De manera general, el riesgo es la probabilidad que ocurra algo malo, un daño. En los negocios, ese daño o algo malo consiste en no lograr la ganancia o rentabilidad deseada o en perder parte o todo el capital invertido.

Por Jorge Gallo. 31 mayo, 2021. Publicado en Correo

Un interesante artículo publicado este mes en el portal de la BBC nos da estos interesantes puntos de vista sobre este tema que pasaré a hacer saber y comentar.

El primero es que, detrás de cada historia de éxito que vemos en las noticias o en las redes sociales hay muchas más de fracasos y, esas, no son contadas. Esto podría llevar a pensar, entonces, que invertir siempre trae como resultado una adecuada rentabilidad.

El segundo, es que los inversionistas tienen tres grandes perfiles: conservador, moderado y arriesgado o agresivo. Por tanto, cada uno de ellos toma decisiones de inversión de acuerdo a su propio perfil.

El tercero, es que las inversiones son a largo plazo; la inmediatez no funciona en este caso. Quien quiera ganar dinero de la noche a la mañana podría probar comprando la lotería y ganarla si puede.

El cuarto, es que las inversiones a gran escala las hacen personas con una “espalda financiera” ancha, es decir, un gran respaldo financiero. Además, asumen riesgos calculados. No apuestan la casa donde viven ni los ahorros ni la CTS o los fondos de la AFP, de los que pueden haber dispuesto últimamente, por ejemplo.

El quinto (y muy importante), es que para asumir riesgos hay que tener conocimiento y realizar un necesario análisis. Dicho de otra forma, no podemos invertir en algo que no conocemos o solo porque vemos que otro ha tenido éxito en ello.

Y, esto último es lo que con mayor frecuencia ocurre. Invertimos en negocios de los que sabemos poco o nada, simplemente porque alguien nos ha dicho que “fulano hace lo mismo y tiene casa y carro”. Es más que seguro que esa persona tiene esos bienes después de muchos años de fracasos y sacrificios.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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