Un tipo de palabra con mucho temperamento 

Por , publicado el 15 de mayo de 2024

Las interjecciones poseen cualidades únicas. Son unidades independientes sintáctica y melódicamente. Algunas interjecciones son originales y constituyen un importante grupo de onomatopeyas: muak, bua, cataplúm; otras se derivan de otra palabra, como los imperativos lexicalizados: ¡dale!, ¡venga!, y los sustantivos: ¡hombre! Por su significado, es posible distinguir otras dos clases: las apelativas: ¡ánimo!; gracias; ¡cuidado!; hola; y las expresivas: ¡ay!; ¡lástima!; ¡cónchale!; ¡púchica! (Diccionario de términos clave de ELE del Centro Virtual Cervantes). Y, como apuntan Abellán, Úsova y Lafuma, las interjecciones son del habla de uso cotidiano “(…) vivaz e informal, pero también se manifiestan en el discurso serio y elaborado, en obras literarias originales o adaptadas, películas” (“La interjección: una categoría gramatical problemática poco estudiada”, 2019, p. 56) 

En el Glosario de términos gramaticales (RAE, versión 1.0 en línea]), se indica que las interjecciones pueden verse como si fueran gestos verbales, ya que con ellas es posible realizar muchas acciones. Dicho de un modo más especializado, las interjecciones constituyen actos de habla o actos verbales, que son la unidad básica de la comunicación lingüística con la que se realiza una acción, como, por ejemplo, manifestar impresiones (caray, caramba, oh) y sentimientos (ay, vaya, ah). 

Desde el punto de vista fónico, predominan las interjecciones monosilábicas,  muchas de las cuales admiten consonantes en la posición final de la palabra, lo que no es habitual en castellano, sobre todo las terminadas en f, j, m, k, p, como en uf, aj, puaj, plop, plaf… Otro rasgo inusual es la carencia de vocales: mmm, pss 

En twitter.com/RAEinforma, se señalan algunos aspectos de su escritura que apuntamos enseguida. Se duplican las consonantes o las vocales para representar el tono y la intensidad, como en puffff, buenoooo o ¿eeeeh?. En las interjecciones ah, eh, oh lo adecuado es repetir la vocal: ¡aaaah!; ¿eeeeh? ; normalmente dos o tres veces, aunque no haya una pauta establecida sobre ello. Siguiendo con el aspecto de la puntuación, las interjecciones pueden constituir un enunciado independiente (¡Ojo! No lo olvides) o insertarse en otro, delimitado con coma (¡Pero, ojo, yo no fui!); y cuando tienen valor anunciativo, suelen emplearse dos puntos (Ojo: hoy es festivo). 

Otro aspecto especial es que las interjecciones están conectadas con la estructura de los turnos de habla de los participantes en una conversación. En particular, se emplean para marcar el inicio de un turno de habla o de marcar la toma de palabra de uno de los dos interlocutores. De hecho, hay interjecciones especializadas en iniciar o terminar una conversación: los saludos y despedidas (Algunos problemas de la interjección en lexicografía, Fábregas, 2008).  

Para terminar, mostramos algunos de los hallazgos de la investigadora Consuelo Meza Lagos, publicados en su artículo “Interjecciones en el castellano peruano” (CONSENSUS 22 (1), 2017, pp. 9-18): carrampempe denota  admiración,  sorpresa, equivale a caramba; fo denota asco o repulsión; alaláu es una expresión de frío y atatáu o atatauya, de  asco  o  desagrado; y aj,  que también manifiesta asco o desagrado, interjección que, según esta autora, ha pasado como préstamo del español a la lengua aimara.  

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