Puentes de significado: una mirada a las metonimias

Por , publicado el 1 de mayo de 2024

La metonimia es definida como un ‘tropo que consiste en designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada, etc.’ (DLE, 2014). Esto significa que, en lugar de nombrar directamente un objeto, persona, lugar o idea, se emplea otro término que esté vinculado con él sobre la base de una relación semántica. Así, podemos tener expresiones metonímicas como El hambre invadió esa región para señalar que la pobreza afecta a esa región, donde se ha empleado el vocablo hambre (efecto) por pobreza (causa) o Estoy leyendo a Jane Austen, donde se ha recurrido al nombre de la autora para manifestar el libro que se está leyendo.  

Como vemos, en cada una de esas expresiones, se ha empleado una palabra que se relaciona con su concepto (por alguna de las distintas relaciones semánticas existentes) para designar una realidad. En ese sentido, la metonimia cumple un papel fundamental en la extensión de significados. Por ejemplo, el término café, que refiere a la semilla del cafeto, ha adquirido el significado de la bebida elaborada con dicha semilla tostada: ¿Vamos por un café mañana? (materia por el objeto), así como también al establecimiento donde se vende o consume café: Vamos al café que está en la esquina (lugar por el producto que se consume). De allí que a la metonimia se le atribuya una función polisémica por su capacidad para enriquecer el lenguaje al permitir crear nuevas conexiones y asociaciones entre palabras y conceptos. 

De igual forma, la metonimia puede actuar como un catalizador lingüístico en la creación de neologismos a través de la relación semántica existente entre la marca comercial y el producto. Es decir, el nombre de una marca se convierte en un término genérico para designar el tipo de producto que representa, incluso si hay otras marcas disponibles. Por ejemplo, en expresiones como Después de ver esa película tan triste necesitaré una caja de clínex o Apunté la dirección es un pósit rosado, los nombres empleados, que corresponden a dos empresas fabricantes (Kleenex y Pos-it), han pasado a utilizarse de manera común, incluso han sido incorporadas en el Diccionario de la lengua española. El término clínex se define como ‘pañuelo desechable de papel’, mientras que pósit como ‘hoja pequeña de papel, empleada generalmente para escribir notas, con una franja autoadhesiva en el reverso, que permite pegarla y despegarla con facilidad’ (DLE, 2014).  

En efecto, las metonimias forman parte del hablar cotidiano y se desarrollan a partir de las distintas asociaciones semánticas que las personas puedan establecer. Por ejemplo, además de las ya mencionadas, están las del tipo de la parte por el todo (Todos los ojos estaban puestos en ella durante su presentación); la relación entre instrumento y agente (El bisturí piurano realizó la cirugía con éxito); la materia por el objeto (El mármol adornaba el palacio); lugar de procedencia por el producto (Te he traído este oporto), entre otras.  

 En resumen, la metonimia es un fenómeno lingüístico natural que desempeña un papel crucial en la comunicación humana. Su capacidad para simplificar, enriquecer y sugerir significados la convierte en una herramienta invaluable en la expresión y comprensión del lenguaje. 

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