Pluralidad, objetividad, exactitud y verdad son las características que deben distinguir a la información política de la propaganda, coincidieron en señalar los expositores del panel.
Por Elena Belletich Ruiz. 10 octubre, 2013.Pluralidad, objetividad, exactitud y verdad son las características que deben distinguir a la información política de la propaganda, coincidieron en señalar los expositores del panel Información y propaganda política: ¿independencia o esclavitud?, desarrollado en la Universidad de Piura. Más de 50 periodistas y comunicadores de distintas instituciones asistieron a esta actividad académica.
Diana Seminario, editora de la sección Política del diario El Comercio, mostró, con ejemplos, cómo algunas veces se confunde la información política con la propaganda. Explicó que la primera se caracteriza porque “informa a todos de todo y no se niega a nadie el derecho a expresarse. Si un medio apoya determinada candidatura, que coincide con los valores y principios editoriales que defiende, no debe excluir información de otros candidatos ni a minusvalorar sus argumentos y posiciones”. Indicó también que es la pluralidad la que evitará que se caiga en la tentación de la propaganda. “Los medios, incluida la Internet, tienen el derecho de apostar por una propuesta determinada pero evitando la exclusión de otras; sino, se caería en la propaganda política”, reiteró.
“Los periodistas no estamos blindados”
Por su parte, la doctora Rosa Zeta, profesora de la Facultad de comunicación de la UDEP, coincidió con Seminario Marón señalando que existe la tentación de hacer propaganda. “Los profesionales de la información no estamos blindados, pero la información que demos debe ser completa e imparcial”.
Zeta de Pozo indicó que se suele decir que en la comunicación política hay una ‘seudocomunicación’ porque no se hace la información política que se debe y esto es responsabilidad de periodistas y políticos. “Los políticos deben dejar de pensar que los medios solo deben informar lo que les es favorable… Esta es una concepción errónea, pues quienes informan deben fiscalizar toda la actuación de los políticos en la sociedad y estos deben agradecer esta labor. Hay que tratar de cambiar el chip a los políticos, ellos deben ser conscientes de que son personas públicas elegidas para realizar determinada función en la sociedad, para que esta mejore. La intención del periodista no es dañar la imagen de los políticos”.
La docente recalcó que la es muy importante que los periodistas cumplan esta labor de evaluación, valoración responsable e independiente de la actuación política, basada en hechos y en la verdad. Así, dijo, “los políticos tienen la oportunidad de rectificar si están por un camino equivocado y de llegar a ser coherentes y transparentes”.
Americanización de la política
En su intervención el doctor Carlos Hakansson, docente de la Facultad de Derecho, analizó las características de la política en el Perú e indicó que lo que se viene dando, es una americanización de la política, aunque esta tome forma peculiar en cada país o se ‘criollice’. Como parte de este proceso se utilizan las herramientas de la mercadotecnia política (encuestas, redes sociales que en el Perú, publicidad política) que –según refirió– se han convertido en elementos centrales de las estrategias de comunicación de las campañas políticas de América Latina.
Destacó el papel de las encuestas electorales que es decisivo y “hace que los medios se concentren en los que encabezan las encuestas y se olviden de los demás candidatos. Inclusive se da el ‘ninguneo total’ que hace que los medios, después de las encuestas, solo se dediquen a informar sobre los 5 candidatos que están primeros en las encuestas”. Señaló también como características de esta americanización: los debates de candidatos, la personalización de la política, la preeminencia del candidato sobre el partido, el uso progresivo e la televisión y la descalificación del opositor por encima de las ideas, en el marco de las campañas políticas”.
Llamó la atención sobre la carencia de partidos y de proselitismo político así como de la necesidad de fomentar el voto facultativo para la formalización de los partidos. Sostuvo: “La americanización no se consolida porque no hay partidos políticos de verdad, lo que hay son grupos de interés alrededor de líderes carismáticos de ocasión”, enfatizó.
“El periodista debe hacer propaganda política”
El licenciado Tomás Atarama, en su presentación: El rol del periodista y límites entre la información y la propaganda, esbozó la tesis: “en una verdadera sociedad es el deber de un periodista hacer propaganda política”. Tomó como fundamento el origen etimológico de ‘propaganda’ que proviene del latín propagar que significa “informar lo que debe ser propagado”. En ese sentido indicó que la propaganda es la consecuencia natural de la difusión de un bien honesto y lo distinguió de lo que se llama propaganda en las campañas electorales. “Esto es en realidad marketing político que viene con el proceso de americanización, donde se utilizan las técnicas persuasivas del marketing para que los candidatos puedan ganar votos. Con este no se discuten ideas políticas, solo se apunta a volver la imagen del candidato en la de un personaje carismático capaz de ganar votos”.
En cuanto a la información, sostuvo que esta debe procurar el diálogo y pluralidad de propuestas políticas, sobre temas realmente importantes. El periodista y medio deben elevar el nivel de discusión por encima de lo emotivo y elevar el voto emotivo al nivel de voto racional”. Recordó que la información sirve a la verdad y, por tanto, está basada en los principios de
autenticidad y objetividad. Finalizó diciendo: “Es deber del periodista hacer propaganda política de estos valores: defensa de los derechos humanos, justicia y la paz para el desarrollo correcto de la sociedad”.