25

Ene

2021

Artículo de opinión

Nuestra responsabilidad ante la segunda ola

Una vez más, queda en evidencia la falta de capacidad de aprendizaje de muchos y el “olvido” (de algunas mayorías) de que aún estamos ante una pandemia mundial.

Por Juana Huaco. 25 enero, 2021.

Foto: ANDINA.

Recientemente se han dictado medidas restrictivas focalizadas en el país para controlar el incremento de los contagios por el COVID-19, y, sobre todo, por la saturación de los sistemas de salud.

Esta situación era algo que se venía venir como producto de todas las actividades recientes: la prefiestas navideñas y de fin de año; reuniones masivas, aglomeraciones en centros comerciales, en entidades financieras, etc. Una vez más, queda en evidencia la falta de capacidad de aprendizaje de muchos y el “olvido” (de algunas mayorías) de que aún estamos ante una pandemia mundial; tal vez, es porque piensan “nunca me pasará a mí”.

Esta falta de responsabilidad en nuestro comportamiento se manifiesta en los ciudadanos que no usan o usan mal la mascarilla; en el descuido del distanciamiento físico, y ya ni qué decir de los aforos excesivos en lugares cerrados.

Esta conducta no solo denota falta de consideración hacia sí mismo y sus familias, sino para todos. Muchos no piensan que quizá son asintomáticos (tienen el virus, contagian, pero este no tiene ningún efecto en su salud). Olvidamos que somos miembros de una sociedad y que no somos individuos aislados. Debemos pensar en los otros y no contribuir a la propagación del virus; ahorremos dolor a los otros, especialmente a quienes no pueden trabajar debido a las restricciones.

Ver ciudadanos, no solo jóvenes, que incumplen las normas, solo porque no hay vigilancia, muestra una gran irresponsabilidad y un pésimo ejemplo: “si está la autoridad no lo hago, y solo espero que se vaya, para incumplir”. ¿Cómo los calificamos? ¿Viveza criolla? Realmente, nos estamos haciendo mucho daño entre nosotros. Dejemos que el Gobierno haga lo suyo, pero también tenemos una responsabilidad para que Piura no esté en alerta grave. Lo que suceda después del 31 de enero, será consecuencia de lo bien o mal que nos comportemos durante estos 15 días. Tomemos conciencia de ello.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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