Las lenguas son instrumentos que los hablantes emplean para satisfacer sus necesidades comunicativas. De ahí que formen nuevas palabras (neologismos) o dejen de usar otras (arcaísmos). Algunos neologismos  cubren un vacío o no encuentran rival que los resista y rápidamente se generalizan y consagran su éxito ingresando a los diccionarios. Otros, en cambio, desaparecen como […]

Por Shirley Cortez González. 24 abril, 2012.

Las lenguas son instrumentos que los hablantes emplean para satisfacer sus necesidades comunicativas. De ahí que formen nuevas palabras (neologismos) o dejen de usar otras (arcaísmos). Algunos neologismos  cubren un vacío o no encuentran rival que los resista y rápidamente se generalizan y consagran su éxito ingresando a los diccionarios. Otros, en cambio, desaparecen como estrellas fugaces, y otros luchan contra la resistencia de ciertos hablantes que los consideran inaceptables o innecesarios, como es el caso de “recepcionar”.

Este verbo, que circula en el lenguaje administrativo y periodístico, es un neologismo no tan reciente, extendido en buena parte del mundo hispanohablante. El CREA (Corpus de referencia del español actual) registra su uso en Argentina (y cita un texto de 1979), Chile, Colombia, Cuba, España, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay.

“Recepcionar”, formado a partir del sustantivo “recepción”, en general, significa lo mismo que “recibir”. Por este motivo, la Academia lo considera un neologismo superfluo y no lo admite aún en su Diccionario (lo mismo pasó con “influenciar”, que ya se registra). Sin embargo, otros sí lo consignan, pero restringido a Argentina y Uruguay, como ‘Recibir un aparato las ondas de radio o de televisión’.

En Perú el uso está bastante extendido y no faltan ejemplos: “recepcionar” una solicitud, un expediente, una denuncia, una obra, cascos, llamadas, a un congresista, a los invitados, Internet, cable, etc. En estos casos, cuando el sujeto es un ser animado, es más conveniente usar “recibir”, pues el significado es el mismo: ‘tomar o hacerse cargo alguien lo que le dan o le envían’, ‘salir a encontrarse con alguien para agasajarle cuando viene de fuera’ o, dicho de una entidad gubernamental: ‘aceptar oficialmente una construcción o una obra acabada’.

Pero en el caso de ser el sujeto una cosa, el DRAE consigna solo ‘Admitir [una cosa] dentro de sí a otra’. ¿Resultarían términos equivalentes? ¿Es “recepcionar” superfluo o cubre el vacío que deja “recibir” al no consignar una acepción para los aparatos receptores?

En los deportes como el vóley, tenis, fútbol “recepcionar” no parece ser tan superfluo, pues no sería sustituible por “recibir”. Así, si comparamos “El jugador recepcionó el balón” con “El jugador recibió el balón”, en el primero el verbo implica que un objeto —el balón— viene en movimiento hacia otra persona, la cual debe emitir una acción de respuesta inmediata; dos aspectos que en el segundo no se evocan. En este contexto, “recepcionar” significaría ‘responder un jugador el balón enviado por el contrario’.

En fin, la suerte de “recepcionar” depende de los hablantes, que definen si una palabra llega a triunfar en una lengua, lo cual tarde o temprano se refleja en los diccionarios. Por ahora, “recepcionar” sigue en pie de lucha y no da visos de ceder.

Docente.

Facultad de Humanidades.

Universidad de Piura

Artículo publicado en el diario Correo (Piura), domingo 22 de abril de 2012.

 

 

Comparte: