Diana Guerra Chirinos, ex directora general de promoción y difusión cultural del Instituto Nacional de Cultura y ex jefa de Promoción Cultural de PromPerú, habla sobre el rol de los gestores culturales.
Por Kattia Cañola. 28 octubre, 2013.“El gestor cultural debe demostrar que su papel dentro del campo profesional es el de transformación, de impacto real en la vida de la gente”. Así de clara es la docente Diana Guerra Chirinos cuando trata de definir el rol de esa especialidad que -a su juicio- muchas veces se ve reducida a una mera actividad.
La exdirectora general de promoción y difusión cultural del Instituto Nacional de Cultura del Instituto Nacional de Cultura y exjefa de Promoción Cultural de PromPerú estuvo en la UDEP, invitada por la Licenciatura de Historia y Gestión Cultural de la Facultad de Humanidades, para dar charlas a alumnos y egresados sobre la Gestión Cultural: una carrera de vanguardia.
En uno de los encuentros, afirmó que el gestor cultural debe tener una visión interdisciplinaria, global y a la vez localista. “Se requiere de una persona que sea capaz de conducir procesos, de hacer cambios en la sociedad; no quedarse en el simple hecho de organizar un evento, sino en hacer cosas trascendentes. Por ello, el gestor cultural debe aprender a diseñar proyectos culturales y para ello necesita de una formación que solo se brinda en la universidad”, expresó la especialista.
Asimismo, señala, uno de los retos al que se enfrenta el gestor cultural es hacer que se comprenda su labor, porque esta profesión tiene un nombre, un método, un proceso de conocimiento y de ejecución en la práctica. No debemos permitir que minimicen nuestro trabajo”, puntualizó.
De igual forma, agregó, el gestor cultural tiene un amplísimo campo laboral tanto en el ámbito público como en el privado. “Desde el estado hasta el sector privado hay una preocupación por atender la demanda cultural de la sociedad.