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  • Servicio Militar: “las ideas se exponen no se imponen”

José del Carmen Marín Arista fue un destacado militar y educador peruano, fundador y primer director de la Colegio Leoncio Prado y del Centro de Altos Estudios Militares (hoy Centro de Altos Estudios Nacionales, CAEN), recinto en el que siempre se destacó la frase: “las ideas se exponen no se imponen”. Debemos recordarla cuando se […]

Por Carlos Hakansson. 15 abril, 2013.

José del Carmen Marín Arista fue un destacado militar y educador peruano, fundador y primer director de la Colegio Leoncio Prado y del Centro de Altos Estudios Militares (hoy Centro de Altos Estudios Nacionales, CAEN), recinto en el que siempre se destacó la frase: “las ideas se exponen no se imponen”. Debemos recordarla cuando se pretende, mediante un sorteo, cubrir las vacantes para realizar el servicio militar de modo obligatorio.

La redacción del artículo 50 de la modificada Ley del Servicio Militar se inspira en un contexto histórico lejano en tiempos de gobernabilidad democrática. La escasez de voluntarios para cubrir las plazas del servicio militar debe resolverse con medidas idóneas, haciendo atractiva esta carrera frente a la educación técnica y superior. No olvidemos que, como toda carrera, el deseo de ser miembro de las fuerzas armadas responde a una vocación, no se puede imponer  y menos valiéndose de la ley.

La carrera militar debe profesionalizarse y competir con otras legítimas opciones que tienen los  jóvenes en un estado democrático. Solo así habrá disposición para servir a su país de la forma más conveniente y de acuerdo con su vocación, condiciones, libre determinación y proyecto de vida personal. La multa solo fomentará que los ciudadanos que dispongan de los medios económicos evadan la norma, para burlar la ley del servicio militar. Los de menos recursos usarán el ingenio de  la solidaridad familiar, incluso vecinal, para lograr los mismos objetivos.

La imposición no es una medida idónea para hacer que las carreras militares y el servicio militar sean atractivos para los jóvenes de hoy, especialmente en un mundo globalizado. En la época del terrorismo, el maltrato y falta de reconocimiento a los defensores de nuestra patria pueden haber mellado el atractivo de una carrera tradicional en nuestro país; situación similar viven las fuerzas policiales. En la actualidad, el número de postulantes disminuyó debido al incremento de la oferta educativa para la enseñanza superior y por la ley que permitió la creación de filiales; ante ello, el servicio militar debió cambiar de estrategia y volverse más atractivo.

Ofrecer la posibilidad de una carrera técnica, o el ingreso directo a universidades públicas al culminar el servicio, podrían ser buenas medidas.

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