¿Qué información nos brinda la oración? (I)

Por , publicado el 20 de enero de 2020

En la educación básica se nos enseña que la oración es la unidad lingüística en la que las palabras se unen para formar una secuencia que comunica una idea con sentido completo, la cual usualmente designa una acción. Su sentido completo radica en el hecho de que en la oración el hablante señala un tema y luego dice algo concreto sobre ese tema; así, sus constituyentes básicos son dos: aquello de que habla, conocido como sujeto; aquello que se dice del sujeto, el predicado (etimológicamente, su raíz latina designa el acto de hacer patente algo).

Pero la esencia de la oración es ese algo que se dice de: sin predicado no hay oración. Por eso, el secreto escolar para reconocer una oración entre otros enunciados era hallar el verbo conjugado, núcleo de la predicación. De hecho, la gramática nos dice que un verbo conjugado como palabra sola es suficiente para decir que hay una oración plena. Por ejemplo: es, para la gramática, sería una oración.

Sin embargo, ¿de verdad hay una idea completa en es? ¿Quién es y qué es lo que es? No constituirá un silogismo ni otro razonamiento lógico, pero la lingüística tiene una explicación plausible. La conjugación verbal castellana (ella solita) confiere al verbo infinitivo (ser) cinco informaciones esenciales que lo hacen funcional de expresar un sentido pleno:

SER ⇒ ES

Persona: tercera
Número: singular (él/ella)
Tiempo: presente
Modo: indicativo
Aspecto: progresivo

Al estar implícitos en su morfología el dato pronominal de la persona (y su número) que es, se puede afirmar que hay una predicación completa: se señala el tema (la tercera persona singular) y se dice algo de este, aunque un algo no del todo preciso. El dato de la persona es esencial en la formación del verbo; de ahí que, por muy inexacta que sea la idea es, sabemos que no es lo mismo que la idea somos. Asimismo, la oración es es completamente funcional en algunas situaciones comunicativas, cuando los interlocutores se encuentran en presencia física y pueden usar las señas para indicar qué es lo que es.

Aunque también es verdad que se trata de un caso límite, usado a posta para probar una teoría. En la vida real, ¿quién va por la calle esperando que se le entienda con monosílabos? Siendo prácticos, a nuestro verbo le faltan los acompañantes ya mencionados: un sujeto para describir y una cualidad con qué describirlo. Y es que toda oración parte de un núcleo al cual se le van agregando informaciones y precisiones:

María Gracia + es + bonita.

El sujeto y el predicado, pues, pueden ir extendiendo sus dominios conforme un verbo o la situación o el hablante (y en esto hay de todo: gente concisa, gente parlanchina) así lo requieran. Al núcleo del sujeto, cuyo lugar ocupa un sustantivo, se le puede ir añadiendo información que poco a poco va revelando más sobre quién lleva a cabo la acción. Cada uno de estos datos particulares reciben el nombre de función sintáctica.

Bajo el dominio del sujeto, las funciones sintácticas que lo complementan son, básicamente, cuatro, dos modificadores y dos formas de aposición. El modificador directo tiene la función de presentar el núcleo del sujeto o bien de especificarlo o describirlo; por eso, es una función desempeñada por determinantes y adjetivos:

Tres tristes tigres comen trigo en el trigal.

Esas zapatillas blancas están muy sucias.

Algunos alumnos desaprobados vinieron al sustitutorio.

El modificador indirecto cumple básicamente la misma función que el modificador directo adjetivo. Que su nombre cambie se debe a que este va introducido por una preposición, pues especifica el sustantivo núcleo estableciendo una relación con un verbo, un adverbio u otro sustantivo:

El muchacho con casaca roja es mi hijo.

La casa de Manolo tiene muchas habitaciones.

Esos exámenes por corregir me tienen loco.

El auto de atrás tiene las luces encendidas en vano.

La aposición especificativa, como indica su nombre, es un sustantivo que precisa el sentido de núcleo y va unido a este sin necesidad de preposición. En la mayoría de casos, se trata del nombre propio que se da al fenómeno designado por el sustantivo núcleo:

Mi abuelo Raúl es ingeniero de minas.

El río Tormes está en Salamanca.

Los feriados puente detienen la productividad del país.

Dos países satélite de la Unión Soviética fueron Polonia y Hungría.

La aposición explicativa, por su parte, también agrega información pero a modo de comentario adicional, no definitivo para el núcleo del sujeto. Más bien, expresa un parecer del hablante o enfatiza un dato importante dentro de la situación comunicativa. Por ello, a diferencia de la aposición especificativa, esta no se enlaza directamente con el núcleo, sino que en la pronunciación aparece entre pausas, y entre comas en la escritura. La aposición explicativa, además, puede constituirse bien de una palabra (sustantivo o adjetivo), bien de un sintagma más extenso:

Ese profesor, el de saco crema, enseña Química.

La señora Montenegro, antigua ajedrecista, ha perdido el interés en el deporte.

Esa casaca, roja como manzana, la compré hace veinte años.

La Química, mi materia favorita, estudia la composición de la materia.

Al ser portadoras de nuevas cualidades, muchas veces los poetas (y también en algunos casos de expresividad del habla cotidiana) hacen uso de estas funciones sintácticas del sujeto para generar metáforas:

Gallos de vidrio cantaban
por Jeréz de la Frontera.

(Federico García Lorca)

-Murió en la mañana
la virgen Sol.

(José María Eguren)

Duele el alma amarilla o una avellana lenta…

(Vicente Aleixandre)

Negro el cabello, imitador undoso
de las obscuras aguas del Leteo
,
al viento que lo peina proceloso,
vuela sin orden, pende sin aseo…

(Luis de Góngora)

Y así como al núcleo del sujeto se le puede agregar datos, el verbo también admite diferentes informaciones sobre los objetos que intervienen en la acción o el modo de realización o sus circunstancias. No obstante, no todos los verbos admiten las mismas funciones por igual, aunque eso ya será tema para la siguiente ocasión…

Renato Guizado Yampi

4 comentarios

  • Anónimo dice:

    Aun con esta clase del curso de gramática, no entiendo la poesía. No me refiero a la de Luis de Góngora, por la cual hay el “gongorismo”, sino a la del resto, la de los llamados poetas.

    Así como no entiendo la pintura moderna con “lo que quiere expresar”, no tengo rubor, no me ruborizo, al decir que, por más que lo he intentado, no entiendo a Eguren o a García Lorca. Y menos los “poemas” que a menudo se publican en diarios y revistas. Ese submundo o plusmundo me es tan ajeno como lo que ellos piensen la la belleza de las matemáticas o de la química.

    He leído y releído esto puesto como valioso ejemplo: “Duele el alma amarilla o una avellana lenta…” y que “Murió en la mañana la virgen Sol.” (…y puesto en dos líneas) y hasta ahora no me llama la atención.

    Ahora díganme, si el párrafo anterior lo pongo así, ¿será poesía?

    He leído y releído esto puesto
    como valioso ejemplo:
    Duele el alma amarilla o una avellana lenta…
    y que
    Murió en la mañana
    la virgen Sol.
    y hasta ahora
    no me llama la atención.

  • Jacinto Gonzalez dice:

    Una oración nos puede brindar “fake news”.
    Lo que expresa una oración no necesariamente es lo cierto, como; “El triángulo tiene cuatro lados.”, aunque gramaticalmente correcto, de errónea verdad.

  • Carlos GN dice:

    Anónimo: ten en cuenta que los ejemplos fueron tomados de diferentes poetas. Aquí te dejo el enlace de “Humana Voz”, poema completo de Vicente Aleixandre, quien fue parte de la Generación del 27 (corriente literaria española, por supuesto). Por cierto, fue miembro de a Real Academia Española y ganador del premio Nobel de Literatura. Quizá en el contexto completo del poema se entienda eso de “Duele el alma amarilla o una avellana lenta”. Aunque te diré que para la poesía creo que se debe tener sensibilidad para apreciarla (yo no la tengo). Si te interesa cómo se analiza una obra literaria te recomiendo el libro “Cómo se comenta un texto literario”, de Lázaro Carreter, aunque también existen otros textos relacionados con el análisis literario, pero, insisto, se debe tener cierta sensibilidad y no todos la tenemos.
    https://verseando.com/blog/aleixandre-humana-voz/
    En cuanto a tu pregunta, no creo que sea poesía, además tomaste prestadas unas partes de un verso ya escrito y así no se vale. En este rubro también existen métodos para versificar en español conocidos como métrica. ¡Te digo que para todo ponen obstáculos! pero es interesante.

  • Anónimo dice:

    Carlos, gracias por tu comentario. Me adhiero al privelegio de la duda, me quedo como estoy sin la menor intención de “navegar por el sub o plus mundo de la poesía”.

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