El Dr. Víctor Velezmoro Montes, profesor de la Licenciatura de Historia y Gestión cultural, señala tres aspectos que no deben faltar en el discurso presidencial y enuncia los retos que tienen el gobierno regional y el central.
Por Elena Belletich Ruiz. 26 julio, 2013.A pocos días del mensaje presidencial, las expectativas crecen. El doctor Víctor Velezmoro Montes, profesor de Políticas culturales en la Licenciatura de Historia y Gestión cultural de la Universidad de Piura, señala tres aspectos que no deben faltar en el discurso presidencial y enuncia los retos que tienen el gobierno regional y el central.
Velezmoro Montes espera que el discurso de este año no sea una tediosa enumeración de acciones realizadas, como la del mensaje del 2012 “cuando fuimos apabullados con programas, cifras y datos cuantitativos”. Indica que este año se deberían abordar tres aspectos fundamentales para el contexto y la situación actual: la consolidación de la institucionalidad democrática de nuestro país, la definición (por fin) de una estrategia de gestión de nuestro desarrollo para el futuro y en la necesidad de mayor seguridad hacia el interior de nuestro país.
El profesor de la Facultad de Humanidades, doctor en Historia del Arte, anota que hace falta trabajar por la consolidación de la institucionalidad democrática “especialmente, respecto a las bases del buen gobierno (una visión más ejecutiva y menos política del Ejecutivo, en todos los niveles nacional, regional y especialmente local); y pedir al Congreso que haga un mea culpa y retome con mayores bríos su rol”.
Gestión del desarrollo y seguridad
Por otra parte, el doctor Velezmoro dijo que se necesita “una estrategia de gestión de desarrollo futuro: no solo para proyectar seguridad para las inversiones sino para plantear esquemas más modernos de desarrollo y gestión con mayor oportunidad para la participación ciudadana. Hace falta un Estado menos benefactor (con menos programas sociales) y más emprendedor”, sostuvo.
Indicó también, que un tercer aspecto de relevancia es el referido a la seguridad en el interior del país. Planteó la necesidad de que haya políticas interministeriales (más que programas) “que fomenten dinámicas de prevención contra actos delictivos, pero también contra acciones violentistas en el seno de la sociedad como las de los barristas, constructoras que dañan el patrimonio, etc.”. Anotó que las políticas deben ir acompañadas de acciones que fortalezcan los lazos de civismo entre los ciudadanos.
Promoción de la educación y cultura
Por otra parte, el historiador mostró su preocupación por el escaso interés de las mayorías en cuanto a la promoción de la educación y cultura. Son aspectos, dijo, que el Estado debería introducir y promover, no por obligación sino por necesidad. Dijo que si bien el Ministerio de Cultura tiene los lineamientos de Política Cultural, hace falta insertar la Cultura como un componente paralelo a la Educación, por su capacidad para desarrollarse en ámbitos fuera del aula y mucho más que los del Patrimonio”.
Explicó que la ausencia de civismo en la población, llama a una Estrategia Nacional en Cultura, “con una estrategia municipal, regional y nacional de fomento de la cultura, no solo como patrimonio (aunque también) sino, principalmente, como quehacer diario (la cultura como expresiones de una sociedad). Estaríamos dando oportunidad a la sociedad a reutilizar mejor su tiempo libre”, detalló.
Como ejemplo, mencionó el éxito alcanzado por la Municipalidad de Lima al institucionalizar el Programa Cultura Viva en la ciudad. “Con él ha logrado dinamizar la cultura como un agente lúdico que integra a la sociedad, generando nuevos centros de reunión y de creatividad (parques municipales especialmente); en contraste, Piura mantiene en el olvido su infraestructura cultural (teatro, museo y pinacoteca municipales), los espacios públicos (los parques: infantil y Kurt Beer) y otros en los que podría y deberá intervenir como principal agente cultural de la ciudad”.
El Gobierno debe arriesgar y ser creativo
En cuanto a los retos a mediano plazo, tanto para el gobierno regional como el central, Velezmoro reconoció que el gobierno del presidente Humala realiza un manejo “un tanto responsable de la economía nacional, pero falto de ideas y tiene un poco de miedo a arriesgar, quizá por la serie de compromisos políticos adquiridos para llegar al poder, los cuales, si bien en el último año se han ido rompiendo, son tan importantes para su estabilidad (y la del país) que dudo mucho que intente hacer grandes cambios”.
Sin embargo, sostiene que existen aún varios retos para el desarrollo nacional y regional. “Por ejemplo, pienso en la ventaja que significa la carretera interoceánica y que no sabemos aprovechar; en las barreras que somos incapaces de superar para hacer de Aypate un producto turístico nacional; en la riqueza creativa de los pueblos artesanos que, por falta de carreteras, infraestructura o simplemente una visión más comunitaria y socialmente responsable por parte del aparato público, siguen perdiendo oportunidades de acceso al mercado.
Es cierto que hay que fomentar la dinámica empresarial privada, pero el Estado (nacional, regional o local) es el aliado indiscutible y el responsable de viabilizar estos emprendimientos. Esta es la principal tarea, la que debemos poner en marcha”, puntualizó.