En estos tiempos, cuando la sociedad requiere ciudadanos con la capacidad de reflexión y sensibilidad suficientes como para tomar buenas decisiones, recordemos el poder enriquecedor de la lectura y la necesidad de hacernos mejores lectores.

Por María José Salazar. 25 febrero, 2019.

En cierta pared, un día apareció este mensaje: “Aviso: la lectura perjudica seriamente la ignorancia”. Detrás del humor, se esconde una verdad del tamaño de un rascacielos: las personas que leen libros o textos en general sobre diversos temas (literatura, ciencia, historia, etc.) ejercitan la capacidad de razonamiento, adquieren sabiduría, incrementan su vocabulario, entre otros muchos beneficios de dicho hábito.

Asimismo, para nadie es novedad que, a nivel mundial, muchas de las decisiones equivocadas que se toman están recubiertas de falta de conocimiento sobre aspectos básicos de biología, matemáticas, ética, entre otros. Ahora bien, leer implica comprender, y eso es algo que requiere un aprendizaje.

En efecto, la doctora Milagros Tapia Montesinos, docente de Psicología en la Universidad de Piura, explica que la lectura es un “invento” relativamente reciente (unos 5 000 años). Esto quiere decir que el cerebro no está diseñado para ella y que, cuando leemos, algunas zonas destinadas al reconocimiento de rostros u objetos se “reciclan” y reorganizan para reconocer las letras.

doctora Milagros Tapia Montesinos

La ciencia de leer
El modo a través del cual aprendemos a leer es fundamental. Si no, se termina “paporreteando”, como sucede con muchos niños en la actualidad: pueden reconocer palabras y pronunciarlas, pero no llegan a hacerse una idea de lo que en su conjunto significan.

Según la especialista: “Necesitamos una práctica educativa basada en evidencias científicas y no en modas. Elegir el método es especialmente importante en niños que tienen riesgo de presentar dificultades de aprendizaje; por ejemplo, aquellos con retraso en el lenguaje o que viven en situaciones sociales desfavorecidas”.

Además, dice: “Las evidencias nos indican que el método más eficaz para aprender a leer comprendiendo es el fonético. Consiste en enseñar que a cada letra le corresponde un sonido. Pero, lamentablemente, en algunas escuelas de nuestro país aún se le sigue enseñando a leer al niño a través del método global, es decir, aprende a “leer” o a memorizar visualmente las palabras completas. Por otro lado, está el enfoque constructivista, que propone que el niño descubra el principio alfabético por sí mismo. Pero no: la lectura hay que enseñarla de una forma directa, sistemática y explícita”.

Tapia Montesinos, Premio Extraordinario de Doctorado en Educación, por la Universidad de Navarra y autora de una investigación exhaustiva acerca de la comprensión lectora, explica que la descodificación o el reconocimiento de la palabra es un elemento clave en la lectura. Si un niño hace mucho esfuerzo en leer o en descodificar entonces estará dedicando gran parte de sus recursos cognitivos a la atención de ese proceso y le quedará muy poco para la comprensión. “Es necesario que el niño automatice su lectura, es decir, que lea con precisión y fluidez. Pero para comprender un texto, una frase o una palabra, el reconocimiento no es suficiente. También intervienen otros elementos como el vocabulario, el conocimiento del mundo, la atención, la motivación, el tipo de texto, etc.

 Del dicho al hecho

Ya sabemos que leer es básico para nuestro desarrollo personal y social. También hemos conocido que el método fonético es el más eficaz (atención, padres de niños en edad preescolar). Lo que toca ahora es poner manos a la obra.

La docente señala que la lectura es un hábito y, por lo tanto, hay que practicarlo como cualquier disciplina si queremos ser lectores competentes: “Tendría que estar presente en la vida cotidiana de cualquier familia. Si en casa se disfruta de la lectura, si los padres visitan las librerías junto con sus hijos, leen con ellos; si los libros, cuentos o novelas forman parte de los regalos de cumpleaños o de Navidad, tendríamos más posibilidades de formar nuevos lectores”.

En el caso específico de los niños, recuerda que la lectura, al ser un proceso complejo, es necesario estimularla. ¿Qué más pueden hacer los padres? “Una actividad muy eficaz es la lectura compartida. Oír a los padres leer es una excelente experiencia; pero además, si los padres buscan la participación del hijo pidiéndole que responda alguna pregunta, que invente el final, que recuerde qué fue lo que leyeron el día anterior, que señale con su dedo alguna letra o alguna figura, todo esto favorece el hábito lector y tiene muchos beneficios a nivel cognitivo, porque estamos estimulando la atención, la memoria, así como la percepción visual y auditiva. A nivel lingüístico, incrementamos su vocabulario o estimulamos su capacidad para realizar inferencias; y a nivel afectivo, sin duda es un momento donde se establece un vínculo entre el hijo y el padre o la madre”, puntualiza.

En cierta oportunidad, el escritor argentino Jorge Luis Borges dijo: “Nunca se termina de aprender a leer. Tal vez como nunca se termine de aprender a vivir”. Valdría la pena tener en cuenta estas sabias palabras para aplicarlas a nosotros mismos, personas adultas que, muchas veces, preferimos ver la temporada completa de una serie de Netflix antes que disfrutar de un rato de sosegada lectura en aquel rincón de la casa destinado a crear, soñar e inmortalizar.

 Prueba PISA y otros indicadores

  • La prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) es una evaluación que se aplica a escolares de quince años de educación Secundaria, elegidos al azar en los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y otras naciones invitadas como el Perú. Una de las competencias que evalúan es la capacidad lectora: comprender, utilizar, reflexionar e involucrarse con textos escritos.
  • Aunque nuestro país es el que más creció en América Latina respecto a la medición de la prueba PISA del 2012, seguimos ubicados en el penúltimo lugar.
  • En cuanto a la lectura, solo 31,4% de escolares de cuarto de Primaria, a nivel nacional, alcanzaron un nivel satisfactorio, según los resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) 2016.
  • De la región Piura, el 30,4% obtuvo ese nivel.
  • Del 2015 al 2016, según la ECE, hubo un declive en los resultados de Comprensión Lectora, en Primaria y Secundaria.
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