Valorar la evaluación
Por Karent Urízar González, publicado el 11 de septiembre de 2017En estos tiempos competitivos y de exigencia, tanto aprendices como profesionales son medidos en busca del bienestar de toda la comunidad. La evaluación ayuda al proceso de mejoramiento educativo, fortalece la autoestima y empodera a las personas. Las formas de evaluación para ambos grupos deben ser justas, niveladas y óptimas, con la sana intención de dar a cada uno lo suyo y revelarle sus posibilidades de mejorar.
La definición de evaluación se refiere tanto a la acción como a la consecuencia de evaluar; es la valoración de conocimientos, actitud y rendimiento de una persona o de un servicio (Oxford Living Dictionaries). Por su parte, evaluar significa señalar el valor de algo; ‘estimar, apreciar, calcular el valor de algo y estimar los conocimientos, aptitudes y rendimiento de los alumnos’ (Diccionario de la lengua española, 2014). La palabra proviene del francés évaluer, del francés antiguo value (‘valor’), proveniente a su vez del latín valeō, valēre (‘ser fuerte, tener valor’).
La familia de palabras de este término es tan rica y valiosa como amplia: está formada por las palabras que inician con la raíz o lexema val-; por ejemplo: valuar, valorear (valorar), valer, validez, valioso, valimiento (valía, valoría, es decir, ‘estimación’), etc. También se han formado palabras con prefijos a-, de-, re-, e-. Del prefijo a-, que no necesariamente indica negación, se han desprendido términos como avalar, avalista, avalentar (envalentonar), avaliar (valorar), avaluar (valuar), avalorar (‘aumentar el valor o precio’). Con el prefijo de- se han generado términos como devaluar, y sus derivados. Con re- se forman revalidar, revalorizar, revaluar y sus derivados. Con el prefijo e-, evaluar, evaluación, evaluativo, etc. Otros diferentes prefijos también intervienen en esta palabra, tales como minusvalorar (‘subestimar el valor de algo’), infravalorar (sinónimo de minusvalorar) o sobrevalorar (‘estimar en exceso el valor de algo’).
El término valor en el sentido amplio tiene tanta carga semántica que incluso se han formado nombres de personas. Todos recordarán al santo que se celebra en febrero, Valentín, con sus variantes Valentino o Valentina. Relacionados con el adjetivo valiente, que también es apellido conocido, existen incluso ciudades como como Valenza (Italia), Valença (Portugal), Valencia (España), Valence (Francia) cuyos nombres remiten a su valor y valentía.
Conceptos también se han formado a partir del término valor; uno muy utilizado es educación en valores, que distingue la formación que queremos en todas las personas para que incorporen, en su actuar, normas éticas y pautas morales, poniendo especial atención, como dice el Dr. Pablo Pérez en su libro ¿Qué son los valores? Su sentido y educación (Udep, 2007) a los hábitos de conducta, conocimientos y experiencia de las consecuencias de las acciones ya que son los tres pilares de la educación y la vida personal. Demos, por tanto, valor en todos sus sentidos a la educación y a nuestra misma formación, la de nuestra familia y la de todos los profesionales que nos apoyan en esta labor.
Karent Urízar González