10

Jun

2020

Ante la llamada 'nueva normalidad' surge la imperiosa necesidad de plantearse nuevos modelos de negocio. El modelo de negocio responde a tres preguntas básicas: ¿qué producto o servicio quiero vender?, ¿a quién? y ¿cómo?

Por Jorge Gallo. 10 junio, 2020.

El COVID-19 ha traído funestas consecuencias a la economía empresarial. Muchas empresas, sobre todo las más pequeñas, han quebrado ante la imposibilidad de seguir operando de la forma acostumbrada. Mucho se habla, incluso, de una “nueva normalidad” lo que lleva a entender que las cosas no serán como antes y, siendo así, los negocios tampoco podrán operar como lo venían haciendo hasta antes de comenzar la cuarentena.

Surge, entonces,la imperiosa necesidad de plantearse nuevos modelos de negocio. El modelo de negocio responde a tres preguntas básicas: ¿qué producto o servicio quiero vender?, ¿a quién? y ¿cómo?

Las respuestas a estas interrogantes determinarán la forma en que se deberán replantear los negocios. No cabe duda de que jugará un rol importante el nivel de emprendimiento que tenga cada empresario. Se aclara: un emprendedor es aquel que idea una forma particular de vender un producto o servicio; también puede ser aquel que toma una idea y la adapta o mejora para ofrecerla en un mercado particular. Quien solo copia fielmente otro negocio es, simplemente, un imitador.

A estas alturas, muchos pequeños empresarios se habrán dado cuenta también de que la informalidad tiene un costo muy alto, pues nadie los tiene “mapeados o identificados”. Es momento de formalizarse y, con ello, no sólo contribuir al desarrollo de la economía del país sino también a conseguir mejores condiciones cuando se soliciten préstamos a bancos o financiamiento a proveedores.

Tener un modelo de negocio correctamente definido, ser realmente un emprendedor y formalizarse serán tres requisitos indispensables en esta “nueva normalidad”.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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