mejor calidad”; para los que dicen que solo tienen efectivo o solo tarjeta: “aceptamos todas las formas de pago”. Para ofrecer este servicio se usa en la mayor parte de casos el anglicismo delivery , que compite con los menos frecuentes “reparto/entrega a domicilio”. Delivery es un préstamo crudo del inglés, es decir, tomado tal cual se usa en ese idioma, por lo que se debe marcar su pertenencia a otra lengua a través de la cursiva. Conviene, asimismo, descartar la forma *delibery, formada por analogía con el verbo deliberar, con el que no guarda relación semántica alguna.
Ya que la indicación expresa por parte de los gobiernos ha sido quedarse en casa, los anunciantes se valen de ella también como estrategia persuasiva explotando las implicaciones de (des)acatar esa medida. La casa se presenta, pues, como zona segura, tranquila y cómoda en la que se está resguardado del peligro, y el servicio de delivery como la mejor opción: “Te lo llevamos a la puerta de tu casa”; “Compra desde la comodidad de tu hogar sin exponerte”; “Sigue compartiendo en familia. No los expongas”; “No salgas de casa, nosotros te llevamos tus compras”; “Queremos ayudar, no salgas de casa”. En contraste con el hogar (y como competencia directa), el mercado y los supermercados se muestran como zonas inseguras, de aglomeración o de riesgo de contagio: “Nosotros nos exponemos por ti”; “Evita ir al mercado”; “Evita las colas y aglomeraciones”; “Evite la espera y el sol” (importante en Piura, ciudad peruana conocida como “la ciudad del eterno calor”).
Pero como el riesgo de recibir un delivery con virus de yapa (‘extra’, ‘adicional’) está presente, no faltan los anuncios que indican, además, que este será “cero contacto” o “contacto cero”, frase con la que se deja claro que se mantendrán las distancias recomendadas. Por cierto, cabe preguntarse si tras la pandemia, cero contacto seguirá empleándose y su uso generalizado le garantice un sitio en el diccionario.
Ya con la cuarentena levantada en muchos países, la gente vuelve a las calles y empieza a vivir la nueva normalidad. Ante esto, y temiendo una caída en las ventas, los anunciantes van ideando nuevas estrategias persuasivas: delivery gratis, entrega inmediata, promociones especiales, pero sobre todo reforzando el miedo al contagio, contagio que, por cierto, sigue siendo una amenaza para todos.
Shirley Yanuaria Cortez González