En ‘La República’, libro III, Platón nos habla de la educación de los custodios del estado, los guerreros, y dice que estos debían formarse con tres disciplinas: Música, para cultivar el alma; la Gimnasia para el cuerpo; y la Filosofía, para el carácter “dulce con sus amigos y conocidos”. Para él, la música era alimento […]

Por Jaime Millás Mur. 15 octubre, 2013.

En ‘La República’, libro III, Platón nos habla de la educación de los custodios del estado, los guerreros, y dice que estos debían formarse con tres disciplinas: Música, para cultivar el alma; la Gimnasia para el cuerpo; y la Filosofía, para el carácter “dulce con sus amigos y conocidos”. Para él, la música era alimento de la virtud.

Los griegos consideraban a la música una actividad de función social ligada a todas las prácticas de su vida y se tomaba en cuenta en la formación moral de los ciudadanos; porque –según los griegos– ella influía, en la emotividad del ser humano y en su moralidad. Tanto Platón como Aristóteles consideraban necesaria la música para disciplinar la mente, por lo que cierto tipo de melodías eran más adecuadas que otras para producir sentimientos de armonía, orden y bondad.

Trabajo en la Universidad de Piura desde hace más de 11 años y debo decir que me siento más que afortunado de ser testigo, entre otras muchas actividades que se dan en nuestra casa de estudios, del ensayo diario, continuo y constante del Coro de la Universidad de Piura y de presenciar sus extraordinarias presentaciones en diversos conciertos, y ni qué decir de cuando participan de celebraciones internas.

El Coro está dirigido, desde el año 1992, por el pianista, compositor, arreglista, director de coro y orquesta, maestro Arturo Hernández Chávez; y ya cuenta con dos producciones discográficas: La Cátedra de Belén y Polifonías de lo nuestro. Ha ofrecido más de 500 presentaciones en distintas ciudades: en Piura, Paita, Sullana, Lima, Cuzco, Arequipa, Machala, Guayaquil, entre otras; y está formado por estudiantes de todas las carreras que ofrece la Universidad. A la fecha, más de mil jóvenes de distintas promociones y carreras han sido parte de este coro en los últimos 20 años.

Los estudiantes más destacados son admitidos en la agrupación y se perfeccionan a través de ensayos diarios, incluyendo los sábados. Normalmente actúan entre 30 y 40 jóvenes que saben armonizar su tiempo de clases y estudio con los ensayos. Esta es una de las virtudes dignas de resaltar en sus integrantes.

Como profesor de inglés de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Centro de Idiomas, he tenido como alumnos a varios coreutas y puedo decir, con conocimiento de causa, que efectivamente ellos demuestran no solo orden, disciplina y una gran responsabilidad para con sus deberes de alumnos universitarios, sino que también tienen una personalidad que denota felicidad al cantar, emotividad al interpretar las diversas melodías y una gran pasión por demostrar su talento para el canto y su dedicación para lograr lo que se proponen.

Cuando se ha tenido la oportunidad de conocer otros países, especialmente desarrollados, como Inglaterra o EE.UU., se puede comprobar que la música en cualquiera de sus formas o expresiones, tiene una gran importancia en los colegios y universidades de esos países. A los alumnos que demuestran tener talento musical se les animan a superarse a través de becas de estudio. Tanta es la difusión que esta expresión de arte tiene, que en calles, parques, buses, trenes, subterráneos y en cualquier lugar  que uno se imagine, puede encontrarse con diversas personas que, solas o en grupo, cantan, bailan, e interpretan diversos instrumentos, con una gran calidad.

Motivemos a nuestros hijos y a los estudiantes de colegios y universidades para que sean parte de este maravilloso lenguaje del alma que les permitirá expresarse plenamente y templar el alma. La música es y será siempre una fuente inagotable de inspiración, dedicación y superación.
musica lenguaje alma

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