Premio Esteban Campodónico

2003 | Radio Onda Azul, Puno

2003 | Radio Onda Azul, Puno

Esta radioemisora fundada en 1958 se ubica en el altiplano, a 3820 metros de altitud y desarrolla una destacada labor de comunicación educativa, participativa y evangelizadora, para esta región fronteriza con Bolivia, así como las zonas altas de Moquegua, Tacna, Arequipa y Cusco. Por ello, incluye horarios de programación destinados a las poblaciones de habla quechua y aimara.

Fue la primera en el país y la segunda en Sudamérica en instaurar el proyecto de educación escuelas radiofónicas, ayudando a superar el estado de analfabetismo que alcanzaba tasas muy elevadas en la región. A lo largo de su historia ha planteado objetivos educativos de cara a las necesidades e intereses de la población del altiplano: la paz, los derechos humanos, la capacitación en el trabajo del campo, el programa de corresponsales escolares, entre otros.

Actualmente, Radio Onda Azul integra la Coordinadora Nacional de Radio, la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica y la Asociación Mundial de Radios Comunitarias.

Discurso

Discurso de bienvenida pronunciado por el Dr. Antonio Abruña, rector de la Universidad de Piura

Dr. Ralph Coti, director de la Fundación Clover y presidente del Consejo Directivo de los Premios Campodónico.  

Dr. Pablo Ferreiro, representante del Consejo Consultivo, distinguidos ganadores de la Convocatoria 2003, distintos señores asistentes a esta ceremonia. 

Es la primera vez que participo como rector de la Universidad de Piura y como integrante del Consejo Directivo de los Premios Esteban Campodónico en esta ceremonia de premiación, por lo que con mucho gusto hago mías las palabras de bienvenida y agradecimiento que se acaban de expresar. Quisiera también ofrecerles mis disculpas pues, hemos de reconocer que la organización se ha visto sobrepasada, nuestros cálculos de asistentes se han visto sobrepasados y ha sido la primera vez que hemos tenido que limitar la asistencia pues por diferentes razones no hemos podido cambiar de lugar.  

Como saben, se acaba de señalar la invitación de la Fundación Clover, la Universidad de Piura asumió en 1994 la responsabilidad de organizar y conducir los Premios en el país. Desde entonces, se ha cumplido sin interrupciones un proceso que nos proporciona la satisfacción de reconocer a personas e instituciones que trabajan en beneficio de la sociedad peruana, como es el caso de nuestros galardonados aquí presentes: Padre Garetea, Fundación ANAR y Radio Onda Azul de Puno.  

Doña Rocío Cánepa Campodónico, sobrina del Dr. Campodónico fallecida hace un año, relata en su memoria que su tío era modesto en su trabajo, acertado en sus diagnósticos y jamás hizo sentir su superioridad por los conocimientos que poseía. Estas palabras describen parte de la generosa personalidad del médico nacido en Italia y radicado en Perú. Y también, sin lugar a dudas la de cada uno de los galardonados presentes pues, todos ellos presentan poseen las cualidades de generosidad, modestia, laborosidad, sapiencia y humildad contenida en las líneas que hemos compartido. El padre Garatea, la Fundación ANAR, y la emisora radial Onda Azul de Puno con los 18 galardonados en ediciones anteriores muestran el trabajo bien hecho realizado con afán de servicio, es capaz de lograr en la convivencia humana, mejora las condiciones de vida de los menos desfavorecidos. Hace eso a mayor educación, cultura, innovación en ayuda en sectores de riesgo. Por ello, mis felicitaciones y deseo que su ejemplo se multiplique a muchas más personas e instituciones para lograr un Perú cada vez más solidario.  

Quisiera agradecer, una vez más a la Fundación Clover en la persona del Dr. Ralph Coti por la confianza depositada en nuestra casa de estudios y también en la colaboración desinteresada de los integrantes del jurado y felicitarlos por su acertada elección, nada fácil teniendo en cuenta el número y calidad de las propuestas presentadas.  

Finalmente, quiero recordar como el Dr. Esteban Campodónico logró aunar su consagración al estudio y la enseñanza en una profunda y especial vocación de servicio. También, es esta la misión de quienes nos dedicamos a lo oficio universitario no es un camino fácil, pero para recorrerlo contamos con la senda trazada por quienes como el Dr. Campodónico nos precedieron mostrándonos que es posible. A ellos, debemos testimoniar nuestro agradecimiento, esforzándonos en alcanzar las metas que nos hayamos propuesto en servicio de nuestra sociedad. 

Muchas gracias. 

Transcripción del discurso del Dr. Antonio Abruña, rector de la Universidad de Piura año 2003. 

Discurso de presentación pronunciado por el Sr. Quispe, representante de Cáritas Puno

Dr. Ralph Coti, de la Fundación Clover.

Dr. Antonio Abruña, rector de la Universidad de Piura.

Dr. Pablo Ferreiro del Consejo Consultivo y la presencia de los hermanos congresistas de la República y también a los hermanos de Cáritas del Perú. 

Cáritas Puno inicia sus labores en el año 1964 con un trabajo pastoral y de caridad en el ámbito de la Diócesis de San Carlos de Bermeo- Puno. En la actualidad, realizamos nuestra labor bajo la guía de nuestro pastor mons. Jorge Carrión Publish. Brindamos apoyo organizacional, auxilio, asistencia técnica en zonas donde la naturaleza convierte su bendición en emergencia y con frecuencia se presentan en el altiplano. Además, contamos con programas socio pastorales para mejorar la salud alimentaria, ejecutando proyectos de desarrollo, contamos con otros proyectos en mejora, buscamos por ello apostando por diversas dependencias e instituciones que permite acercarnos y entrelazarnos más a nuestra iglesia con lo cual me refiero a la radio Onda Azul, con quienes tenemos una relación bastante cercana y por supuesto también con las parroquias de la Diócesis de Puno. 

Mediante este medio de comunicación, estamos realizando trabajos de comunicación, difusión educación con mensajes de nuestra labor y con un lenguaje de pensamiento católico cristiano. La labor se torna más difícil cada día, especialmente en el aspecto económico. Sin embargo, existen instituciones como la Fundación Clover y la Universidad de Piura que ayudan a estimular a nuestros trabajadores y a todas las personas que estamos inmersos en este medio. Y a las empresas e instituciones que apuestan por esta emisora y han hecho suya por los años compartidos, por las experiencias vividas y por el intenso trabajo que realizamos a favor de una audiencia exigentes que ha sabido comprender los cambios y desafíos que nos obligan en estos tiempos. 

El altiplano peruano es una zona muy rica en tradición, cultura y fe católica, pero a la vez está propenso, reitero, a una serie de fenómenos naturales que no permite el desarrollo normal. Por esta razón, nuestra zona se convierte en atractivo para intereses personales y de grupo. Nuestra labor de comunicación y orientación se incrementará más hacia la fe católica cristiana y se pone de manifiesto con mayor énfasis. Por ello, un agradecimiento reiterado al jurado por habernos evaluado nuestra propuesta que fue hecho por el contar con un solo interes que es el de servir a nuestro pueblo, con las mejores intenciones y rescatando de ellos su confianza y fe en Cristo, nuestro Señor y la Virgen María, representado en Puno por la Virgen Santísima de la Candelaria, patrona del Altiplano. 

Muchas gracias. 

Transcripción del discurso del Sr. Quispe, representante de Cáritas Puno. 

Discurso de agradecimiento pronunciado por Ing. Hiomara Castillo, Gerente de Radio Onda Azul (Puno)

Agradecemos a la Fundación Clover y a la Universidad de Piura por este valioso premio y por proseguir con diligencia y empeño el sueño de don Esteban Campodónico Figallo; ilustre y noble médico, cuya vida la dedicó íntegramente a ayudar a los que menos tienen, haciendo de su profesión una vocación de permanente servicio en favor del prójimo.

Al conocer la decisión del jurado al hacernos merecedores del Premio Esteban Campodónico Figallo 2003 en el Área de Servicios Directos a la Sociedad, junto a la Fundación Nuestro Hogar ANAR; no pudimos evitar la emoción de recordar que hace 45 años, iniciamos con Radio Onda Azul aquella “locura de la predicación paulina” en la difícil geografía andina, teniendo por objetivo llegar a la población de los parajes más alejados, con una programación evangelizadora, para todos los aspectos de la vida humana, siguiendo las huellas de Jesús, el perfecto comunicador.

En ese caminar fuimos parte de las Escuelas Radiofónicas, las que fueron creadas con el fin de alfabetizar, aprovechando la ventajosa audiencia de una radio con cobertura departamental, llegando a personas que difícilmente podrían lograr una educación básica en alguna escuela de provincia.

Teniendo en cuenta que hace cuatro décadas, cuando se inició este ambicioso proyecto, las vías de comunicación aún eran muy precarias y la población que vivía en lugares apartados no tenía la posibilidad real y efectiva por ampliar el horizonte de sus conocimientos.

Para concretar la gran cruzada contra el analfabetismo, unieron esfuerzos el Obispado de Puno y la Región de Educación, desplegando denodados trabajos para cubrir las mayores expectativas del creciente alumnado, que reunidos ocupaban parroquias, salones comunales y hasta casas particulares alrededor de un receptor de radio, de donde emanaba la luz de la educación.

Más de 500 profesores quechuas y aimaras voluntarios, desarrollaban con pericia y dedicación encomiable la fructífera labor de impartir conocimientos en enormes aulas, cuyos muros eran la cordillera y los cerros del altiplano, teniendo por techo la infinitud de los cielos y por piso los reflejos del gran lago Titicaca.

En la cima más alta del trabajo educativo radial, el año 1968, se contaba con 8 mil 701 estudiantes matriculados, distribuidos en mil 750 escuelas radiales. La equivocada idea de que el indígena carecía de inteligencia para aprender, siendo la educación un privilegio de las urbes, había sido quebrada.

La tarea de llegar a los rincones olvidados del interior para educar y evangelizar fue cumplida con la voluntad de algunos visionarios, como el padre Markinoll Roberto Kerns, ferviente creyente en el proyecto de la “radio escuela” y sus resultados satisfactorios en el esforzado campesinado puneño.

Los horarios en los cuales se impartían lecciones de matemática básica, lenguaje, geografía, ciencias naturales e historia, que tenían una duración de 50 minutos por curso, eran respetados escrupulosamente.

Ávidos oyentes mostrando interés en aprender, como si se tratara de un novedoso pero nutritivo alimento que los llenaba, no se perdían un solo detalle de los enunciados practicados por los “radio pedagogos”, digiriendo perfectamente el alimento llamado “conocimiento”.

A partir de allí, Radio Onda Azul se convirtió en un acompañante leal y constante del poblador de “adentro”, de las familias que viven del trabajo arduo y duro de la tierra. Un sonido más fue incorporado a la sinfonía de la naturaleza, que acompasa las labores del poblador andino: el de un hermano de gran voz, el cual, sin estridentes gritos o tronantes ecos, posibilitó al hombre del altiplano ampliar su horizonte de esperanza y libertad.

Ciertamente, los premios son estímulos, letreros en medio de la carretera llena de neblina que dicen si avanzaste algo, pero de ninguna manera metas finales; más bien alicientes morales que, sobreponiendo al fatigado cuerpo, animan el espíritu, anunciándonos estar en la ruta correcta, pero todavía muy lejos del objetivo, en el largo camino del servicio, sin esperar más retribución que, en nuestro caso, la silenciosa gratitud en la sonrisa ilusionada y esperanzadora de un oyente que descubrió un mundo de mayores posibilidades, contenidas en un receptor de radio que apareció en su vida, para ser parte de su historia y, por tanto, de su futuro.

A nombre de la Iglesia puneña de quechuas y aimaras, en particular de Monseñor Jorge Carrión Pavlich, nuestro pastor, y los trabajadores de Radio Onda Azul, brazo de evangelización y humanización, reitero mi gratitud por el premio que recibimos con la firme esperanza de seguir trabajando por nuestro pueblo.

Ing. Hiomara Castillo

Gerente de Radio Onda Azul (Puno)

Lima, 12 de agosto de 2003

Discurso de despedida pronunciado por el Dr. Ralph Coti, director de la Fundación Clover

Es para mí, una nueva oportunidad de visitar el Perú para otorgar los Premios Esteban Campodónico y para participar en la reunión anual de preparación de procesos de la convocatoria y selección y premiación del año que viene. 

Siempre para mí es un placer ver y conocer a los premiados quienes han prestado tanto de su labor y tiempo a Perú. Yo recuerdo muy bien mi contacto con los premiados de años anteriores, algunos que nos acompañan hoy, durante y después de la ceremonia de premiación y lo que yo he leído sobre su labor y sus logros. Yo sé que ellos reflejan lo bueno de la sociedad peruana y de la humanidad.  

Todos los premiados estaban en sus propias tareas de servicio, antes de recibir el premio y ellos continuarían en ellas aún si este nunca se hubiese establecido. Es así como nos preguntamos porque no ayudamos a personas y organizaciones que ofrecen su tiempo, sus talentos y una buena parte de sus vidas para ayudar a otras personas o desarrollar a la sociedad. A los integrantes de una sociedad les gusta reconocer lo bueno de sus miembros más destacados han hecho, es una manera de decir a ellos “gracias” públicamente a quienes han dado y que siguen dando tanto a nuestra sociedad y darles algún apoyo económico para completar algunas de sus metas y objetivos. Asimismo, es un premio público otorgado a personas e instituciones anualmente y, es una forma de recordar a los miles de personas que dedican una parte o quizá toda su vida a la sociedad, manifestar que la sociedad estima sus esfuerzos. No obstante, que pocas personas pueden recibir reconocimiento público como en estos premios, esto puede animar a otras personas a darse cuenta de que dar de sí es algo que la sociedad estima y quiere fomentar. 

En mi contacto con los Premios Campodónico, yo he alcanzado a conocer a más de un peruano muy distinguido y generoso. Este peruano es el Dr. Esteban Campodónico, fallecido ya hace 64 años, era médico que a través de su testamento dedicó una buena parte de lo que había ganado en su vida profesional a establecer este programa que ya ha tenido tantos buenos frutos.  

Yo he leído su testamento muchas veces, lo he trabajado con las cortes de Nueva York y los comités aquí en Perú. Además, he hablado con miembros de su familia, en especial, con la Sra. Elena Raffo, sobrina del Dr. Campodónico quien hoy está honrándonos con su presencia. 

Yo he ido comprendiendo con estos contactos su visión, su plan, su sueño y su carácter. De lo que yo he leído me parece que el Dr. Campodónico dedicó buena parte de su vida al desarrollo de la sociedad peruana, amo a su patria y quiso mejorar la sociedad no solo en la vida sino después de su muerte. Debido a esa generosidad, de una sola persona manifestada hace tanto tiempo tenemos ahora a un cargo que continuará dando frutos a Perú y que animará a más personas a dedicarse al servicio de la sociedad. 

Mis más sinceras felicitaciones al Padre Gastón Garatea, a la Fundación Anar y a la radio Onda Azul de Puno por estos galardones que nos honran en recibir esta tarde. Gracias por lo que ustedes hacen en bien de la sociedad peruana. Les deseamos muchos éxitos en los proyectos que emprendan.  

Quiero también agradecer al Dr. Antonio Abruña, rector de la Universidad de Piura. Prestigiosa entidad que hace posible la organización anual de estos premios, así como a los miembros del Consejo Consultivo y al Dr. Pablo Ferreiro del Jurado, que este año nos ha acompañado en lo que sabemos fue una selección difícil de los candidatos. 

Antes de entregarse los Premios Campodónico, yo no había tenido ningún contacto con el Perú. En los últimos años, yo he venido aquí muchas veces y he conocido a muchos peruanos. Par mí, es un honor y un placer conocer a un país tan bello y tan rico en cultura, historia y personas de tan buena voluntad. 

Muchas gracias. 

Transcripción del discurso de despedida a cargo del Dr. Ralph Coti, secretario de la Fundación Clover.

Lectura del Acta de Premiación pronunciado por la Lic. Silvia Guerrero, Secretaria Ejecutiva

Buenas tardes a todos. 

Nos complace mucho hoy compartir con todos ustedes este momento tan especial y cumplir así una vez más con la voluntad del Dr. Esteban Campodónico Figallo. Antes de cumplir el honroso encargo que nos trae hoy aquí, quisiera manifestar nuestro agradecimiento al Dr. Antonio Mabres, quien como rector de la Universidad de Piura mantuvo su apoyo permanente a los premios desde sus inicios en los años ‘94, ‘95. Paralelamente, nuestra bienvenida y mejores deseos al Dr. Abruña, quien este año asume el rectorado de la Universidad de Piura y, por tanto, la vicepresidencia del Consejo Directivo de los Premios. 

En esta oportunidad como en las anteriores vimos muchas meritorias propuestas procedentes de Lima y del interior del país, lo cual constituye para nosotros motivo de gran satisfacción y de un gran compromiso. Al cierre de la convocatoria, este 16 de mayo recibimos 63 candidaturas: 19 en el área de Actividad Profesional Destacada y 42 en el área de Servicios Directos a la Sociedad. Recibir tal cantidad de propuestas sobre personas e instituciones que dedican sus mayores esfuerzos a ayudar a los demás, muchas veces sin buscar mayor reconocimiento que la sonrisa de un niño o el agradecimiento de una madre, nos descubre una faceta muy valiosa que es la de la solidaridad, la cual se abre pase en medio de la adversidad y las limitaciones de una sociedad tan compleja como la nuestra. 

Agradecemos muy especialmente la decisiva labor de los miembros del jurado que aceptaron con generosidad y ejercieron con entusiasmo y gran dedicación la ardua tarea de evaluar y seleccionar las candidaturas presentadas. La dra. Liliana Mayo Ortega, ganadora del Premio Esteban Campodónico 1996, nuestra querida intérprete Susana Baca, el Dr. Guillermo Velaochaga Miranda, el Sr. Luis Scholedish y el ing. Ignacio Soto. A ellos, nuestro más sincero reconocimiento por su valiosa colaboración pues, al igual que con los integrantes de los jurados que los precedieron nos otorgan el aporte decisivo para otorgar la voluntad testamentaria de Esteban Campodónico. 

Pasamos entonces a leer el acta de premiación: 

Acta de sesión final y proclamación de ganadores- Premios Esteban Campodónico Figallo 2003. 

Siendo la mañana del lunes 7 de julio de 2003, se reunieron en la sede de la Escuela de Dirección de la Universidad de Lima, sede Lima los señores integrantes del Jurado de la novena edición de los Premios Esteban Campodónico Figallo: 

  • Dra. Liliana Mayo Ortega. 
  • Sra. Susana Baca 
  • Dr. Guillermo Velaochaga
  • Sr. Luis Scholedish 
  • Ing. Ignacio Soto 

Quienes procedieron a cumplir la fase final deliberativa para escoger a los ganadores en las áreas de Servicios Directos a la Sociedad y Actividad Profesional Destacada. Se acordó finalmente, designar como ganadores a los Premios Esteban Campodónico Figallo edición 2003 a los siguientes candidatos: 

Área de Servicios Directos a la Sociedad: 

Empate 

  • Fundación nuestro hogar ANAR 

Por su ayuda a la población infantil y adolescentes en riesgo, mediante el uso de un servicio telefónico dedicado, exclusivo y de absoluta reserva entre otros servicios innovadores. 

  • Radio Onda Azul de Puno 

Por su labor educativa y de comunicación en beneficio directo de los pueblos de la región Puno 

 

Área de Actividad Profesional Destacada: 

  • Padre Gastón Garatea Yori 

Por su decisiva labor de concertación nacional por la lucha contra la pobreza. 

 

Cumplido este proceso, se procede a la subscripción del acta por parte de los asistentes y la secretaría ejecutiva de los Premios Campodónico Figallo queda en facultad de proceder al acto seguido a la proclamación, en mediana comunicación a los miembros del Consejo Directivo, Consultivo y a la opinión pública. 

A los premiados, nuestras más sinceras felicitaciones. 

Lima, lunes 7 de julio de 2003. 

 

Transcripción de la lectura del acta de premiación de la edición 2003. 

Galería

  • Ganadores 2003

    (De izq. a der.) Ing. Hiomara Castillo, gerenta de la Radio Onda Azul; el padre Gastón Garatea y la Sra. Bárbara de Prado, presidenta de la Fundación ANAR.