(Piura).- La Dirección de Comunicación organizó un Desayuno con periodistas donde tres expertos expusieron sus posiciones y recomendaciones en los temas de minería, agua y salidas legales a los conflictos sociales.
Por Julio Talledo. 05 julio, 2011.(Piura).- A los conflictos relacionados con la minería metálica, no metálica y el tema del abastecimiento de agua, no se les debe dar la espalda. Hay que enfrentarlos con diferentes estrategias. No hacerlo, no establecer prioridades, puede provocar un freno en las inversiones regionales y el aumento de la contaminación. Sobre este tema, la Dirección de Comunicación de Universidad de Piura organizó un Desayuno con periodistas donde tres expertos expusieron sus posiciones sobre recomendaciones y alternativas en los temas de minería, agua y salidas legales a los conflictos sociales.
Piura es zona minera
La existencia de más de seis mil mineros informales en las zonas de Suyo y Las Lomas, significa para Piura un problema que causa contaminación y ofrece empleo en condiciones de explotación y riesgo a la salud para adultos y niños. Frente a este problema, el docente e investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Piura, Fernando Barranzuela Queneche, advierte que aún no somos conscientes de los niveles de daño y contaminación que causa esta actividad. Asegura que el Gobierno Central ha transferido responsabilidades a los gobiernos regionales, para que asuman el problema, pero no se les ha transferido financiamiento.
“Entonces, cómo hacemos ahora para revertir esto (la minería informal). Mientras haya oro, el número de mineros informales seguirá creciendo, por mucho que juremos defender el medio ambiente”, afirmó. A la falta de presupuesto, se le suma la falta de experiencia de las autoridades, para enfrentar un problema minero, porque no existe un conocimiento previo.
Desde su perspectiva, la solución podría comenzar en el Gobierno Regional. “Tiene que empezar a ser consciente (el Gobierno Regional) que Piura es una zona minera, porque el anterior Presidente Regional, prácticamente borró la minería como una actividad de la zona, pero eso es darle la espalda a la realidad. Si la zona tiene recursos mineros, no vamos a darle la espalda que puede ser una actividad complementaria y podría ayudar a potenciar las otras actividades”.
Aseguró que si desde un inicio se hubiera procedido con dureza o firmeza, quizás se hubiera podido frenar el avance de la minería informal, aunque asegura que la presencia de oro en la zona, atraerá siempre a los lugareños y a los foráneos y que por eso, lo mejor hubiera sido dejar operar a las empresas formales.
Ahora lo que le queda es adoptar medidas urgentes, como el capacitar a la gente que trabaja en la zona, para que no contaminen y no corran riesgo ellos. Eso supone que el Gobierno Regional invierta dinero, porque los mineros no lo harán.
Barranzuela Queneche consideró casi improbable que la gente que hoy explota las minas se retire, aunque se presenten los verdaderos concesionarios.
Mafias mineras
Por su parte, para el ingeniero Ignacio Benavent, doctor en Ingeniería, experto en temas relacionados con el agua y consultoría ambiental, el tema de la minería informal en Piura es más complejo de lo que se puede imaginar porque no se trata de mineros aislados, sino de mafias. “Son mafias las que están funcionando en Las Lomas y su actuación tiene todo el aspecto de mafia que se pueda imaginar. Hay niños explotados con 30 soles de jornal diario y hay una cierta formalización subterránea que va consiguiendo más sitios, más permisos. Es muy complicado, no porque son gente aislada, sino porque son mafias que vienen del Ecuador, Chile y de otros lugares y, en esa situación, creo que perdimos mucho porque no optamos por la minería formal”, sostiene.
El investigador sostiene que se trata de un conflicto “crispado” en el cual, como sucede en todos estos tipos de conflicto, hay un problema ético grande, porque la gente no hace lo correcto en función del bien común.
Mitos sobre el conflicto
Para Karla Vilela Carbajal, experta en resolución de conflictos y docente de la Facultad de Derecho, los conflictos son parte de la vida en comunidad. Existen unos mitos respecto a los conflictos que tenemos que ir dejando de lado. Uno de ellos es que conflicto es igual a problema, cuando en realidad, podría ser una oportunidad para solucionar un problema existente.
El otro mito es que el conflicto surge por culpa de la otra parte y es ella la que tiene que solucionar. Entonces, una de las partes no hace nada y espera a que le solucionen el asunto. Pero esa actitud conformista y pasiva, ya no tiene cabida en este mundo contemporáneo, hay que ser partícipes y activos en la resolución de un conflicto.
Además, se cree que en un conflicto, una de las dos partes es la que vence y entonces el conflicto se ve como una pelea en la que aparecen malas prácticas, violencia, muerte e irrespeto a los derechos de los otros.
Para la especialista, otra de las cosas que debemos dejar de hacer es pedir que en cada conflicto el Estado se siente a negociar, cuando en realidad el Estado debería velar por el cumplimiento de las normas, pero también debe emitirlas con conocimiento de causa y sin imposición vertical. Asegura que cuando eso sucede, incluso la población puede usar vías consideradas en la Constitución para derogar las leyes. Una de estas vías es el referendo.
(Nota publicada en el diario El Tiempo, viernes 1 de julio de 2011)