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Discurso
Discurso de bienvenida pronunciado por el Dr. Antonio Mabres, rector de la Universidad de Piura
Estimados miembros del Consejo Directivo y del Consejo Consultivo de los premios Esteban Campodónico Figallo, miembros del jurado, a nuestros premiados y personas allegadas a ellos que los van a presentar, querido público que nos acompaña en esta ceremonia de premiación de los premios Esteban Campodónico 2002.
Era el año de 1994 cuando la Universidad de Piura recibió, con gran satisfacción, y actuó con gratitud la invitación que nos hizo la Fundación Clover para asumir el encargo de organizar y completar cada año el otorgamiento de premios, ejecutando de esta manera la humildad del Dr. Esteban Campodónico Figallo. Nos pareció todo un reto y comprendimos también, que requeríamos la colaboración de mucha gente, pero valía la pena ponernos manos a la obra. Lo vimos también como una estupenda ocasión para cumplir con la misión de promoción de valores en la sociedad que tiene la Universidad de Piura, aunque en este caso sea con una opinión distinta a la docencia y la investigación que constituyen su rol principal. Se trata aquí de una actividad, asimismo, especialmente grata, premiar a quien lo merece y quizá no han tenido todavía un estímulo y reconocimiento por su labor.
En particular, la Universidad de Piura asume colocar su misión el compromiso de impartir una educación de calidad, con la máxima competencia profesional y con sentido de solidaridad que se expresa en el escrito de servicio. La condición de valores y servicio, a través del trabajo profesional, personal y a través de actividades de servicio directo, que también son trabajo naturalmente, en beneficio de la sociedad peruana ha sido una oportunidad recibida con especial responsabilidad e interés por la universidad.
En particular, personalmente al hacerme cargo de organizar los premios, consistía en conformar el premio, recibir propuestas y canonizar la colaboración desinteresada de quienes han decido integrar los jurados. El Consejo Consultivo fue pieza clave para concretar estos cometidos de los que se encarga, en buena parte, la secretaría ejecutiva.
Han pasado ya 8 años desde la etapa inicial, que recordamos con alegría y hoy nos encontramos a las puertas de otorgar los Premios Campodónico 2002. Surge aquí, nuestra gratitud al Dr. Esteban Campodónico de cuya generosidad provienen los fondos que financian estos premios y a la Fundación Clover de Nueva York por aquella invitación y por trabajo tan bien coordinado durante estos años.
Vemos como se ha consolidado cada año nuestra disposición por la responsabilidad asumida y nuestro deseo por continuar con este proyecto para seguir premiando a personas e instituciones que sirven a la sociedad peruana, a través de su trabajo o actividad de servicio directo haciendo que estos ejemplos sirvan como estímulo a muchos otros. Estos ejemplos han sido plasmados, en un primer momento en reportajes y entrevistas a los ganadores de los cinco primeros años de los Premios Campodónico. Reportajes que han tenido como autora a la licenciada Guerrero, que nos acompaña y esperamos tener la siguiente edición en la ceremonia de premiación de nuestra décima edición. Fue así como quisimos y queremos compartir con la sociedad peruana nuestros valores de solidaridad, generosidad, perseverancia, honestidad, amor, dedicación al trabajo y excelencia a nuestro trabajo que se encuentra en muchos peruanos ejemplares y por cuál nuestros ganadores son una meritoria muestra.
Nos acercamos, como lo dije hace un momento a nuestros primeros diez años y reafirmamos con seguir junto a la Fundación Clover cumpliendo con el honroso encargo de hacer existir la bondad del Dr. Esteban Campodónico, con el deseo de convocar muchas más candidaturas de todos los rincones de nuestra patria, buscando que de alguna manera salgan entre el anonimato y reciban de la sociedad peruana el reconocimiento que merecen, convirtiéndose así en un ejemplo visible, un estímulo y un mensaje de esperanza para todos.
Muchas gracias.
Discurso de agradecimiento pronunciado por el Dr. César Salas, coordinador general de Solidaridad en Marcha, Premio Esteban Campodónico 2002
Significa para nosotros, miembros de Solidaridad en Marcha, y concretamente para mí, desde mi puesto de servicio como médico y coordinador general de la asociación, un enorme orgullo recibir en esta tarde el Premio Esteban Campodónico en el área de Servicios Directos a la Sociedad.
Estamos muy alegres y agradecidos, primero a Dios, pues descubrimos las inmensas bendiciones que Él derrama en nuestro servicio cotidiano a los más necesitados. Es Él quien nos convoca a la gran tarea de solidaridad y caridad cristiana con los más pobres. Así es como descubrimos nuestra misión, la solidaridad.
Este premio, no hace otra cosa que poner de relieve la inmensa importancia del valor de la solidaridad, especialmente en nuestro tiempo y en nuestro país, tan marcado por profundas contradicciones y muestras de enorme egoísmo. Precisamente, el Papa Juan Pablo II, denunciando este problema, como apertura la Conferencia de Puebla, decía: la nuestra es, sin duda, la época en la que más se ha escrito y hablado sobre el hombre, época de los humanismos; sin embargo, paradójicamente, es también época del rebajamiento más hondo e insospechado de los valores humanos. Época donde los valores humanos se ven confrontados como jamás lo fueron antes.
Es la vivencia de este valor, el valor de la solidaridad, lo que nos une para servir a nuestros hermanos. Desde la experiencia del encuentro con el Señor Jesús vamos construyendo, primero en nosotros mismos y luego en los demás, lazos de reconciliación que sabemos que es una gran responsabilidad. Responsabilidad de promover una cultura más justa y solidaria y reconciliar, pero nos sentimos capaces porque contamos con la ayuda y generosidad de muchas personas y, por sobre todo, con las inmensas gracias que Dios prodiga en el servicio.
Nos reconocemos en el marco del servicio que la Iglesia presta a los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Ella la Iglesia, experta en humanidad, no deja de atender y salir al encuentro de los gozos y angustias de los hombres. De esta manera, de esta forma, somos conscientes de que somos un humilde eslabón en la larga cadena de la historia y tradición de la iglesia en servicio de los más pobres.
Nacemos en el seno de la Iglesia como una iniciativa del Sodalicio de Vida Cristiana. No puedo en este momento dejar de reconocer y agradecer el aliento y las orientaciones que recibimos de don Luis Fernando Figallo, fundador y superior general del Sodalicio, que con sumo cuidado y compromiso solidario, nos impulsa a salir al encuentro de las necesidades concretas de nuestros hermanos pobres, siendo conscientes que la primera tarea social es la santidad.
Los miembros de Solidaridad en Marcha, tenemos como objetivo promover el desarrollo integral de las personas que pasan por condiciones de pobreza material y/o espiritual, en el marco del anuncio de la fe y la promoción humana. Nos nutrimos de la enseñanza social de la Iglesia para alcanzar este objetivo y contamos con la participación solidaria de numerosos profesionales y voluntarios.
Desde aquí, con la alegría de ver nuestro esfuerzo reconocido y con la responsabilidad de extenderlo cada vez más, felicito a cada uno de los miembros de Solidaridad en Marcha, a los que prestan sus servicios en el policlínico Sagrada Familia y en el centro médico Santísima Cruz de Ate, médicos y profesionales de la salud que buscan una salud digna y solidaria.
A los que sirven en la clínica materno-infantil Santa María de la Vida, por su constante testimonio de confianza y esfuerzo de promover una cultura de vida y de respeto a la vida misma, desde su inicio hasta su término natural. A los que atienden delicadamente a los discapacitados en el Centro de Rehabilitación Germán Doig, siendo testimonio de la calidad y bondad de Dios para los que sufren. A los educadores del Centro Educativo Inicial María Guía, por sembrar la semilla del verdadero desarrollo al formar personas humanas en los primeros años de su vida, por su ejemplo de servicio y solidaridad.
A los que sirven en nuestro creciente proyecto la Unidad Oftalmológica Móvil, porque da la posibilidad de una mejor calidad de vida y la verdadera luz que es la luz del Señor Jesús y sé que ahora tienen también un ejemplo a seguir, el ejemplo del Dr. Esteban Campodónico como oftalmólogo. A los voluntarios que cuidan de los ancianos en nuestro albergue de ancianos “Pan para mi hermano”, por desgastarse cotidianamente por el servicio de los más pobres como son los ancianos abandonados en la calle. Con seguridad, son estos ancianos el rostro sufriente de Cristo vivo.
Y a todos los profesionales y voluntarios que desde puestos de administración y organización de proyectos solidarios, en sus corazones sirven a los hermanos más necesitados, anidando con el ejemplo de Santa María, en su corazón que guardaba todas las cosas para mostrárselas a sus hijos más necesitados.
Quiero, finalmente, terminar estas palabras diciendo que el sueño que nos impulsó hace doce años a salir al encuentro de las personas más carentes con un gran entusiasmo hoy se hace por un lado más creíble y por otro lado más entusiasmante por el reto que significa. De esta forma, en nombre de todos los miembros de Solidaridad en Marcha, les digo a todos que nos comprometemos a seguir esforzándonos al máximo de nuestras capacidades y posibilidades.
Que Dios nos bendiga.
Muchas gracias.
Lima, 26 de septiembre de 2002.
Transcripción del discurso pronunciado en la Ceremonia de entrega del Premio Esteban Campodónico Figallo 2002.
Discurso de despedida pronunciado por el Ing. Ernesto Yamaguchi, representante del Dr. Ralph Coti, director de la Fundación Clover
Rector de la Universidad de Piura, Dr. Antonio Mabres. Señores y señoras, todos.
Tengo el gratísimo encargo, responsabilidad de mi amigo Dr. Ralph Coti, a quién le debemos gran parte del mérito, de haber hecho posible, viable, operativa la entrega de los Premios Esteban Campodónico Figallo.
Envió unas pocas palabras, un poco breves, pero no dejan de ser significativas. Leo a continuación sus palabras:
Los últimos siete años, he viajado al Perú en camino al director de la Fundación Clover de Nueva York para otorgar los Premios Campodónico. Siempre ha sido un placer a su país, tan rico en cultura y fe, y tener la oportunidad de conocer a los ganadores de los Premios y hacer planes para el año siguiente.
Desafortunamente, este año debido a obligaciones personales y profesionales fuera de mi control, no puedo viajar al Perú para otorgar los premios y estar presente en esta ceremonia. No obstante, los obstáculos si Dios quiere, en el 2003 estaré presente para otorgar los premios.
Muchas gracias.
Transcripción del discurso del Ing. Yamaguchi que representa al Dr. Ralph Coti de la Fundación Clover.
Lectura del Acta de Premiación pronunciado por la Sra. Katia Cevasco, Secretaria Ejecutiva
Nos complace mucho compartir hoy con ustedes este momento tan especial y cumplir así con el octavo año consecutivo con el Dr. Esteban Campodónico. En esta oportunidad, como en ediciones anteriores hemos recibido muchas propuestas meritorias procedentes de Lima y del interior del país, lo cual constituye para nosotros una enorme satisfacción y un gran compromiso. En esta oportunidad, se recibieron 40 candidaturas, todas ellas muy meritorias, algo que dificultó la labor de los distinguidos miembros del jurado y nos descubre una cantidad notable de personas e instituciones que trabajan en beneficio de la sociedad peruana. Muchas veces sin buscar estímulo que, con la satisfacción del deber cumplido, lo que les hace desde todo punto de vista merecedores de este premio.
Antes de proceder a la lectura del acta de premiación 2002, queremos destacar públicamente la decisiva labor de los miembros del jurado que aceptaron con generosidad y ejercieron con gran dedicación la ardua tarea de evaluar y seleccionar las candidaturas presentadas. La señora María Eugenia Mohme, el doctor Luis Scholedisch, el ingeniero José Davelouis, ganador del Premio Esteban Campodónico en el área Actividad Profesional Destacada 1995, el ingeniero Mandalengotia y la señora licenciada Silvia Guerrero, en calidad de miembro de enlace entre el jurado y la secretaría ejecutiva. A todos ellos va nuestro sincero agradecimiento por su valiosa colaboración pues, al igual que los integrantes del jurado que los precedieron nos otorgan el aporte decisivo para llevar a cabo la voluntad del doctor Campodónico.
Los Premios abarcan las áreas de Actividad Profesional Destacada, que reconoce los aportes realizados mediante el ejercicio profesional; y al área de Servicios Directos a la Sociedad que reconoce la labor de personas e instituciones que dedican su trabajo a afinidades de tipo asistencial que promueven valores como la familia, la salud, la niñez. Son los principios fundamentales que orientan a la naturaleza particular de estos premios.
Pasamos a leer el acta de premiación:
Acta de proclamación de ganadores Premios Esteban Campodónico Figallo 2002
Siendo las 9 de la mañana del lunes 2 de setiembre del 2002, se reunieron en la sede Escuela de Dirección de la Universidad de Piura de la ciudad de Lima, los señores integrantes del jurado calificador de los Premios Esteban Campodónico:
- Lic. Silvia Guerrero
- Sra. María Eugenia Mohme
- Ing. José Luis Davelouis
- Contador público Luis Scholedisch
Con el fin de proceder a la fase final deliberativa para la elección de los ganadores del presente año en las áreas de Servicios Directos a la Sociedad y Actividad Profesional Destacada. El ing. Juan de Mandalengotia envió sus resultados en un sobre cerrado ya que no podía asistir por motivos de salud. Dicho sobre cubierto presencia a nuestro jurado para conocer su veredicto.
Luego de presentar los argumentos correspondientes por parte de los miembros del jurado, se procedió a la votación. En el área de Servicios Directos a la Sociedad, cuyo empataron por la cantidad de 4 votos el profesor Eusebio Castro y la organización Solidaridad en Marcha. El profesor Eusebio Castro, ha efectuado una notable labor a favor de los grupos asháninkas de Satipo en La Merced y valorando su cultura. Solidaridad en Marcha realiza una loable labor a favor de zonas marginales de Lima y Callao preocupándose por su salud, alimentación y educación.
En el área de Actividad Profesional Destacada, fue elegido ganador por tres votos el doctor Gustavo Gonzáles Rengifo, que ha desarrollado diversas investigaciones referentes a la adaptación y desadaptación de la altura aplicados a la mejora de la salud de la población andina del Perú, especialmente al denominado binomio madre – niño.
De esta manera quedaron confirmados como ganadores de la octava edición de los Premios Esteban Campodónico Figallo en el área de Servicios Directos a la Sociedad empate entre el profesor Eusebio Castro y Solidaridad en Marcha. En el área de Actividad Profesional Destacada, el doctor Gustavo Gonzáles.
Cumpliendo este proceso, según el plazo fijado se procede a la solución de esta acta por parte de los asistentes. La secretaría ejecutiva de los Premios Campodónico Figallo tiene la facultad de proceder entonces a la proclamación de los ganadores, así como su comunicación ante los miembros del consejo directivo, consejo consultivo y la opinión pública.
A los premiados y a sus proponentes nuestras felicitaciones, buenas tardes.