Durante este semestre quise que mis alumnos de Lengua Castellana sean más conscientes de cómo escriben, específicamente de la ortografía que usan. Por ello, les pedí –como trabajo final– una selección de fotos de carteles con anuncios que tuvieran errores ortográficos. Hubo de todo pero lo que logré comprobar fue que en la ciudad de […]

Por Karent Urízar González. 18 diciembre, 2012.

Durante este semestre quise que mis alumnos de Lengua Castellana sean más conscientes de cómo escriben, específicamente de la ortografía que usan. Por ello, les pedí –como trabajo final– una selección de fotos de carteles con anuncios que tuvieran errores ortográficos. Hubo de todo pero lo que logré comprobar fue que en la ciudad de Piura son pocos los que tildan las palabras en los carteles de establecimientos comerciales, nombres de calles, de grifos; publicidad informal y hasta formal, incluidos colegios, servicios de la Municipalidad y de oficinas del Estado.

Alguien respondió tratando de excusarse “es que está en mayúsculas” sin siquiera reparar que ya nada impide tildarlas salvo el desconocimiento o la pereza. ¿Recuerda usted la época de las máquinas de escribir, y lo difícil que era poner tildes cuando uno escribía? Pues de esa época data la dificultad para que las imprentas utilicen las mayúsculas, pero ahora con las computadoras se puede hacer sin ninguna dificultad.

Las reglas generales de acentuación que a todos (sin excusas) nos han enseñado en el colegio se dan siguiendo la clasificación de las palabras según su fuerza de voz: que las agudas se tildan cuando terminan en vocal o consonante “n” o “s”, como “menú”, “institución”, “jirón” “administración”, “reparación”, “cinturón”, etc. Que las graves se tildan cuando terminan en cualquier consonante menos “n” o “s”, como “Sánchez”, “automóvil”, “ángel”, “dólar”, etc. Que las esdrújulas y sobreesdrújulas siempre se tildan, como “análisis” “clínica” “electrónica”, “máximo”, “físico”, “pruébatelo”, etc.

De sobra sabemos que los monosílabos no se tildan: “vio”, “dio”, “fe” o “si” (cuando es condicional), etc. La tildación diacrítica se da en monosílabos que tienen igual escritura que otros, para diferenciar su significado: “dé” (del verbo dar), “sí” (de afirmación), más (de cantidad), etc.

También en los carteles encontramos casos de hiatos: ponga atención cuando camine por la calle, cuántos carteles de “perfumería” (que rima con alegría) se convierten en “perfumeria” (que rima con histeria), y lo mismo con las sucesivas “peluquerías”, “lavanderías”, “telefonías”, “cebicherías”, “panaderías” que hallarán sin tildes. Les animo a leerlas poniendo la fuerza de voz no donde saben que está, sino donde la ha puesto el redactor.

Cuando escribamos tenemos que fijarnos en esos detalles. Como dicen mis alumnos, quien sabe hacerlo reconoce el error donde lo encuentra y no lo perdona; aún más cuando viene en carteles publicitarios que son la “cara” de algo nuestro.
piura sin tildes

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