En el “Semana” del 24 de junio del año pasado prometí escribir sobre “La vuelta al mundo en la Numancia” del novelista español Benito Pérez Galdós (1843-1920). En ella se relata el desarrollo y circunstancias de la guerra que sostuvo España contra Perú y Chile en 1866, y que concluyó con el famoso combate del […]
Por Manuel Prendes Guardiola. 06 mayo, 2013.En el “Semana” del 24 de junio del año pasado prometí escribir sobre “La vuelta al mundo en la Numancia” del novelista español Benito Pérez Galdós (1843-1920). En ella se relata el desarrollo y circunstancias de la guerra que sostuvo España contra Perú y Chile en 1866, y que concluyó con el famoso combate del Callao.
Esta interesante narración ocupa el volumen 48 de la serie de “Episodios nacionales”, en que Galdós aspiraba a recrear la historia de España a lo largo del siglo XIX. Sigue las andanzas de Diego Ansúrez, un veterano marinero que, tras enviudar en trágicas circunstancias, vuelca todo su afecto en su hija Marina, a quien llama cariñosamente “Mara”. Sin embargo, Mara se enamora de un apuesto marino peruano, el aventurero y poeta Belisario, y juntos huyen al Perú. Pero el acongojado Ansúrez tiene también la oportunidad de embarcarse a nuestro país a bordo de la fragata “Numancia”, primer buque acorazado con que contó la marina española y que zarpa hacia el Pacífico para reforzar la flotilla que se encontraba en el Callao sustentando, en medio de un ambiente cada vez más tenso, las reclamaciones del gobierno de Madrid.
El conflicto entre España y sus antiguas colonias, referencia vaga en los primeros capítulos, pasa a primer plano una vez superado, en una arriesgada travesía, el estrecho de Magallanes. Diego Ansúrez busca a su hija en Lima, sin éxito puesto que ha partido al Cusco con su esposo: en esta narración se integran vivas descripciones de la ciudad de Lima y las costumbres de sus habitantes, solo en parte percibidas como exóticas puesto que muchos de sus aspectos evocan de continuo la patria de origen de los marineros. Sin embargo, es patente el ambiente de hostilidad hacia ellos, así como la difícil situación que vive la colonia hispana en el Perú.
Paralelamente, la Historia sigue su curso: la prepotencia de la diplomacia española, decidida a demostrar su fuerza en el extranjero, sirve como excusa para la el derrocamiento del presidente Pezet. La subsiguiente declaración de guerra pone a la flota española en una situación de extrema dificultad, a miles de millas de su base más cercana y empeñada en bloquear otros varios miles de millas de litoral tras la alianza entre Chile y Perú. La pérdida de la goleta “Covadonga” en manos de los chilenos provoca el suicidio del almirante Pareja, y marca tanto el punto más bajo de la moral española como el paso a primer plano del comandante de la “Numancia”, principal héroe histórico de la novela. Casto Méndez Núñez reagrupa fuerzas y toma la iniciativa: ante la imposibilidad de obligar a los aliados a un combate abierto, bombardea el puerto de Valparaíso y, como trágico “fin de fiesta”, presenta combate a las baterías del Callao en la fecha del 2 de mayo (fiesta nacional de España en aquellos tiempos).
Reparadas las averías, queda luego el largo regreso. Las naves en peor estado ponen proa al Atlántico, pero la “Numancia” surca el Pacífico en una travesía que, a causa del escorbuto, resultará aún más mortífera que la artillería peruana. La feliz escala en Tahití termina con las penalidades de la marinería española; la sencilla vida de los isleños se contrapone a las complicaciones de la sociedad del Viejo continente, ridículamente reflejada en la casa real tahitiana que se va “europeizando” bajo la influencia de los colonizadores franceses. Luego el Índico y nuevamente el Atlántico: la “Numancia”, primer buque acorazado que circunnavegó el globo, arriba finalmente al puerto de Cádiz donde es recibido triunfalmente y las desdichas de Ansúrez encuentran un inesperado final feliz.
Como cabría esperar, Pérez Galdós asume en su relato la perspectiva española, pero lo hace con ecuanimidad. La carga crítica de la novela recae principalmente sobre la irresponsable política belicista de España; en cuanto a las turbulencias de la república peruana, se ven como una manifestación más del tronco común hispano (la historia española del XIX fue también una larga sucesión de cuartelazos). Galdós escribe “La vuelta al mundo en la Numancia” en 1906, época de madurez en que le interesaba más la fraternidad universal que la grandeza de la patria. Entre esta historia de luchas, en el fondo fratricidas, se trasluce una visión de Hispanoamérica como una “España nueva” y llena de futuro frente a la vieja nación europea. Un ideal hoy día dividido entre los muchos vínculos de unión que nos ha facilitado la modernidad, y las voces que lo callan o repudian.