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Jun

2021

¿Santificación del trabajo?

San Josemaría planteaba: “para servir, servir”, para hacer bien las cosas, debes prepararte. Tu trabajo adquiere una dimensión superior, te haces mejor persona y arrastras, con tu ejemplo, a colegas y amigos a ser mejores cristianos.

Por Ernesto Gallo. 25 junio, 2021. Publicado en El Tiempo

Entendía que el trabajo era una maldición debida al pecado original y que eso de ser santo era, estadísticamente, para curas. Ahora, hay un matrimonio canonizado, así como profesionales y matrimonios en proceso de beatificación.

En 1969, al “cura López” del Salesiano le asombraba que el rector de la UDEP fuera a Misa diaria, a pesar de su cargo. Ingresé en 1972, me encontré con conceptos y maneras de vivir que percibí como disruptivas. “Una hora de estudio, para un apóstol moderno, es una hora de oración” me dijo un amigo. Mi compañero de aventuras parranderas de repente tenía unos cuadernos impecables, luego con otros amigos tuvimos memorables jaranas, ¡Con una sola cerveza!, impensable en mi barrio.

El fundador de la Universidad de Piura, San Josemaría, venía predicando por 40 años estas nuevas, aunque viejas, maneras de ser cristiano en medio del mundo: que todos pueden y deben luchar por ser santos, como los primeros cristianos. Percibí que no eran aquellos santos que flotan y visten sotana, sino trabajadores laicos, incluso casados. En Roma les dijeron que estaban muy adelantados, que regresen en unos 100 años.

Como tema disruptivo, generó oposición a todo nivel. Pero en los 60, el Concilio Vaticano II validó su mensaje respecto a los laicos y más tarde el papa Juan Pablo II lo beatificó y lo canonizó, poniéndolo como ejemplo para la humanidad. “El santo de lo ordinario”, lo llamó.

¿Santificar el trabajo? ¿No es para cucufatos? San Josemaría, un santo moderno, planteaba en la Universidad de Navarra que “hay un algo santo, divino, escondido … en el laboratorio, en el quirófano de un hospital, en el cuartel, en la cátedra… en la fábrica, en el taller, en el campo, en la familia y en el inmenso panorama del trabajo”.

Entendí que debemos hacer muy bien el trabajo; no solo para ganar más, sino para hacer bien a los demás y ofrecerlo a Dios, como cuando ciertos futbolistas anotan un golazo y señalan al cielo, uno se hace mejor cristiano, no con golazos sino con pequeños sacrificios y pensando en Dios.

San Josemaría planteaba: “para servir, servir”, para hacer bien las cosas, debes prepararte. Tu trabajo adquiere una dimensión superior, te haces mejor persona y arrastras con tu ejemplo y consejo a colegas y amigos a ser mejores cristianos, no santurrones; sino santos modernos, que “WhatsAppean” en un mundo 5G, con los pies en la tierra y la mente en el cielo.

La Iglesia y la UDEP celebran la Fiesta de San Josemaría Escrivá el 26 de junio, desde el 2002, cuando fue canonizado.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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