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- 2005 | Asociación Civil Pro-Salud Mental “Víctor Larco Herrera”
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Discursos
Discurso de presentación del Voluntariado del Hospital Víctor Larco Herrera - Doctor Percy Zavala, Defensor de Salud Mental del Hospital Víctor Larco Herrera
Estimados miembros del Consejo Directivo del Premio Esteban Campodónico Figallo:
Doctor Ralph Coti, director de Fundación Clover y presidente del Consejo Directivo Premio Esteban Campodónico Figallo
Doctor Antonio Abruña, vicepresidente del Consejo Directivo Premio Esteban Campodónico Figallo y rector de la Universidad de Piura
Doctor Antonio Mabres, presidente del Consejo Consultivo Premio Esteban Campodónico Figallo
A toda la mesa directiva y miembros del jurado, Amigos todos
Hace un año aproximadamente ingresé a trabajar en la oficina de Defensoría de Salud Mental del Hospital Víctor Larco Herrera, y en mis visitas inopinadas a sus diferentes pabellones, como en diversos lugares del hospital, me llamaron la atención unas placas en mayólica de color blanco con letras verdes, que decían: Voluntariado.
Eran tantas que daban la impresión de que el hospital hubiese sido construido por ellas. Lógicamente esto era imposible, ya que el hospital fue creado en 1918 y el voluntariado sólo alcanza casi 11 años de fundación. Asimismo, me llamaba la atención ver a damas tan distinguidas con uniforme blanco y pañoleta verde con diversos prendedores en esta.
Empecé a preguntar quiénes eran y cuál era su labor dentro de la institución. Me informaron que eran las Damas del Voluntariado, encargadas de apoyar la labor asistencial de los pacientes, entre otras cosas.
Efectivamente, cuando fui conociendo los diferentes pabellones del hospital y sus respectivas áreas de rehabilitación, me sorprendí al encontrar dentro de ellos a estas damas, que con ternura, bondad y mucho amor, lavaban cabezas, cortaban uñas, perfumaban y hasta maquillaban a los pacientes. En otras oportunidades vi que muchas de ellas bailaban, les leían cuentos, jugaban a la ronda, y hacían trabajos de bordado, tejido, pintura.
También he sido testigo de los paseos del pabellón cinco con las señoras voluntarias, que constituía un premio para determinados pacientes acompañadas con personal calificado, que, con el permiso respectivo de su médico tratante, hacían todos los méritos durante una semana para ser los elegidos, podían sentirse por un momento libres, disfrutando de un pequeño refrigerio. En realidad, son tantas las cosas que he podido compartir en este breve tiempo que sería muy largo el relatárselas en este día, lo que sí les puedo asegurar es el sentimiento que me embarga y me conmueve día a día.
Cuando me reuní con la presidenta del voluntariado para presentarme e informarle sobre la creación y la presencia de la Oficina de Defensoría, tuve una nueva experiencia que no puedo dejar de trasmitírselas y es la paz, la tranquilidad y toda esa energía positiva que siente uno cuando ingresa a ciertos lugares tan especiales como es la oficina de estas grandes señoras. Este fue el inicio de un lazo de unión entre el voluntariado y la Oficina de Defensoría de Salud.
Conversando con Selma, Elena, Lula y otras voluntarias, me informaron que ellas, aparte de las actividades que les he mencionado anteriormente, también cubren algunas otras necesidades de los pacientes, como la compra de medicinas, el pago de interconsultas en otros hospitales, prótesis, el costo de un eventual sepelio de aquellos que se encuentran en estado de abandono económico, moral y familiar.
Tampoco puedo dejar de mencionar un caso muy especial, se trata de una joven de 21 años, en estado de abandono total que durante su niñez fue encadenada y golpeada por sus familiares. El hospital suple algunas necesidades básicas, pero el caso de ella demanda una mayor ayuda. Esta era una paciente muy agresiva, jalaba los cabellos con mucha fuerza, además es portadora de una válvula ‘pudens’ en el cerebro y tiene un problema de luxación en la pierna izquierda, que le limita su marcha.
Al conversar con la médico psiquiatra, jefe de Rehabilitación, me manifestó que en el caso de esta paciente el golpear, jalar los cabellos es una forma de manifestar su cariño debido al maltrato de la que fue objeto durante su infancia. Se recomendó que la paciente necesitaba ayuda especial en educación, otro tipo de medicamento y terapias psicológicas. En la actualidad las damas del voluntariado solventan los estudios de educación especial de la paciente en uno de los más prestigiados centros.
Asimismo, han solventado el costo del calzado ortopédico, las terapias de rehabilitación, la medicación, como también diversos materiales que necesita en el centro de estudios. Además, el voluntariado le está cubriendo los gastos de curación dental. Actualmente la paciente tiene otra calidad de vida, ya no jala el cabello y se comunica con facilidad. Este y otros casos son posibles de solucionar gracias a la ayuda que nos brindan las damas del voluntariado.
Cuando Selma nos comunicó la participación del voluntariado en el Premio Esteban Campodonico Figallo, nos llenó de una gran emoción, sabíamos que era un reto muy difícil, pero contagiados de su entusiasmo, le brindamos por acuerdo de la dirección de nuestro hospital todas las facilidades del caso, también éramos conscientes de que el tiempo nos podía jugar una mala pasada, pero el trabajo en equipo y la gran voluntad de llegar a la meta, nos ayudó en nuestro fin.
Para toda la familia Larco Herrerina el solo presentarlas, ya las hacía ganadoras, el clasificar una satisfacción inmensa ante tantas entidades que concursaron, y hoy el que compartan este premio con el ADAINEN nos llena de orgullo. Sabemos que empieza un nuevo reto para nuestras voluntarias, reto en el que estaremos siempre comprometidos.
Finalmente, quiero compartir este mensaje con todos ustedes.
El universo opera por medio de un intercambio dinámico… Dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo.
Y si estamos dispuestos a dar aquello que buscamos, mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida.
Tú eres lo que es el profundo deseo que te impulsa
Tal como es tu deseo es tu voluntad
Tal como es tu voluntad son tus actos
Tal como son tus actos es tu destino.
Muchas gracias,
Doctor Percy Zavala
Defensor de Salud Mental
Hospital Víctor Larco Herrera
Lima, 19 de agosto de 2005
Discurso de agradecimiento de Selma Passalaqua de Price, Presidenta del Voluntariado del Hospital Víctor Larco Herrera - Premio Esteban Campodónico Figallo 2005 en el Área de Servicios Directos a la Sociedad
Señor doctor Ralph Coti, director de la Fundación Clover de Nueva York
Doctor Antonio Abruña, rector de la Universidad de Piura.
Doctor Antonio Mabres, prorrector de la Universidad de Piura, Presidente del Consejo Consultivo de los Premios y del jurado.
Señores miembros del jurado, compañeras voluntarias, amigos todos:
Hace pocos meses, encontrándome en la ciudad de Chiavari, Italia, visitando a mi familia, salí en unas de esas tardes de invierno frías y lluviosas a caminar por el centro de la ciudad. Apenas había avanzado un trecho corto, cuando divisé el cartel de un negocio cuyo propietario se apellidaba Campodónico. Ya había visto días atrás el mismo apellido en otros puntos de la ciudad, entonces pensé que indudablemente el doctor Esteban Campodónico había nacido en este lugar.
Recordé de inmediato que existía un concurso y un premio con este nombre que distinguía a personas e instituciones que trabajan en favor de la sociedad peruana, así que la inquietud por comprar algo se transformó rápidamente en el deseo de llegar a Lima y averiguar las bases del concurso. Es en ese momento cuando empiezo a soñar y soñando avanzo muchas cuadras, planificando ayudar a la dirección de mi hospital en la reconstrucción de pabellones, en la compra de insumos, en la creación de talleres ¡tantas cosas! Tantas necesidades pasaban rápidamente por mi mente, total soñar no me costaba nada.
A los dos días de llegar a Lima, confundida por la alegría de ver a mi familia y el deseo de volar al hospital a ponerme al día, hicieron que olvidara sólo por dos días, el famoso concurso de la Universidad de Piura, sólo dos días, pues sin pensar cogí un diario comprado por mi hijo y cual sería mi sorpresa que al abrirlo fijé los ojos en una gran noticia, anunciaban que el concurso tan anhelado estaba por realizarse. A las horas de haber leído esto, recibía la llamada de María Teresa, gran amiga mía, quien me comunicaba del Premio Esteban Campodónico, animándome con mucho entusiasmo a presentar a mi voluntariado.
Era fácil de entender entonces que Dios me enviaba un mensaje, silencioso como lo hace siempre con los seres que trabajan para Él.
Convoqué de inmediato a mis compañeras voluntarias, quienes no vacilaron en poner todo su empeño en cumplir con las bases del concurso.
Nuestro voluntariado trabaja hace 11 años apoyando al enfermo mental en todos los ámbitos del quehacer humano, tratando de dignificar su vida luchando muchas veces con paradigmas que impiden la aplicación de esquemas modernos en el tratamiento integral de la salud mental, indiferencia de la sociedad y abandono familiar.
Sesenta y ocho seres valientes, venciendo prejuicios y temores acuden diariamente al Hospital Víctor Larco Herrera a dar lo más importante que requiere el ser humano, amor, tolerancia, comprensión y contacto; confundiéndose entre sus delirios y aceptándolos como son, seres que requieren de igualdad de oportunidades y de una vida digna dentro de una sociedad que hasta hoy los margina y los olvida.
El haber resultado ganadores de tan importante premio no sólo nos ha servido de soporte espiritual y de estímulo en nuestro diario quehacer, sino que, siendo el nuestro un voluntariado muy modesto al contar con escasos recursos económicos, nos abre las puertas para empezar algunos de los proyectos más ambiciosos, como es el de ayudar a nuestro hospital en la creación del pabellón geriátrico, que dará cabida a los pacientes ancianos con problemas de salud mental, la creación de algunos talleres y la reconstrucción de algunas áreas físicas de nuestro querido hospital.
Deseo por todo esto agradecer profundamente al Consejo Directivo de la Universidad de Piura y a la Fundación Clover de Nueva York, por la impecable manera como conducen este concurso, al jurado calificador por confiar en nosotros este premio, a la Dirección del Hospital Víctor Larco Herrera, por habernos brindado todas las facilidades para obtener este galardón, a los miembros de la Defensoría de Salud Mental, quienes vienen trabajando en forma impecable en nuestro hospital, al señor Jasón Sullivan, por su apoyo fotográfico, y a la memoria del doctor Esteban Campodónico Figallo, notable ser humano, cuyo ejemplo y legado nos permite ahora ayudar a los enfermos más necesitados del Perú.
Finalmente deseo manifestar a nombre del voluntariado que me honro en presidir, nuestra gran alegría al compartir este premio con las damas de ADAINEN en la persona de su presidenta, señora Rubby de Cotrina, quienes vienen desarrollando una labor altamente altruista y solidaria, luchando en medio de grandes dificultades.
Asimismo, felicitar al doctor Eduardo Gotuzzo, a quien tengo el placer de conocer desde mis épocas universitarias, hoy reconocido por su gran capacidad y sensibilidad social y a todas mis hermanas voluntarias decirles que todo es posible con esfuerzo, trabajo y una mente fortalecida en la fe y la esperanza
¡Gracias!
Selma Passalaqua de Price
Presidenta del Voluntariado del Hospital Víctor Larco Herrera
Premio Esteban Campodonico Figallo 2005
Área de Servicios Directos a la Sociedad
Lima, 19 de agosto de 2005.