Los recientes resultados del informe PISA nos debe servir para reflexionar que las regiones no deben esperar a que el ejecutivo empiece a estudiar cómo resolver el agudo problema en la educación del país, sino que deben comprometerse con el Gobierno Central para superar las deficiencias de los escolares, en la comprensión lectora y matemáticas.

Por Carlos Hakansson. 16 diciembre, 2013.

Los recientes resultados del informe PISA, sigla en inglés de Program for International Student Assessment (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), nos debe servir para reflexionar que las regiones no deben esperar a que el ejecutivo empiece a estudiar cómo resolver el agudo problema en la educación del país, sino que deben comprometerse con el Gobierno Central para superar las deficiencias de los escolares, en la comprensión lectora y matemáticas.

La mejor forma de comenzar es con  la firme decisión de erradicar el analfabetismo. Por ejemplo, una de las políticas que debería impulsar el próximo gobierno regional de Piura, en colaboración con las universidades locales, especialmente con las que tienen programa de educación, es implementar un proceso de alfabetización a nivel regional, el cual podría convertirse en un referente para difundirlo por todo el país. Se trata de aplicar el principio de subsidiaridad; es decir, que los problemas sean resueltos por la autoridad, ya sea normativa, política o económica, más cercanas.

La aplicación del principio de subsidiaridad es muy útil para el quehacer estatal, pues propicia que las regiones y el gobierno central trabajen en equipo para el desarrollo integral y progresivo de toda la comunidad política. En las zonas más alejadas del país, el Estado debe invertir sus recursos económicos en la mejora de la educación, la disminución del déficit de infraestructura: construyendo caminos de acceso a la ciudad, llevando luz, agua, hasta evaluar la posibilidad de construir un aeropuerto para promover el turismo en la zona y poner en marcha su desarrollo. Al hacerlo, en el sector privado surgirá la idea establecer una oferta hotelera, albergues, restaurantes, visitas guiadas a lugares históricos, promoviendo el bienestar de sus ciudadanos y la ansiada inclusión social.

Con lo anterior, y gracias al principio de subsidiariedad, el Estado tendrá más tiempo para ocuparse de los temas que debe resolver. Deberá fortalecer sus organismos reguladores, brindar una mejor seguridad ciudadana, defensa nacional, reforma tributaria, formalización de los sectores económicos, fomentar la integración sudamericana y todo un sistema que garantice la plena inclusión social. Por eso, no solo debemos preguntarnos cuánto será el porcentaje de crecimiento económico a fines de año, o en cuánto se ha reducido la pobreza, sino también cuántos peruanos han salido del analfabetismo, para garantizar un crecimiento real y sostenido en el tiempo.

 

 

Comparte: