Entrevista a Julissa Gutierrez, decana de la Facultad de Humanidades.
Por Elena Belletich Ruiz. 27 mayo, 2013.“La cultura es un factor de desarrollo social sumamente necesario y capitalizable. Se ha convertido en una industria sin límites; sin embargo, en el Perú y en nuestra Región, faltan más profesionales que trabajen con una visión de desarrollo humano y potencien las capacidades de las comunidades locales”, declara la Mgtr. Julissa Gutiérrez, decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Piura.
La Mgtr. Gutiérrez es docente de la única licenciatura en Historia y Gestión Cultural que hay en el país; en la UDEP. Fue creada en el 2003, como una respuesta con visión de futuro a los cambios vertiginosos que se daban en la gestión de la cultura y que exigen profesionales con gran bagaje de contenidos, técnicas y procedimientos para gestionar la cultura. Hoy, esta licenciatura es un referente en la formación de gestores culturales en el Perú.
¿Realmente cree que la Gestión cultural es una opción profesional trascendente?
A nivel mundial, se ha convertido en una opción profesional para quienes se quieren dedicar a las Humanidades. Los nuevos estudios de estas tienen entre sus prioridades la dedicación a las Ciencias de la Cultura y la atención por la gestión de actividades y proyectos y del patrimonio que se relaciona con ella. Muchas universidades extranjeras y nacionales son conscientes de ello, pero solo promueven la formación en gestión cultural a nivel de posgrado. Nosotros hemos apostado por una formación simultánea: formar gestores con una fuerte base humanística; es una apuesta que está dando buenos resultados.
¿Cuál es el aporte esencial de esta licenciatura pionera en el país?
La “filosofía de la acción” que se produce en la formación del alumno. Esta consiste en brindar los conocimientos y herramientas adecuados que lo incentivan a pasar de la teoría de los problemas actuales; a la práctica, a las propuestas; las que supondrán una oportunidad de desarrollo para la sociedad.
Incluimos una sólida formación en Humanidades, donde la Historia es la base de nuestro accionar; complementada con aspectos de interpretación del patrimonio, museografía, comunicación cultural, marketing cultural, las TIC, políticas culturales, cuestiones legales y conocimientos económico-administrativos. Con ello, el profesional adquiere una formación integral y la capacidad para diseñar planes de desarrollo, gestionar y administrar proyectos culturales.
¿La empresa y la sociedad valoran adecuadamente los temas cultural y patrimonial?
Cada vez estamos más convencidos de ello. En los últimos años, la Empresa ha adquirido una conciencia de Responsabilidad Social que integra, en la estrategia empresarial, el respeto por la persona, la comunidad, la cultura y el medio ambiente. Como consecuencia, está cada vez más dispuesta a apoyar y valorar la gestión del patrimonio cultural siempre si con ella se favorece la difusión del conocimiento y de la cultura como bienes necesarios y enriquecedores de la sociedad.
En esta línea, ¿qué aporta un gestor cultural en la organización en la que trabaja?
Considerando el papel que tiene el gestor cultural como un mediador entre la creación, la participación y el consumo cultural; su aporte es fundamental: les permite proyectarse a la sociedad, pues una organización de carácter cultural que trabaje hacia adentro y no se proyecte no conseguirá sus objetivos. El gestor cultural se interesa por la cultura y, desde ese ámbito, promueve, impulsa y ejecuta proyectos culturales; se vale de una variedad de instrumentos para generar desarrollo sociocultural. Asimismo, construye “puentes” que invitan a la comunidad a integrarse a los programas e incluirse como agentes de cambio, favoreciendo los procesos y los hábitos culturales de esta y ayuda a mejorar su calidad de vida. Finalmente, el gestor tiene las herramientas y la metodología necesaria para potenciar la cultura, que junto a la educación son los pilares del desarrollo humano, y dinamizan la sociedad.
¿Qué trascendencia tiene el manejo y la gestión del patrimonio en la Región y el país?
No hay desarrollo en una región o en un país si no se considera a la cultura. En toda política realizada a nivel local, regional o nacional se debe tener en cuenta que la vida cultural incide directamente en el desarrollo de un territorio.
Pero, en una sociedad moderna como la nuestra, ¿por qué se trata de revalorar el pasado?
Porque si no, caminaríamos sin identidad. “Un pueblo sin historia es como un hombre sin memoria”, si no tomamos conciencia de lo que es ser peruanos, no podremos identificarnos con el Perú. No hablo de identidad como un mero sentimiento o sentimentalismo sino como una forma de ser y de actuar.
¿Qué misión deberían cumplir los gestores culturales en la planificación urbana y el crecimiento de las ciudades?
En primer lugar, incorporar la cultura y sus “requerimientos” en la planificación de las ciudades. Muchas veces se proponen planes urbanos que no consideran aspectos básicos como la idiosincrasia de los pobladores, modos de vida, evolución histórica, usos y costumbres, etc. También debe participar de manera directa en la formulación y reglamentación de políticas culturales. Esto estará directamente relacionado con la planificación física de las ciudades y de su infraestructura.
Otra función importante es velar por la conservación del patrimonio monumental dentro de los centros históricos o en las periferias y, de ser necesario, incorporarlo en el plan de crecimiento de las ciudades; pues constituyen parte importante de su identidad.
¿Qué sucedería si nadie promueve, difunde ni defiende el patrimonio y la cultura?
En nuestro caso, seguiríamos perdiendo parte de nuestro patrimonio natural, cultural e inmaterial, elementos fundamentales de la identidad de los pueblos. Por otra parte, no se potenciarían las posibilidades de desarrollo económico que nos permite la cultura: en Europa, hace ya algunas décadas se dieron cuenta de ello y, buena parte de su economía se mueve por el turismo cultural.
Entonces, ¿la cultura y los proyectos culturales sí son rentables?
En épocas anteriores las concepciones excesivamente economicistas del desarrollo no consideraban a la cultura como un factor con impacto en los procesos de desarrollo, pues se concentraban más en los sectores clásicos del crecimiento económico. Ni conocían ni se preocupaban por conocer el aporte de la cultura a las economías nacionales. Hoy, la cultura se ha convertido en un factor de desarrollo en muchos países, a partir de la creación, producción y difusión de bienes culturales; ello ha llevado al aumento de las empresas e industrias culturales. A esto se suman los avances en la percepción del valor del sector de los servicios y los intangibles (fiestas, tradiciones, costumbres…).
¿Qué ventajas tiene una organización que cuenta con gestores culturales?
Estos profesionales son necesarios para gestionar el ingente patrimonio nacional que poseemos y; con ello, traer un desarrollo holístico a la sociedad actual. Esto debido a que el egresado de Historia y Gestión Cultural no es solo un historiador con un conocimiento del pasado y una formación en la investigación; sino que particularmente es un profesional capacitado para administrar el mundo de la cultura, pasando por los diferentes escenarios que esta propone, desde el turismo cultural hasta la gestión de los museos.