Desayunar con tranquilidad es algo inusual para la mayoría de universitarios, muchos de ellos descuidan lo que debería ser "la comida más importante del día". Tania Battistini, asesora de Nutrición, brinda consejos para tener una alimentación saludable.
Por Indira Cruz. 13 febrero, 2013.“Los universitarios tienden a comer poquito en la mañana, porque salen muy apurados para ir a clases, en el almuerzo algo regular y en la noche comen bastante; esto tiene que ser justo al revés. Lo mejor es comer bien en la mañana: un plato considerable; para luego ir bajando un poco la cantidad de alimentos a lo largo del día”; señala Tania Battistini, asesora de Nutrición y Dietética del Policlínico Universitario de la UDEP.
Normalmente los universitarios inician sus estudios por la mañana y es justo allí cuando necesitan bastante energía para realizar sus actividades. Battistini precisa que lo recomendable es consumir el desayuno en la casa; pero si esto no se da, en la cafetería puedes armar un desayuno nutritivo optando por una ensalada de frutas, una galleta de soda o vainilla y un yogurt. Además, se debe desayunar lo más temprano posible, pues hay que evitar esforzar al cerebro sino has consumido algo antes, que le dé soporte.
¿Cuáles son las funciones del desayuno?
Su función más importante es sacar al cuerpo de la etapa de ayuno en la que se ha encontrado por varias horas. Por la mañana, el cuerpo realmente necesita energías porque ya agotó todas las reservas que tenía de glucógeno; necesita reponerlo para desarrollar todas las actividades planeadas y empezar bien el día.
¿Qué beneficios proporciona el desayuno?
En primer lugar, le da energía directamente al cerebro, lo que nos permitirá trabajar o estudiar de manera adecuada. Además, le permite a una persona disminuir el hambre durante el almuerzo o la cena; y aporta bastantes vitaminas a nuestro organismo. Si nos saltamos esta comida vamos a consumir menos alimentos de los que realmente necesitamos y nuestros requerimientos de nutrientes no podrán ser suplidos.
Entonces, si no desayunamos…
Al estar el cerebro sin energía puede originar cansancio; también problemas gástricos, pues como se ha estado mucho tiempo sin alimento es posible que se liberen ácidos gástricos y quemen el estómago. Así mismo, se puede producir ansiedad y esto hace que aumente el consumo de comida chatarra para tratar de saciar el hambre de forma rápida. Otro problema es que el ayuno prolongado puede hacer que el cuerpo, al ser forzado a liberar energía sin haber recibido alimentos, genere cuerpos cetónicos (sustancias que acidifican al organismo) que traigan consigo problemas de salud.
¿En qué debe consistir un desayuno universitario?
Un desayuno universitario debería tener un lácteo (como leche, yogurt o queso); un carbohidrato (cereales en hojuelas o un pan); también debe tener algo de fibra o frutas: un plátano, una manzana o jugo de frutas; y proteínas, como por ejemplo jamón de pavo para que complemente la cantidad de proteínas que nos aportan los lácteos.
¿Entre el desayuno y el almuerzo se debe comer algo?
Sí. Lo recomendable es comer 5 comidas al día: desayuno, media mañana, almuerzo, media tarde y cena. Estos alimentos de media mañana y media tarde no deben ser tan consistentes como el desayuno o el almuerzo; pueden ser por ejemplo: una fruta grande, un paquete de galletas de soda, una tostada, etc.
Si se realiza algún ejercicio físico ¿el desayuno tiene que variar?
Depende de en qué momento se realice el ejercicio físico; si es a las 8:00 a.m., lo más recomendable es que se consuman carbohidratos una o dos horas antes de hacer ejercicio para tener energía. Cuando llegamos a casa lo más conveniente es hidratarnos y también consumir algún alimento con proteínas para desarrollar músculos.
¿Qué cantidad de productos lácteos, agua y vegetales debemos consumir al día?
De vegetales: 3 porciones de frutas, 2 de verduras; de agua: más o menos, 30 ml de agua por cada kilogramo de peso; en cuanto a lácteos: 2 porciones al día serán suficientes.