11

Jul

2019

Más de tres décadas de servicio en la UDEP

Ana María Altuna: “La gratitud de tus alumnos no tiene precio”

  • Inicio
  • Gente
  • Ana María Altuna: “La gratitud de tus alumnos no tiene precio”

Tras 34 años de forjar generaciones de educadores, Ana María Altuna Elías se jubila y cierra así otra importante página de la historia de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UDEP

Por Lady Olivares. 11 julio, 2019.

Egresada de la Facultad de Ciencias de la Información (hoy Facultad de Comunicación) en 1983, Ana María permaneció unos años en esta, dictando algunos cursos con las doctoras Luz González y Carmela Aspíllaga. En 1986, con el asesoramiento de los profesores José Navarro y Rosa Zeta, presenta su tesis “Estudio de la Gaceta de Lima” a un concurso convocado por el Colegio de Periodistas del Perú, en el cual recibe el “Premio a la mejor tesis universitaria sobre Periodismo”.

No obstante, cuando le proponen enseñar en el recién creado programa de Educación (1986), no lo piensa dos veces y acepta de inmediato. Entonces, ella ya era profesora titulada, con amplia experiencia en la docencia; por eso, sabía de la importancia y trascendencia de formar a nuevos educadores.

Desde entonces, Ana María ha dictado cursos de Pedagogía General, Teoría de la Educación, y Didáctica de la Educación en la fe, entre otros. Además, ha trabajado en la línea de investigación Formación de Profesores: Práctica Profesional, sobre la cual elaboró su tesis con la que obtuvo el grado de Magíster en Educación con mención en Teorías y Práctica Educativa

Los años transcurridos han forjado en ella la certeza de que en esta nueva etapa de su vida debe afrontar nuevos retos que está segura podrá asumir. “En primer lugar, valoro lo que he podido vivir y aprender en la Universidad pues uno nunca termina de aprender. El mismo ambiente de trabajo, el compañerismo, el reconocimiento y apoyo de tus jefes y, sobre todo, el aprecio y gratitud que expresan los alumnos cuando se ven realizados, sosiegan el alma y te hacen sentir que el deber cumplido está más vigente que nunca. Esto nos renueva y da las fuerzas necesarias para seguir adelante”, expresa.

Reconocimiento a 34 años de labor
En ceremonia familiar, realizada en el rectorado, el doctor Antonio Abruña entregó un presente a Ana María. “Esta no es una despedida, es un acto de reconocimiento y agradecimiento a los años que has dedicado a engrandecer la Facultad de Ciencias de la Educación, de donde egresan educadores formados con los valores que los niños y jóvenes del país necesitan. Eres de nuestra familia y esta casa siempre estará con las puertas abiertas para recibirte”, le dijo el rector.

Por su parte, Camilo García, decano de la Facultad, comenta que solo tiene palabras de agradecimiento para la profesora Ana María. “Ha sido una verdadera maestra forjadora de generaciones de educadores; y un verdadero ejemplo de amor por la educación. Fui su alumno y tuve la oportunidad de escuchar sus clases de Pedagogía General. Debo destacar que, si hubo alguna duda al elegir mi profesión, con las clases de la profesora Altuna se resolvieron todas mis inquietudes al respecto”, acota.

Luego, prosigue el decano: “Siendo colegas, aprendí de ella el cuidado en los detalles tanto en el decir como en el actuar. Aprendí de ella, a no descuidar nada en mi preparación de clases y a tener mucha delicadeza y expresarnos correctamente con los alumnos y con los profesores. Ella encarna, para mí, el ideario de la Universidad. Es de las profesoras con las que uno aprende con el ejemplo. Ya como decano, mantuvimos la cercanía y la confianza y pude escuchar muchas de sus sugerencias para el buen funcionamiento de nuestra facultad”, indica.

Un beso y una flor
Profesores exdiscípulos le ofrecieron también un sencillo y emotivo homenaje en el que la profesora Gabriela Alcalá le dedicó la canción “Un beso y una flor”, de Nino Bravo. Mientras entonaba aquella frase “Al partir, un beso y una flor, un te quiero una sonrisa y un adiós. Un ligero equipaje, para tan largo viaje, lo que nos es querido siempre queda atrás”, una profunda emoción se dibujaba en el rostro de Ana María.

¡Muchas gracias, profesora Altuna, por ser siempre UDEP!

Comparte: