“Más allá de ese ojo de buey, que daba al jardín y que opacaba el rubor encendido de algunas flores, y al que enseguida aprendieron a no dar importancia, a él le consolaba su cercanía a la oficina y a ella parecía serle suficiente con eso…. En poco tiempo Jonás y Casandra se resignaron a […]
Por Elena Belletich Ruiz. 30 abril, 2013.“Más allá de ese ojo de buey, que daba al jardín y que opacaba el rubor encendido de algunas flores, y al que enseguida aprendieron a no dar importancia, a él le consolaba su cercanía a la oficina y a ella parecía serle suficiente con eso…. En poco tiempo Jonás y Casandra se resignaron a vivir en aquella casa excesiva, diseñada por un arquitecto al que le sobraba papel para un dueño resueltamente claustrofóbico”. (Extractos del cuento ‘La Casa escondida’)
El viernes, 26 de abril fue presentado en Piura el libro “La casa escondida” de Crisanto Pérez Esain, filólogo, literato, crítico literario y docente de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Piura. Su obra no solo nace con un enigmático título sino que encierra cuentos premiados y finalistas de importantes concursos internacionales; uno de ellos es el que da el título a la publicación.
El cuento La Casa escondida, ganador del concurso internacional Ciudad de Zaragoza, “hace referencia a todas aquellas cosas que no podemos conocer de las personas, incluso de las que más amamos y con quienes nos sentimos más identificados o conectados. Es un cuento ambientado en San Miguel, mi versión personal de Piura, en un periodo de lluvias”, comenta el autor.
El literato y profesor universitario, Manuel Prendes Guardiola, ha dicho de la nueva publicación: “Detrás de La casa escondida se esconden secretos y sorpresas para el lector. También para una comunidad de personajes que tienen más historia de la que prometen. …. En la vida de la mujer solitaria se revela el poso amargo del desamor, o las grandes pasiones que resisten el ritmo lento de los años. La larva de la locura anida en el provocador desorden de un rompecabezas o en la ingenuidad del vagabundo; el horror, en jardines públicos o privados, aparentemente anodinos”.
Y continúa: “Habrá también lugar para el encuentro inesperado, la ilusión y las nuevas oportunidades, por ejemplo mediante el escape del cine o del viaje. Un hombre o decenas de ellos asumen identidades postizas que, de pequeñas mentiras piadosas, pasan a levantar mundos –mejores– con vida propia. En definitiva, este libro reúne historias de seres que se salvan porque entregan, en secreto, su vida a los demás, frente a otras de secretos egoísmos que malogran lo que pretendieron salvar”.
Fuentes de inspiración
Crisanto Pérez Esain mira con optimismo el mundo moderno y cree que aún hay fuentes de inspiración para la literatura. “La vida sigue siendo la misma desde los tiempos de Homero, de Sófocles, del Popol Vuh, hasta ahora. Todos vivimos, aprendemos, luchamos en la vida, ganamos o perdemos, amamos, intentamos hacer lo mejor posible las cosas y a veces nos equivocamos. Siempre ha sido así y así seguirá siendo. La vida cotidiana es tan emocionante ahora como en la época de los chimúes o de los griegos; más emocionante si cabe, porque es la nuestra”, expresa.
El libro, publicado por la editorial limeña Casatomada, consta de once cuentos de variada extensión, aunque casi todos oscilan entre las 10 y las 20 páginas. “En su mayoría están ambientados en San Miguel, versión personal y libre de Piura, y sus alrededores, pero no son cuentos costumbristas. Eso es mejor dejarlo para quienes han nacido acá y dominan mejor el complejo mundo de las costumbres piuranas”, señala el escritor peruano-español.
Sus cuentos poseen una prosa fluida, entendible, y ciertos valores simbólicos, de modo que ofrecen diversos niveles de interpretación, tal y como lo pretende el autor.
De lo familiar a lo terrorífico
Pérez Esáin ha recopilado en este libro sus cuentos escritos entre el 2006 y el 2009; un par de ellos premiados como la Casa Escondida; y Árboles enanos, ganador del concurso internacional Ciudad de Tudela. Otros han sido finalistas en prestigiosos premios, como el Juan Rulfo que organiza Radio Francia Internacional en París todos los años, el premio bienal de Cuentos Copé, que organiza Petroperú, el Concurso La Felguera, el Max Aub (ambos en España y también de carácter internacional) y algunos más.
“Publicar es para mí muy importante, pues espero que el posible diálogo con los lectores me sirva de estímulo, de acicate para seguir haciéndolo”, comenta Pérez. En su libro ha incluido temáticas variadas: “historias familiares, como ‘La casa escondida’ o ‘Theatrum mundi’; aventuras personales ‘Una brizna de nada’; cuentos cuya clave es una búsqueda ‘Sin noticias de Carriego’ (que es de los que más me gustan); cuentos de misterio, como ‘Árboles enanos’; de terror, como ‘El pacazo’; cuentos en los que el protagonista no sabe muy bien qué es lo que está ocurriendo y comunica su perplejidad al lector, al que le ofrece una interpretación de los hechos como si fuera un rompecabezas a medio terminar, como en ‘Un rompecabezas de cinco mil piezas’; cuentos en los que un niño descubre que el mundo no gira a su alrededor y alcanza así algo parecido a la madurez, como ‘El loco cativo’, u otros históricos, ubicados en la época de la colonia, en los que se comprueba que ya desde entonces el chisme y los rumores eran tan propios de estas tierras”.
Tradicionales y modernos
Quizá los más leídos en la historia hayan sido, son, los cuentos clásicos infantiles como La Bella durmiente, El Patito Feo, el Soldadito de Plomo, Cenicienta o los de Hans Christian Andersen o de los Hermanos Grimm, pero también la literatura moderna se abre paso. “El tiempo es el mejor filtro para saber qué pasará con los cuentos que se escriben ahora. Hay cuentos peruanos contemporáneos que ya son un clásico escolar. ¿Quién no ha leído acá en el colegio “Los gallinazos sin plumas” o “El niño junto al cielo”? Me imagino que con el tiempo los cuentos contemporáneos irán apareciendo en más y más antologías y poco a poco se irán instaurando en el recuerdo permanente de sus lectores”, comenta el autor de La casa escondida”.
Explica que si bien la fantasía o el grado de imaginación no son iguales a las de antaño, estas existen, se han transformado. “Actualmente hay una pujante literatura infantil que complementa a los clásicos de siempre, y se siguen publicando libros, siguen habiendo y habrá escritores, centrados cada vez más en contar una buena historia. Lo que hay que seguir haciendo es comprar libros, leerlos en casa, enriquecer las bibliotecas familiares”.
Pérez Esáin se da un tiempo para, como padre, dar un consejo a padres y educadores: “Es importante que los niños vean libros en sus casas, que sus padres, tíos o hermanos mayores lean más allá de lo que exigen las obligaciones escolares o universitarias. Si bien nos encontramos en una cultura cada vez más audiovisual, también es cierto que los guionistas de cine y televisión usan como fuentes para sus películas y series clásicos de la literatura. El interés por las buenas historias está ahí, basta con que alguien compruebe que la versión que uno tiene de una obra que lee, la crea con su imaginación y siempre será mejor que la de la tele, donde solo se cuenta con los efectos especiales”.