Constitucionalistas señalan que en la teoría la propuesta es adecuada, pero en la práctica es difícil porque partidos políticos están en crisis.
Por Aldo Chávez. 03 diciembre, 2013.La aprobación del proyecto de ley por parte de la Comisión de Constitución del Congreso de la República que plantea el retorno al sistema de bicameralidad que se tenía antes del autogolpe de Alberto Fujimori en 1992, ha generado diversas opiniones de expertos quienes consideran difícil que esta iniciativa mejore el parlamento, pues requiere de condiciones que no están dadas.
Para el constitucionalista y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura, Luis Castillo Córdova, la discusión es de forma y fondo; es decir plantear la mejor manera de organizar el parlamento para lograr la representatividad, que en el ejercicio a veces no existe.
“Con la bicameralidad las regiones se organizan, el debate es más amplio y hace útil lo propuesto, sirve para elegir mejor las altas magistraturas. La cuestión es que en la teoría la doble cámara sirve, pero en la práctica es difícil”, explicó.
En ese sentido, Luis Castillo dijo que de acuerdo a nuestra realidad la propuesta no funcionará porque no tenemos partidos políticos consolidados, no hay cultura democrática en la población para votar o formar opinión pública y no hay cuadros idóneos para ocupar puestos en el senado.
“Con el actual escenario el senado puede ser la réplica del actual parlamento con todas sus deficiencias éticas y de organización. Tomado por la mayoría política, sometido al ejecutivo y estar sojuzgado. Entonces si no hay cuidado, tendríamos lo malo que tenemos hoy, duplicado en gastos, en escándalos y deficiencias”, aseveró.
Partidos en crisis
Por su parte, el analista político y constitucionalista, Carlos Hakansson, comentó que si bien el Perú necesita una reforma política, primero se debe educar a la población y hacerle entender que no se trata de un gasto sino de conseguir un Congreso eficiente.
“El problema es que el actual Parlamento actúa como una Cámara de Diputados y no como un Senado, pues si bien los congresistas representan a las regiones en la práctica el debate regional está ausente y la manera de recuperarlo es con un senado donde las regiones estén representados por igual”, señaló.
Sin embargo, indicó que el principal obstáculo para concretar la propuesta es la crisis de los partidos políticos que no están fortalecidos, no tienen democracia interna y las elecciones son mediáticas; tal es así que puede llegar a ser presidente un candidato sin equipo y sin cuadros para gobernar, es decir sin nada.
No renunciar
Luis Castillo recordó que la sociedad está de cansada de los fracasos del parlamento y si bien la realidad política es complicada no se debe renunciar a empezar esta reforma, pues la iniciativa de retornar a la bicameralidad en sí misma es positiva.
“Si no tenemos partidos serios con verdaderas prácticas democráticas la cámara de senadores será un fracaso. Un senado, o levanta al parlamento o lo termina de hundir, probablemente ocurra lo segundo si no trabajamos las condiciones para hacer efectiva la propuesta”, alertó.
Por ello, el constitucionalista sostuvo que es un reto de esta generación hacer realidad la bicameralidad y sobre todo de mantenerla. Refirió que países vecinos la tienen (doble cámara), pero es una cuestión de forma y ello requiere un trabajo de largo plazo porque en los últimos diez años no se trabajó bien en ese aspecto.
“Los partidos están cada vez más hundidos en sus escándalos y miserias de sus problemas éticos y desorganizaciones. Un Parlamento resulta cuando partidos políticos serios y jefes con perspectiva de Estado se lo han echado al hombro con disciplina parlamentaria. Ahora sólo se pide tener 35 años para ser senador, por ello las exigencias deben ser razonables, no llegando a la discriminación, en relación a la idoneidad de quienes pueden representarnos”, detalló.
Castillo Córdova enfatizó que necesitamos una clase política que nos saque del subdesarrollo político y moral, y para ello hay que dar pasos decididos de recuperación; ya que ahora sólo vemos líderes políticos circunstanciales con miras individualistas que han perdido la perspectiva de Estado. “El problema es que quienes ingresan al parlamento no cuenten con el perfil”, finalizó.