24

Jul

2020

Artículo de opinión

¿Construir o reconstruir?

Habrá mucho trabajo en construcción; pero, hay que definir qué es lo que realmente necesita la Piura y qué queremos para el futuro, por ejemplo, para el 2032, cuando Piura celebre 500 años.

Por Ernesto Gallo. 24 julio, 2020.

A febrero del 2017 todo era felicidad y prosperidad en Piura, las calles y pistas eran perfectas y señalizadas, los sistemas de agua y desagüe eran completos e impecables, los desagües pluviales eran una maravilla, las cuencas ciegas ya habían visto la luz. Pero, en marzo del 2017 vino un Niño malo, “manaturaloso” en lenguaje piurano y destruyó mucho, por lo que debemos reconstruir. 

En realidad, lo esperábamos en el 2016 ya que a mediados del 2015 se había formado en el Pacífico sur una inmensa masa de agua caliente a la que los científicos llamaron Godzilla Niño; pero, en el verano de 2016 no pasó nada en Piura y los fondos para prevenir los daños esperados no se usaron.

El único problema que teníamos en febrero del 2017 era la falta de agua. Los reservorios estaban secos, se discutía a qué cultivos se les cortaría el agua, cómo se restringiría este recurso a las ciudades; y, de pronto, llegó otro niño, “malcriau” (El Niño Costero), que hizo daño en varios países; las imágenes de los huaicos en Lima y las inundaciones en varias ciudades del Perú fueron notables. Los estragos en otros países, en esos mismos días, eran muy preocupantes.

En Piura, la pasábamos relativamente bien, hasta que se desbordó nuestro río Piura, “veleidoso como sus chinas”, inundando el Medio Piura y el centro de la ciudad. Los que sufrimos las inundaciones del 72, los mega niños del 83 y 98, notábamos que el del 2017 no era tan fuerte, hasta que inundó la ciudad, como no lo hacía desde hacía 45 años, y también el Bajo Piura debido a que se taponeó casi la mitad del cauce río abajo en La Arena, para hacer un puente más corto.

La ciudad se inundó debido, en parte, a que alguien rompió las defensas para hacer unas plazoletas en el malecón. Este Niño fue totalmente inesperado, como los científicos no conocían la causa le pusieron un nombre más bien descriptivo, “Niño Costero”. Hay científicos, como discutíamos con unos alemanes que participaron en un evento sobre clima en la UDEP a inicios de este año, que no descartan que el del 2017 fuera una cola del Godzila Niño esperado el año anterior.

Al evento del 2017 se le podría llamar Godzilla Junior. El nombre es lo de menos, baste decir que El Niño se llama así porque cuando llovía por Navidad en Piura el pueblo culpaba, o más bien agradecía al Niño Dios por las aguas que caían en nuestra desértica región.

Fue entonces, en marzo de 2017, que nuestra maravillosa, pulcra, próspera y ordenada Pura sufrió un fuerte golpe en la infraestructura y en los hogares. Si no hubiéramos sufrido este nuevo evento ENSO, viviríamos felices; pero, ya que El Niño ha destruido nuestra inmejorable infraestructura debemos reconstruirla para regresar al óptimo nivel de vida de febrero del 2017. Eso sí, la reconstrucción debía ser con cambios, no se avanzó nada según algunos, en realidad sí vemos algunos resultados.

Para avanzar más rápido, cuatro años más tarde, se ha contratado a empresas irlandesas para que supervisen y asesoren la ejecución de estas obras de reconstrucción y para que volvamos a vivir tan bien como antes.

¿No será que la idea de reconstruir solo logrará hacernos regresar al nivel de febrero de 2017, lo que es totalmente mediocre? ¿No debemos construir un nuevo Piura más que reconstruirla? En estos días habrá mucha discusión sobre la reconstrucción con apoyo de los irlandeses y se dará oídos a la sociedad civil, etc. para que opine sobre una serie de proyectos que ya están diseñados, con prepuestos aprobados y que se van a ejecutar de todas maneras. Como sucedió con la inútil descolmatación de río ejecutada después de las lluvias, a pesar de la oposición local.

La pregunta adecuada en este momento no es si la lista de proyectos que maneja la Autoridad de la Reconstrucción es buena o no, indudablemente generará una mejora paretiana; es decir, que beneficia a algunos sin perjudicar a nadie.

Habrá mucho trabajo en el sector construcción y a lo largo de su cadena de valor, el problema está en definir qué es lo que realmente necesita la Piura y qué queremos en el futuro, por ejemplo, para el año 2032, cuando Piura celebre 500 años de fundada. Una buena meta de planeamiento hubiera sido el 2021 para el bicentenario, 4 años después de El Niño, pero se nos escapó la ola, esperemos que no perdamos la siguiente.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas en él son de responsabilidad del autor.

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