Por Juan Ramón Selva
Por Juan Ramón Selva. 24 abril, 2013.Para quien visita nuestra ciudad por primera vez, sin duda uno de los espacios urbanos que le resulta más atractivo es el río Piura; cruzarlo por cualquiera de los puentes permite al observador atento extender sus visuales más allá de las congestionadas calles, y ubicar en el territorio la razón de ser del actual emplazamiento de la ciudad.
Estamos, quizá, demasiado acostumbrados al cauce, al cual miramos con algo de temor recordando las desastrosas avenidas del pasado. Pero, en la práctica, lo ignoramos y no nos percatamos de las impresionantes posibilidades urbanas del corredor fluvial piurano.
Históricamente, al representar cualquier ciudad ribereña (Lima, por ejemplo), el río siempre se ha dibujado a los pies de ésta. Es decir, la perspectiva adecuada para orientar el plano o el grabado –al margen del norte geográfico– era la del otro lado del río. Ese mismo río al que, con el paso del tiempo, le hemos dado la espalda orientando hacia él las fachadas traseras de los edificios y los desagües.
No todas las urbes tienen la suerte de contar con un frente urbano claramente reconocible –lo que habitualmente se denomina waterfront cuando esta fachada está ante ríos, lagos o mares–, que permita capturar la esencia urbana en una imagen. Además, un solo proyecto de este tipo basta para cambiarle la cara a toda una ciudad (como en el caso del Malecón 2000, en Guayaquil).
Los trabajos de descolmatación del cauce del río Piura, el Nuevo Puente Viejo y la recomendable peatonalización íntegra de las marginales señalan la próxima recuperación urbana del espacio más importante para la ciudad. Pero hay que apuntar más alto.
¿Por qué no aspirar a un proyecto de suficiente envergadura en torno al cual se construya la Piura del futuro? Un gran espacio público integrador y sostenible (como el planteado para el Rímac, dentro del proyecto Río Verde de Lima), un oasis acústico donde la seguridad ciudadana surja como resultado de políticas de largo plazo que potencien el civismo desde los equipamientos y proyectos estratégicos. Está en nuestra manos.