Semana Santa y sus implicaciones ortográficas
Por Lady Olivares, publicado el 15 de abril de 2022El domingo pasado se dio inicio a uno de los periodos más importantes del calendario cristiano: Semana Santa, ‘última semana de la Cuaresma, desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección’ (DLE, 2014, v. 23.5). En este artículo intentaremos despejar algunas de las dudas más comunes sobre el uso de las mayúsculas en algunos de los términos usuales en esta época de fiesta para los católicos.
Empecemos con los nombres de las festividades: tanto Domingo de Ramos, día que inicia la celebración de la Semana Santa, como Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección deben escribirse con mayúscula inicial porque constituyen los nombres propios de celebraciones. Esto afecta tanto a los sustantivos como a los adjetivos que conforman cada nombre.
Asimismo, se escriben con mayúscula inicial Semana Santa, Cuaresma y Pascua porque señalan periodos litúrgicos de la religión cristiana. La Cuaresma indica el ‘tiempo de preparación de la Pascua de Resurrección, desde el Miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo, y que se caracteriza por ser un período de penitencia’ (DLE, 2014, v. 23.5); mientras que Pascua o Pascua de Resurrección se refiere a la ‘fiesta solemne de la Resurrección del Señor, que se celebra el domingo siguiente al plenilunio posterior al 20 de marzo’ (DLE, 2014, v. 23.5). El mismo sustantivo Pascua es usado como modo de salutación en estas fechas y, en este caso, la Academia señala que es preferible usar el singular antes que el plural: ¡Feliz Pascua!
Por otro lado, cada día de Semana Santa se recuerda un pasaje de la vida de Jesucristo; que, ortográficamente, deben escribirse con minúscula: la última cena, la oración en el huerto, la flagelación y muerte, la resurrección, etc.; y lo mismo para con los oficios litúrgicos como vigilia pascual, misa, comunión, confesión, etc.
En cuanto a los apelativos antonomásticos usados para nombrar a Jesús y a su madre María, protagonistas de este periodo religioso, se escribirán también con mayúscula: el Nazareno, el Salvador, el Señor, la Dolorosa, la Virgen María, el Cristo de la Agonía, etc.: ¡Oh Madre Dolorosa! También hay que tener en cuenta que estos apelativos pueden referirse a las esculturas o representaciones iconográficas concretas de las figuras religiosas: El Nazareno y la Dolorosa saldrán en procesión el Viernes Santo.
Durante esta semana de reflexión, los católicos acudimos, con mayor frecuencia, a la iglesia (‘templo cristiano’); prendemos un cirio (y no *sirio) y rezamos el viacrucis o vía crucis, término proveniente del latín, via crucis, que significa literalmente ‘camino de la cruz’. Esta locución latina se ha adaptado al español en una expresión pluriverbal que admite su escritura en un solo vocablo (viacrucis) o en dos (vía crucis). En el primer caso se trata de una palabra grave que no se tilda por terminar en “s”; en el segundo, cada componente mantiene su tildación. En ambos casos, se debe escribir con minúsculas al igual que padrenuestro, avemaría, credo, salve, etc. Cabe asimismo agregar que viacrucis tiene también un uso coloquial para indicar ‘sucesión de adversidades y pesadumbres’: Familia vive un viacrucis tras desaparición y supuesto hallazgo sin vida de su menor hijo.
Por último, la Semana Santa no es solo una fiesta religiosa sino una celebración con costumbres típicas de cada región. Por ejemplo, en el norte peruano y en especial en Piura, es común el consumo de la malarrabia, plato característico de estos días, y cuyo nombre debe escribirse junto (no *mala rabia), con minúscula y con dos erres (-rr-): Espero con ansias los viernes de Cuaresma para disfrutar de una rica malarrabia.
“Espero con ansias los viernes de Cuaresma para disfrutar de una rica malarrabia”.
¿Es que solo en ese día se prepara y sirve ese plato?
Anónimo, es algo parecido al ceviche que no se sirve de noche. Misterios de las comidas.