¿Por qué por qué?
Por Inés Arteaga Campos, publicado el 6 de agosto de 2012Si usamos otras lenguas romances para hacer la misma pregunta ¿Pourquoi…? en francés o ¿Perché…? en italiano, observamos que estas palabras al presentar el mismo origen latino se construyen con elementos gramaticales comunes.
En español, por qué constituye una secuencia de palabras formada por la preposición por y el pronombre interrogativo tónico qué. A partir de ella es posible elaborar una pregunta directa “¿Por qué no quieres salir?” o indirecta “No entiendo por qué no quieres salir”. Pero, además, la preposición puede ir acompañada del pronombre exclamativo qué: “¡Qué por qué!” En ambos casos, el primer elemento, la preposición por de la lengua española o pour de la francesa –además de otras lenguas romances–, tiene su origen en la combinación de las preposiciones latinas per y pro, cada una con su propio significado. Sin embargo, en la lengua italiana ha permanecido la primera preposición latina. De otro lado, el segundo elemento, qué, procede del pronombre latino neutro quid. Por consiguiente, en nuestra lengua hemos de utilizar la preposición con el pronombre interrogativo tónico para formular preguntas, como en: “¿Por qué no fuiste al teatro?” o “¿Por qué estás nervioso?”.
No es raro confundir por qué con su homófona porqué. En este caso, se trata de un sustantivo masculino que se utiliza como equivalente a los sustantivos razón, causa o motivo: “No entiendo el porqué (la razón o el motivo) de tu postura”, “Siempre habrá un porqué (una causa)”. Y, como todo sustantivo, porqué puede ir precedido de un artículo masculino u otro determinativo y, además, presentar variaciones de número: “No entiendo tus porqués (razones o motivos)”, “Todos los porqués (las causas) son válidos por ahora”.
Para dar respuesta a una pregunta, en español utilizamos la palabra átona porque. Se trata de una conjunción subordinante que permite establecer relaciones causales entre los enunciados. “No fui al teatro porque estuve enfermo”, “Estoy nervioso porque hoy tengo una entrevista”. Esta conjunción se puede sustituir, incluso, por otras conjunciones o locuciones causales pues, ya que o puesto que: “No pude asistir porque (ya que) me encontraba mal”. Por otro lado, cabe la posibilidad de utilizar esta unidad lingüística con valor de finalidad: “Haré lo posible porque te mejores”; en que la conjunción equivale a para que. La razón de este valor puede deberse a que por presenta, entre otros casos, un sentido causal: “Por no abrigarse se enfermó”.
La homófona por que comprende dos palabras escritas separadamente. En esta secuencia, se combina la preposición por con el pronombre relativo que, en tanto que este necesita ir acompañado de esa preposición para cumplir con su rol anafórico: “La razón por que no voy a trabajar es de mi responsabilidad”. El pronombre que, a su vez, puede ir precedido del artículo –en singular o plural concordando con su antecedente–: “La razón por la que no voy a trabajar…”, “Las razones por las que…”. Por consiguiente, la función de esta unidad lingüística difiere de las anteriores y prueba de ello es su capacidad de poder ser reemplazada por el relativo el cual, la cual, los cuales o las cuales según sea el caso: “La razón por la cual…”, “La razones por las cuales…”.
Finalmente, y sin ánimos de marear, la misma secuencia por que puede estar formada por otros elementos, la preposición por y la conjunción (no un pronombre relativo) que: “Optaron por que se tomen medidas urgentes”.
En definitiva, ¿por qué por qué lleva tilde? Después de haber leído el artículo, todos hemos de conocer el porqué. Si es así, podremos responder que esto se da porque “por qué” se construye con la preposición por y el pronombre tónico qué. De ahí que exista una clara diferencia entre por qué y por que. En fin, iguales en apariencia, por qué, porqué, porque y por que son muy distintas, tanto en la grafía como en la función, y aportan matices distintos al mensaje en el que aparecen.
Inés Arteaga Campos
INÉS ARTEAGA CAMPOS
(1973-2009)
Trabajó en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Piura desde marzo de 1996 hasta diciembre del 2009. Licenciada en Educación por la Universidad de Piura, máster en Artes Liberales con mención en Pedagogía por la Universidad de Navarra (España) y doctoranda en el programa de doctorado en Lingüística y Filología Hispánica en la Universidad de La Coruña, (España).
Impartió cursos de capacitación y diplomados en comprensión lectora y gramática textual; y publicó algunos manuales de didáctica y gramática para el Sistema de Educación Semipresencial SEAD.
Oh, estaba esperando encontrar una explicación tan clara y precisa como esta, que no me confundiera en mi intento por comprenderla. Muchísimas gracias, Inés Arteaga. *-*