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Abr

2013

“El desarrollo rural vuelve a ser importante”

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La mirada hacia el desarrollo de los pueblos ha cobrado fuerza en los últimos años, sobre todo en países de Latinoamérica que proyectan índices de crecimiento económico. Sin embargo, este progreso no se refleja de la misma forma en las zonas rurales como en las urbanas. El Dr. Alfonso Gumucio-Dagron, consultor internacional, realiza un breve […]

Por Melody Canales. 15 abril, 2013.

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La mirada hacia el desarrollo de los pueblos ha cobrado fuerza en los últimos años, sobre todo en países de Latinoamérica que proyectan índices de crecimiento económico. Sin embargo, este progreso no se refleja de la misma forma en las zonas rurales como en las urbanas. El Dr. Alfonso Gumucio-Dagron, consultor internacional, realiza un breve análisis del panorama del desarrollo y la comunicación en el Perú y América Latina.

El experto internacional explica que el mundo dejó de ser “rural” hace más de tres décadas y que hoy más del 50% de la población mundial vive en las ciudades, lo que ha hecho que, de algún modo, los gobiernos prioricen otros sectores, como el de servicios y adviertan que no es tan fácil alimentar a la población urbana. “Entonces, el desarrollo rural vuelve a ser importante, quizás más que antes, pues la población de las áreas rurales tiene que alimentarse y alimentar a quienes viven en las ciudades. Por ello, el Perú, y otros países de la región, necesita prestarle más atención al desarrollo rural. El escenario es idóneo por la diversidad de pisos ecológicos, de clima y de calidad de la tierra pero es necesario buscar un equilibrio”.

¿Cómo ve usted el desarrollo rural en Latinoamérica?

En años recientes hay un retorno alentador a priorizar el desarrollo rural en la agenda general de desarrollo. Sin embargo, la contradicción de ese regreso es un crecimiento económico que pugna por ignorar lo social para subrayar su apuesta por la extracción de recursos no renovables como el petróleo y la minería. Este contexto involucra a gobiernos progresistas de América Latina como Ecuador, Venezuela, Bolivia y Perú, que han favorecido la explotación de esos recursos y, por ello, han enfrentado movimientos sociales contrarios a esas políticas de crecimiento que no consideran el medio ambiente y los intereses de las comunidades.

¿Cómo está el Perú en relación a otros países latinoamericanos?

El Perú es parte de la contradicción de la que hablo. El gobierno actual ha heredado una política económica que abre las puertas a la inversión extranjera en el sector minero y, por ello, ha enfrentado varios conflictos sociales. La minería es muy atractiva para los gobiernos porque no piensa en el largo plazo sino en su periodo de actuación: es intensiva, emplea poca gente y arroja réditos inmediatos. La agricultura, en cambio, requiere de la participación de muchos, de inversiones a largo plazo para ser sostenible y no ofrece frutos inmediatos. Está sujeta a otros factores, por eso no es un buen “negocio” para los gobiernos. Apuestan por el desarrollo rural los que están conscientes de la necesidad legar un planeta mejor a las nuevas generaciones.

¿Cuánto ha aportado la comunicación en la tarea del desarrollo rural?

Desde los setentas, la comunicación para el desarrollo fue promovida desde dos perspectivas que tardaron en converger: la difusionista, instrumentada desde Estados Unidos para vender bienes de consumo en el tercer mundo; y, una perspectiva participativa que considera la cultura y las aspiraciones locales. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) fue central en la promoción de la segunda perspectiva, basada en las enseñanzas de Paulo Freire, de la teología de la liberación y de los teóricos de la dependencia. Por eso los avances fueron mayores en nuestra región, mientras que en África y Asia en lugar de la participación ciudadana, se vuelca hacia los grandes medios de información.   

¿Cuál es el rol del comunicador actual en el desarrollo de los pueblos?

El comunicador no debe ser confundido con el periodista. Ambos juegan un papel importante pero distinto en el desarrollo. El periodista informa, mientras que el comunicador facilita procesos de participación colectiva.  

¿Qué implica la ‘comunicación participativa’ para los países de América Latina?

El concepto es muy claro, no deja lugar a dudas. La participación en los procesos de comunicación hace que las propias comunidades los lleven adelante, y son al mismo tiempo procesos de organización democrática.

Podría considerarse a la Comunicación para el desarrollo como una nueva área académica y profesional…

Es sin duda un campo específico, muy diferente al periodismo mal llamado “comunicación social”. La conciencia de que se trate de un campo diferente ha llevado a la reciente creación, en nuestra región, de maestrías de comunicación, desarrollo y cambio social, específicamente dirigidas a aportar elementos bien formados para los procesos, estrategias y políticas de comunicación y desarrollo. Pero, como área académica solamente podrá fortalecerse si se investigan más las experiencias concretas que hay en casi todos los países.

Comunicación para el desarrollo

Alfonso Gumucio-Dagron es consultor internacional y director gerente de Programas del Consorcio de Comunicación para el Cambio Social.

Integra la plana docente del Diplomado en Gestión de la Comunicación para el Desarrollo y Responsabilidad Social que organiza la Universidad de Piura, del 3 de mayo al 13 de julio. Informes: Lic. Martín Barreto Telf. 284500-3202.

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