Por Jorge Pancorvo Corcuera
Por Julio Talledo. 05 septiembre, 2011.Geográficamente somos un país privilegiado y tenemos la posibilidad de convertirnos en un eslabón logístico clave para la región. Las oportunidades que nos ofrece el APEC y Brasil (dentro del IIRSA) son prometedoras, pero pueden truncarse si no se logra la debida conectividad. Carreteras, ferrocarriles, transporte aéreo e hidrovías tienen que ser potenciados convenientemente para acercarnos a los mercados.
Mirando internamente, está la inquietud de nuestras propias fuentes de abasto, pues las cadenas productivas y la oferta tienen una dispersión geográfica marcada. Tenemos una fuerte concentración de empresas exportadoras en Lima, lo que dista mucho de la distribución de la producción nacional. La relación costo distancia toma importancia tanto por fletes como por tiempos.
Es necesario modernizar y fortalecer el ámbito portuario. Una mejor prestación con tarifas competitivas permitirá un servicio conveniente para los usuarios. El crecimiento del volumen de comercio exterior requiere infraestructura, con alta capacidad operativa y de almacenamiento. Proyectos en el Callao, Ventanilla y otros lugares, así como las concesiones de los puertos regionales actuales, avizoran una oferta múltiple para apoyar el crecimiento logístico requerido. Caso contrario, nos veremos expuestos a que sean otros los puertos preferidos en el litoral del Pacífico.
La conectividad logística implica aumentar rutas y frecuencias de transporte. Ello conlleva a repensar nuestras vías de transporte. El servicio aeroportuario tiene ciertas similitudes con los problemas portuarios antes descritos, pues se tiene también temas normativos, de costos, capacidad y almacenaje.
El ámbito logístico abarca distintos ministerios, reguladores, operadores privados y públicos, así como usuarios diversos. Si no se entiende esto como una cadena de suministro, con distintos eslabones y actores, difícilmente estará bien articulada.
Universidad de Piura
Artículo publicado en el suplemento Día 1, diario El Comercio, lunes 5 de setiembre de 2011.