Un androide sentimentaloide
Por Bertha Guzmán, publicado el 29 de junio de 2022La tecnología avanza a pasos agigantados y, aunque aún no contamos con robots que gocen de conciencia o sentimientos, sí se ha logrado que, gracias a sensores y a lenguaje programado, las máquinas sean capaces de interactuar con las opiniones, las emociones y las intenciones de las personas; por eso, como señala nuestro título, tal vez no estemos lejos de hablar de androides sentimentaloides. Sin embargo, en esta ocasión no nos ocuparemos de este tema, sino del uso del sufijo –oide.
Este sufijo proviene latín –oīdes y este del griego –eidés, que significa ‘parecido a’, ‘en forma de’ (DLE, 2014, v. 23.5.). Es un sufijo adjetival, es decir, que forma adjetivos y se une a bases, generalmente, de carácter nominal; así, esfera, humano, ovum (‘huevo’) unidos al sufijo –oide dan lugar a los adjetivos: esferoide (‘de forma parecida a una esfera’), humanoide (‘con forma o características del ser humano’), ovoide (‘que tiene forma de huevo de gallina’), etc.
Si bien el sufijo –oide forma adjetivos, muchos de estos términos pueden usarse indistintamente como adjetivos o como sustantivos: asteroide (como adjetivo, ‘con forma de estrella’; como sustantivo, ‘cuerpo menor del sistema solar que gira alrededor del Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter’). En otros casos, este sufijo permite la creación de palabras que se usan únicamente como sustantivos. En la mayoría de estos casos, el sufijo se percibe como parte de la base, tanto que no se logra percibir el aporte de su significado: androide (‘máquina de figura humana’), cristaloide (‘sustancia que, en disolución, atraviesa las láminas porosas que no dan paso a los coloides’), alcaloide (‘compuesto orgánico nitrogenado, como la morfina o la cocaína, producido casi exclusivamente por vegetales’). Cabe señalar que, según la Nueva gramática de la lengua española (2019, 564), el uso adjetival es más frecuente en las palabras que admiten la paráfrasis ‘de forma parecida a N’, por ejemplo, trapezoide ‘de forma parecida al trapecio’; romboide ‘de forma parecida al rombo’.
El sufijo –oide también presenta las variantes –oideo (tiroideo ‘relativo a la glándula tiroides’, esteroideo ‘que guarda relación con los esteroides’), -oides (mastoides ‘de forma de mama’, deltoides ‘de forma de delta mayúscula’, cuyo símbolo es Δ; ‘músculo de forma triangular propio de los mamíferos’), –oidal (helicoidal ‘en forma de hélice’, coloidal ‘relativo a los coloides’, es decir, a las sustancias que se dispersan lentamente en un líquido). Estas variantes alomórficas del sufijo –oide pueden dar origen tanto a sustantivos como a adjetivos.
Finalmente, conviene indicar que cuando el sufijo –oide se une a bases de origen adjetival —como intelectual, infantil, sentimental, genial, entre otros—, puede adquirir matices despectivos: intelectualoide (Es un intelectualoide fracasado); infantiloide (Otra vez vienes con tus excusas infantiloides); sentimentaloide (Su trama sentimentaloide desagradó a la audiencia); genialoide (Creyó que con su idea genialoide solucionaría el desastre). A pesar de estos usos, el sufijo –oide no ha llegado a formar parte de los sufijos apreciativos despectivos, sino que, como lo explicamos líneas arriba, se sigue ubicando dentro de los sufijos adjetivales.