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Discursos
Discurso del rector de la Universidad de Piura, doctor Antonio Abruña
Muy buenas noches.
Sean ustedes bienvenidos para la Ceremonia de proclamación y entrega del Premio Esteban Campodónico en el área de Actividad Profesional Destacada.
Ecología. La raíz Eco proviene del griego Oikos, casa, hogar. Y es que la naturaleza es nuestra casa común, el hogar que el Creador ha dejado en nuestras manos para que lo trabajemos y lo cuidemos.
Hoy, el Premio Campodónico se entrega a un destacado científico peruano, que ha comprendido la relevancia de nuestro entorno natural, el peligro que amenaza a algunos de nuestros ecosistemas, en particular humedales, y los medios necesarios para intervenir y salvarlos.
Es un honor para este Premio reconocer la labor ardua, persistente y generosa del Dr. Marino Sadao Morikawa Sakura. Con un brillante porvenir en Japón, pero con una inmensa gratitud a su tierra natal, Perú, el Dr. Morikawa no duda en regresar. Su misión será dedicarse a salvar de la contaminación no pocos lugares importantes.
Y en estos años nos ha dejado lecciones únicas de perseverancia para convencer a nuestra incrédula burocracia de la necesidad de sus intervenciones; lecciones de liderazgo para mover a los pobladores a unirse a su proyecto; y lecciones de magnanimidad para invertir sus ahorros en viajes, tecnología y muchos otros gastos, hasta lograr la credibilidad de instituciones que empiezan a confiar en el éxito de su trabajo.
La Universidad de Piura, también a través del Premio Campodónico, se honra con este reconocimiento. Erigida en medio del desierto hace 50 años, hoy se ha convertido en un frondoso bosque seco, con abundante sombra que alberga una fauna variadísima.
Y en este recorrido, la Universidad comparte con el Dr. Morikawa la preocupación por cuidar nuestra casa común con un trabajo académico de altos estándares, traducido en investigación y en un compromiso cabal con su entorno.
Hoy festejamos este compromiso en la figura de este destacado científico peruano, que nos está enseñando a dejar en herencia a nuestros hijos, a nuestro pueblo y a nuestro Perú, un tesoro incalculable: la riquísima naturaleza con la que el Creador nos ha bendecido, unida a un trabajo científico de gran trascendencia social.
¡Muchas gracias, Dr. Morikawa!
Discurso de presentación de la Sra. Silvia Guerrero, miembro del Consejo Consultivo del Premio Esteban Campodónico.
Buenas noches.
Luego de varios años me encuentro en este querido escenario de tantos momentos culminantes en la historia del premio de don Esteban Campodónico, cuya generosidad y visión de futuro nos permiten hoy estar reunidos en su nombre. Esta noche, con especial alegría, me encuentro como integrante del Consejo Consultivo del Premio, una honrosa condición que este año me ha permitido presentar la nominación del doctor Marino Morikawa, que en unos momentos recibirá este galardón en la categoría de Actividad Profesional Destacada.
Hace seis años, cuando ejercía la Secretaría Ejecutiva del Premio, recibí entre las candidaturas, una que llegaba de Tsukuba, una universidad del lejano Japón y que nominaba a un científico peruano que, aplicando los conocimientos adquiridos en su formación académica en ese país, había logrado descontaminar y recuperar un humedal ubicado en el norte chico de Lima, que era precisamente el lugar de su infancia. Lo que aplicaba era un sistema de nanotecnología para el rescate de hábitat dañados o destruidos por el hombre. El rescate del área fue un éxito, y por decir lo menos, resultaba sorprendente y también prometedor, dada la particular circunstancia de Perú, nuestro milenario país megadiverso, de cara al tema medioambiental. Desde entonces, pude seguir la información siempre interesante de sus proyectos y actividades.
Su hoja de vida resulta extensa. Su formación en la Universidad de Tsukuba, gira alrededor de las Ciencias de la Vida y, en ellas, eligió el recurso agua. Desde el año 2015 tiene un Postdoctorado como investigador en la recuperación de hábitat natural, desertificación, aguas subterráneas, desastres naturales y cambio climático. En 2013 obtuvo el grado de PhD. en Ciencias de la Vida, Desarrollo y Ciencias Agrícolas; donde tomó el Programa Doctoral de Ciencias Bioindustriales, que incluye el estudio de plantas de tratamiento y aguas residuales. Con anterioridad, en 2010, culminó una maestría en Ciencias de la Ingeniería de Biorecursos, por la misma universidad.
En dicho periodo ejerció allí la docencia en el tratamiento de aguas residuales, recuperación de hábitat, biodiversidad y desastres naturales.
Fue asesor de tesis de posgrado en su facultad. Y además de los humedales de Chancay, ha investigado sobre recuperación de áreas naturales y calidad de agua mediante la aplicación de la nanotecnología en Japón y África del Norte. Cabe mencionar también los estudios de monitoreo y capacitación para recuperar el Titicaca, el lago más alto del mundo; así como las lagunas de la Huacachina, de Paca y el río Chira. Ha sido igualmente docente honorario de la Universidad Nacional de Ingeniería.
A través de TTT Grupo Morikawa aplica la nanotecnología para manejo de residuos sólidos, energía renovable, y ahorro de agua en diversos sectores. También impulsa programas de impacto en la comunidad, que buscan sensibilizar, en especial a los jóvenes, en la trascendencia y la necesidad de un cambio de hábitos de cara al medio ambiente, el manejo de los desechos y reducción de la contaminación. Así es como desarrolla Reto 15 playas, Reto 15 Titicaca, visitas a colegios, institutos y universidades.
Todo ello, configura un perfil especialmente interesante. No solo hablamos de un profesional exitoso, de primera línea, como investigador y ejecutor, sino también encontramos creatividad, iniciativa, carisma personal, constancia, y vocación de servicio, junto al talento. Su trayectoria habla de una apuesta por el Perú, país al que volvió y donde ejerce y difunde la causa medioambiental, con un enfoque positivo que esencialmente busca motivar a la acción personal para el cambio. Quienes lo conocen de cerca estarán de acuerdo en considerar al doctor Morikawa como un auténtico gestor de cambio. A sus dotes profesionales se suman virtudes comunicativas, de liderazgo, capacidad de convocar voluntades.
En el primero de una serie de fascículos dedicados a personajes peruanos contemporáneos se atribuye al doctor Marino Morikawa un perfil heroico. Me detuve a pensar en ello y, si: hay que tener algo de héroe para hacer lo que él hace, y eso, lo podemos comprender, no está exento de riesgos personales. Aquí me permito un paréntesis, pues quizá estoy en la circunstancia de decirlo: podremos encontrar harto heroísmo en cada uno de ganadores del Premio Esteban Campodónico desde 1995.
Ha sido un privilegio presentar esta candidatura y haber contribuido así a que, con este importante galardón que se otorga por servicios a la sociedad peruana, se realce y otorgue reconocimiento a este destacado profesional de quien sin duda seguiremos recibiendo resultados prometedores, nobles y dignos de ser tomados como ejemplo.
Muchas gracias.
Discurso de agradecimiento del PhD. Marino Morikawa Sakura
Tengan todos ustedes muy buenas noches.
Realmente me resulta difícil poder expresarles la enorme emoción que me embarga el recibir esta noche tan importante distinción, en presencia de todos ustedes.
Nunca me imaginé estar hoy en esta posición porque siéndoles sinceros, para mí ya era un gran honor y me sentí bastante afortunado con el sólo hecho de haber sido nominado como uno de los cinco finalistas, junto con personalidades de vasta trayectoria y reconocidos logros a las que admiro desde lo más profundo de mi corazón.
Realmente muchas gracias.
Permítanme, sin intención de aburrirlos, comentarles un poco de mi trayectoria científica y profesional.
Han transcurrido aproximadamente 15 años desde que comencé a tratar diversas problemáticas ambientales originadas por las industrias de alimentos y agroindustrias que contaminaban los cuerpos de agua. Esa experiencia inicial me impulsó a estudiar en el país del Sol Naciente a través de una beca ofrecida por el Ministerio de Educación del Japón y especializarme en la rama ambiental con un posgrado / Maestría y Doctorado en la carrera de Ciencias de la Vida y del Ambiente con especialización en Biomasas, Bioindustrias y la Nanotecnología.
Al término de la beca, logré recibir la máxima condecoración que brinda la universidad de Tsukuba del Japón por la recuperación de un humedal en mi provincia natal, siendo el primer peruano en recibir este galardón en la historia de la mencionada universidad japonesa. Esa experiencia del humedal fue el que me confirmó que todo hábitat natural SI es posible de ser recuperado y me alentó a tomar la decisión de hacer mi postdoctorado para mejorar mi investigación en la recuperación de hábitat naturales, desertificación y desastres naturales.
Dicho esto, quien hubiera creído que todo empezó curiosamente gracias a una simple llamada de la persona que me hubiera gustado esté ahora frente a mí y por eso quizás podría considerarlo, hoy, como la llamada desde el cielo. Ese fue el inicio del proyecto y de mi misión. No negaré que hubo burlas y amenazas absurdas en todos los sentidos, algunas de ellas continúan hasta en la actualidad, pero que no fueron ni serán el centro de mi atención porque era mayor mi entusiasmo en demostrar lo que como profesional y científico de fe podemos realizar. Esa mentalidad, que es la que muchos científicos compartimos, hizo no sólo del proyecto con todas sus adversidades en algo emocionante e interesante, sino que se convirtió en la base de mi trayectoria.
Y eso me ayudó a ver y hacer las cosas de manera diferente a lo que tradicionalmente se solía hacer porque tenía el deseo y deber de retornar a mi patria para aplicar lo aprendido y el objetivo de formar personas que no sólo piensen o deseen adquirir conocimientos, sino que accionen en base a lo aprendido.
Siempre me he enorgullecido de que mis padres y mis hermanas me conocían muy bien, se reían, escuchaban y compartían, muy además de tener una fuerte influencia en mí.
Siempre tuve la sensación de que disfrutaban y renegaban de lo que hacía, bueno… hasta el día de hoy. Viéndolos, supe que quería ser el ejemplo que siempre sentí en ellos. Hoy puedo decirles que gracias a la orientación de mis padres pude encaminar mi vocación. Me enseñaron que las experiencias, las historias y mis conocimientos los transmitiera bien. Que fuera una especie de artesano del lenguaje, ya que al fin y al cabo hoy es y será, mi herramienta de trabajo. Pero lo más importante es que me enseñaron a agradecer, a respetar y a saber reconocer mis errores y pero sobre todo a pedir perdón.
Tanto el estado como las empresas privadas han venido mostrando en estos últimos años su preocupación traducida en una serie de acciones por la protección del ambiente, impulsados por la crisis ambiental que vive nuestro planeta a causa de las acciones del hombre y la reacción de la naturaleza. Es así que contamos con problemas del cambio climático, la deforestación, la pérdida de la biodiversidad, la desertificación, la contaminación del suelo, el agua y el aire que ocasionan el incremento de enfermedades transmitidas por vectores y contaminantes, así como la pérdida de servicios ecosistémicos que producen incluso un impacto económico, el incremento e intensificación de eventos extremos temporales, además de la aparición de conflictos socio-ambientales ligados al uso o sobreuso de los recursos o las malas prácticas ambientales en torno a las actividades económicas.
Todo o gran parte de lo antes mencionado, ha conllevado a la promulgación de normativas ambientales, así como formulación de proyectos y acciones que observen las obligaciones ambientales dentro de elevados estándares de calidad para la realización de las actividades económicas, considerando el derecho que tenemos todos los peruanos de gozar de un ambiente sano y seguro.
Por mi parte, decidí cooperar con mi grano de arena recuperando los ecosistemas desde lo que no se ve. Es allí donde entra a tallar la aplicación de la nanotecnológica basada en los estudios a nivel molecular, una alternativa que he incorporado al Perú para poder solucionar diferentes problemáticas ambientales, mediante la mejora de la calidad del agua, aire y suelo, y la obtención de resultados favorables para lograr por ejemplo la sostenibilidad en las producciones acuícolas y agrícolas, sin la necesidad de sustancias químicas que puedan afectar posteriormente a los recursos y generar así un ejemplo de lo que es una economía circular.
Quizás pudiera ser más sencillo buscar y hacer grandes proyectos que nos lancen a la fama, pero incluso ante dicha magnitud de proyectos, son las pequeñas acciones, los pequeños detalles los que hacen posible el cambio. Y nada de ello es factible si se hace sólo.
Aprovecho en manifestar mi reconocimiento y agradecimiento a mi querido y dedicado equipo de trabajo, a mis socios y a mis grandes aliados ambientales, quienes hoy se encuentran frente a mí, sin miedo a ser etiquetados, erigiéndose como grandes defensores de nuestros ideales.
A todos ustedes, muchísimas gracias por seguir conmigo en este loco y soñador proyecto de querer recuperar los hábitats naturales de nuestro Perú y parte del mundo
Una vez me dijeron que aprender a leer no otorga amor por la lectura y; conocer la flora y la fauna no implica el respeto por la naturaleza; por eso también pienso que no es muestra de amor al Perú si sólo hablamos y no accionamos para mejorarlo.
He aprendido hasta hoy que no basta la palabra, el estudio o el conocimiento en mejora ambiental si realmente no ayudo a recuperarlo y hacer que otros tomen conciencia de ello. El inicio de mi misión tomó forma gracias a mi familia y en especial a mi padre y una hermana que hoy me guían desde el cielo mientras que mi compromiso con el futuro se basa en lo que mi hija responde cuando le preguntan en la escuela:
¿Qué hace tu papá y dónde está? Y ella responde con orgullo: Mi papá no está conmigo ahora, pero está salvando al mundo.
Siendo tan pequeña siente y se esfuerza en entender por qué no siempre puedo estar con ella y eso es lo que me impulsa para seguir siempre siendo el padre y la persona que ella y mi familia tienen como ideal.
Quisiera dar término a mis palabras reiterando mi profunda gratitud por este galardón y la presencia de todos ustedes y manifestarles mi sincero compromiso de seguir siempre PA’LANTE.
Muchas gracias.
Discurso del vicepresidente de la Fundación Clover, doctor Robert Moniot
Señoras y señores.
Estamos ahora en la parte final de la Ceremonia de entrega del Premio Esteban Campodónico por servicios a la sociedad peruana, edición 2019, una edición particularmente especial por ser la vigésimo quinta.
A lo largo de los 25 años desde su primera entrega, el fondo del Premio Esteban Campodónico ha honrado y apoyado a 29, ahora 30, personas y 17 instituciones, por su actividad profesional destacada o sus servicios directos a la sociedad peruana y a la humanidad. Esta noche recordamos y aplaudimos a cada uno de nuestros premiados por su trabajo y entrega para hacer del Perú un país mejor. Algunos de los galardonados han pasado a su último premio en la presencia del Señor, en particular el ingeniero Julio Kuroiwa, ganador del año 2011, quien falleció el mes pasado, y el hermano Paul McAuley, quien fuera galardonado en 1999, fallecido en abril; pero muchos continúan trabajando en servicio a la sociedad. Todos estamos en deuda con ellos. El premio es poco en comparación con la buena labor que han realizado durante sus vidas de servicio.
Este año el receptor del Premio Esteban Campodónico es el científico Marino Morikawa, especialista en la recuperación y conservación del medio ambiente. Con sus iniciativas y la cooperación de muchos voluntarios ha hecho, y continúa haciendo, un gran servicio al Perú y a la humanidad. Hoy lo honramos por ello. Sin embargo, más importante que el honor que el Premio Campodónico da al Dr. Morikawa, es el honor que el Dr. Morikawa ha dado al Perú, con su ejemplo de entrega y servicio al crear conciencia sobre los efectos positivos que la conservación y cuidado del medio ambiente trae consigo, efectos que benefician a la sociedad.
Un trabajo lleno de valores es lo que hace que los premiados merezcan un reconocimiento como este. Como solía decir Ralph Coti, anterior representante de Clover Foundation durante varios años, el Doctor Esteban Campodónico mismo merecería ser galardonado con el premio que lleva su nombre. Tuvo una actividad profesional destacada, como oftalmólogo y catedrático en la Universidad Mayor de San Marcos, y director del Hospital Italiano. Fue pionero en el uso de rayos X en medicina en el Perú. También realizó servicios directos a la sociedad, dirigiendo el dispensario oftalmológico gratuito del hospital, y recibió una medalla por su actividad filantrópica. Él murió en 1938 y legó un monto económico que apoyó a su viuda hasta su muerte en 1984. Varios años después de la muerte de ella, el fondo se puso bajo la administración de la Fundación Clover y la Universidad de Piura. El programa de premiación empezó en 1995, y se ha celebrado de manera ininterrumpida desde entonces.
Como dije, después de recibir sus premios, los ganadores continúan promoviendo sus actividades y progresando en sus carreras profesionales. Por mencionar dos de ellos, la Sra. Martha Mifflin Dañino, ganadora en el 2017, recibió el Premio Arguedas en el 2018; y Sinfonía por el Perú, premiada en el 2014, recibió un reconocimiento en la categoría de proyectos sociales en la quinta edición de los Premios Excelentia a la Cultura en España, este junio pasado.
Como representante de la Fundación Clover, que colabora con la Universidad de Piura en la administración del programa, felicito al Dr. Morikawa, y agradezco a todas las personas que han ayudado para hacer exitoso este premio. Declaro cerrada la edición 2019 del Premio Esteban Campodónico, y abro la edición 2020.
Muchas gracias.