Las recientes elecciones en Rusia vienen confirmando una práctica que pervierte cualquier sistema que desee atravezar por una transición democrática; no nos referimos al caso Venezolano y la voluntad de perpetuidad de su mandatario, tampoco a las dictaduras, como la cubana, cuando su máximo líder ideológico delega el poder a su hermano; nos referimos cuando […]
Por Carlos Hakansson. 22 marzo, 2012.Las recientes elecciones en Rusia vienen confirmando una práctica que pervierte cualquier sistema que desee atravezar por una transición democrática; no nos referimos al caso Venezolano y la voluntad de perpetuidad de su mandatario, tampoco a las dictaduras, como la cubana, cuando su máximo líder ideológico delega el poder a su hermano; nos referimos cuando el jefe de estado se encuentra impedido constitucionalimente para postular y se promueve la candidatura de un persona cercana a la primera órbita de influencia del gobernante (familiar, persona de confianza, etc), sin efectuar unas transparentes elecciones primarias desde su sede partidaria. Como sabemos, en Argentina ha ocurrido con la Familia Kirchner y en Rusia con el llamado Tandem Putin-Medvedev, sin contar las presuntas irregularidades durante el desarrollo de dichos procesos electores.
En Rusia, los opositores sostienen que por medio de camiones cientos de personas han sido llevadas a votar a las urnas. Sin bien en esta oportunidad se ha instalado, por presión parlametaria, unas videocámaras para poder tener un seguimiento de los comicios vía internet, los especialistas sostienen que con ellas no se resolverá el problema, dado que no es posible observar cuántas cédulas de sufragio puede un votante depositar en la urna. Un vicio en los comicios electorales rusos, que no ha sido percatado por los medios, es que las disposiciones constitucionales, y las leyes electorales, no obliguen renunciar al Primer Ministro, candidato a la presidencia, unos meses antes de efectuarse la votación, como por ejemplo sí dispone nuesta Carta de 1993. Como pudimos observar, el candidato Vladimir Putin, hoy reelecto, mantenía ejerciendo su cargo de Jefe de Gobierno al momento de la votación.
Cabe añadir que Vladimir Putin lleva en la práctica gobernando doce años a la Federación Rusa, el primer periodo entre los años 2000 a 2008, el segundo entre 2008 a 2012 como Primer Ministro, más un tercer periodo que, a más tardar, durará hasta el 2018. En principio se puede decir que la decisión está en los electores, que se trata de una elección legítima, pero seguimos sosteniendo que los sistemas electorales se pueden pervertir mediante técnicas o argucias legales con el objeto de burlar las normas y producir un efecto determinado sobre los resultados electorales.
Docente.
Facultad de Derecho.
Universidad de Piura.
Artículo publicado en el diario Correo, viernes 16 de marzo de 2012.
