Te lo cuento al toque
Por Eliana Gonzales, publicado el 23 de marzo de 2020Con el sentido de ‘inmediatamente’, al toque es un peruanismo que aparece recogido como tal en el Diccionario de la lengua española (2014). Suele ser frecuente en nuestro medio escuchar expresiones como Haré lo que me pides al toque; Se lo compró al toque; Resolví el examen al toque…
Al toque es una de las tantas locuciones adverbiales que circulan con gran vitalidad en diferentes contextos. Otras, que también están presentes en el español peruano, son a la volada (‘de manera rápida’), a la champa y al champazo (‘improvisada’), a la muerte de un obispo (‘poco frecuente’), con el rabo entre las piernas (‘arrepentido’), con las justas (‘apenas’), de paporreta (‘de memoria’), en un dos por tres (‘muy rápido’), entre otras.
Una locución adverbial es una unidad léxica fija formada por dos o más palabras que se comporta como un adverbio; esto significa que al funcionar como tal está ligada al verbo, principalmente: Se vistió a la volada; Hizo el trabajo a la champa; Casi nunca nos visitas, y si te vemos es a la muerte de un obispo; Regresó con el rabo entre las piernas; Llegó con las justas; Respondió de paporreta; La comida desapareció en un dos por tres… Además, como todo adverbio también puede modificar al adjetivo; por ejemplo, cuando yo digo de alguien que es la mar de inteligente, la locución adverbial la mar de está intensificando al adjetivo inteligente: muy inteligente.
Al igual que los adverbios, las locuciones adverbiales forman un grupo heterogéneo; así, nos encontramos con locuciones que indican modo (a la carrera, a la fuerza), frecuencia (a veces, de vez en cuando), lugar (en la Cochinchina), tiempo (por siempre, para siempre), afirmación (desde luego, por supuesto), negación (ni en broma, ni de broma), duda (a lo mejor, tal vez), entre otros. Al igual que algunos adverbios también reciben sufijos apreciativos: de mañanita, a puchitos, con las justitas, a golpetazos… Además, es conveniente señalar que no solo se trata de un grupo heterogéneo, sino que estamos ante un grupo abierto con una fuerte marca diatópica, pues hay locuciones que son particulares de determinadas zonas geográficas; por ejemplo, hemos dicho que en el Perú tenemos al toque para indicar que algo se hace ‘de inmediato’; con ese mismo sentido circulan a las millas en Puerto Rico; al caletre en el Caribe continental; ya mero en México; a los pedos en Argentina; en un tilín en Chile; en un periquete, en un pispás y en un plisplás en España; además de las formas comunes en un abrir y cerrar de ojos, en un dos por tres y en un santiamén.
Cabe mencionar, finalmente, que hay casos en los que alternan las dos variantes gráficas; es decir, se pueden escribir juntas o separadas: al rededor y alrededor, a raja tabla y a rajatabla, así mismo y asimismo, a troche y moche y a trochemoche, boca arriba y bocarriba, de prisa y deprisa, en frente y enfrente, en seguida y enseguida, entre tanto y entretanto, tal vez y talvez. Serán locuciones solo las que aparecen separadas, y adverbios las juntas.
Eliana Gonzales Cruz
La verdad, en el aciago y complicado momento que vivimos aquí y en el mundo, esperaba ver algo que haga referencia. Por ejemplo, hablar de la diferencia entre la tasa de letalidad y tasa de mortalidad; de porqué se dice cuarentena; o algo del toque de queda, que al toque fue decretado, sin dejar de mencionar las cosas que, en las redes sociales, se vuelven virales. Tema hay.
Cuarenteneando, las publicaciones del Fundéu BBVA las han comenzado a manejar desde sus casas y nos dicen que «Cuarentenar» es un verbo adecuado.
Parecería de Castellano Actual es ajeno al momento que vivimos.
La palabra al toque, la eh escuchado mucho jóvenes argentinos, no sé si es por la migración peruana a Argentina, o es que con esto de la globalización, los modismos y formas de hablar en Latinoamérica, ya están perdiendo nacionalidad y se están contatenando entre sí.
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