01

Feb

2021

Artículo de opinión

Nuestra vida es el estado de nuestra mente

Respetémonos, apreciemos los detalles sencillos de la vida. Pelearse contra la realidad que no nos gusta es como romper un espejo para cambiar lo que se refleja en él.

Por Jaime Ancajima. 01 febrero, 2021.

Foto: Freepik.

Vivimos momentos muy difíciles en todos los ámbitos de nuestra sociedad y uno de los temas que más ha cobrado protagonismo últimamente es el del estado mental de la población debido a la pérdida de nuestros seres queridos, falta de empleo y muchos otros problemas. La gente actúa con menos tolerancia, está estresada; y, en muchos casos es agresiva y no le interesa el bienestar común.

La psicóloga española Elena Sanz, en uno de sus artículos, explica cómo influyen en nuestro estado emocional los entornos desordenados, las relaciones tóxicas y las dificultades, que no son más que el reflejo de una mente que precisa orden y calma. A veces, sentimos que la vida es injusta, que no tenemos las oportunidades que merecemos o que los demás no nos tratan como deberían. Sanz comenta que, en realidad, todo lo que nos rodea es, en gran parte, un reflejo del estado de nuestra mente y nosotros tenemos no solo la posibilidad sino también la responsabilidad de actuar para cambiarlo.

Debemos reconocer que muchas veces caemos en el victimismo y en la creencia de que nuestros problemas no tienen solución o que están fuera de nuestro alcance y, finalmente, nos resignamos a “nuestra suerte”. Elena Sanz nos sugiere dirigir nuestra mirada hacia dentro, para poder encontrar las respuestas y así cambiar la situación por la que estemos atravesando. Analicemos cómo está nuestra vida ya que esta es el reflejo de cómo está nuestra mente. Debemos identificar qué nos incomoda, qué nos falta, qué necesitamos y qué deseamos modificar.

Sanz también aconseja revisar nuestro entorno, ya que los espacios en los que habitamos o pasamos gran parte de nuestro tiempo son un claro reflejo del estado de nuestra mente. Observemos si nuestro espacio está ordenado, limpio y despejado. Cuidar de nuestros ambientes es también una forma de cuidarnos a nosotros mismos.

Asimismo, debemos revisar cómo están las personas con las que nos relacionamos, con las que más tiempo pasamos, pues son un reflejo de la relación que mantenemos con nosotros mismos. Si estamos rodeados de personas cariñosas y respetuosas, eso nos enriquece y aporta positividad; sucede lo contrario si son irrespetuosas, egoístas, desconsideradas o tóxicas.

Cambiemos el estado de nuestra mente. Si no nos gusta lo que vemos fuera de nosotros, modifiquemos lo de adentro; aprendamos a soltar cargas del pasado. Respetémonos, apreciemos los detalles sencillos de la vida. Pelearse contra la realidad que no nos gusta es como romper un espejo para cambiar lo que se refleja en él.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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