Dentro del sistema vial, tan igual como el comportamiento de las personas (conductores, peatones) y las características del camino (infraestructura, señales, semáforos), el buen estado del vehículo es un elemento fundamental para garantizar la seguridad vial. En países desarrollados, la estadística indica que en los últimos años, la participación del vehículo en la generación de […]
Por Jorge Timaná. 18 julio, 2014.Dentro del sistema vial, tan igual como el comportamiento de las personas (conductores, peatones) y las características del camino (infraestructura, señales, semáforos), el buen estado del vehículo es un elemento fundamental para garantizar la seguridad vial.
En países desarrollados, la estadística indica que en los últimos años, la participación del vehículo en la generación de accidentes se ha reducido (1). El desarrollo tecnológico en la fabricación de vehículos, que incluye sistemas antibloqueo de frenos, mejoras en sistemas de cinturón, airbag y respaldos de la cabeza, entre otros elementos, ha contribuido para que los vehículos modernos sean más seguros y nos brinden mejores posibilidades de reacción o protección ante eventos inesperados. Ahora se estudia al detalle hasta la influencia del color del vehículo en la generación de accidentes. Recientes estudios realizados en Australia por ejemplo, indican que los vehículos de color blanco son los más visibles, seguidos de aquellos de color beige, amarillo y crema. En el otro extremo, con mayor probabilidad de accidentes, están los de color marrón, negro o verde oscuro, riesgo que podría reducirse con el uso de luces durante la circulación diurna (2).
En nuestro país, la realidad es distinta y todavía debemos resolver problemas primarios. Si bien es cierto se ha producido una renovación importante del parque automotor y las normas de revisión técnica obligan a tener más cuidado en el mantenimiento de los vehículos, persisten problemas básicos relacionados con la conservación de los vehículos y las normas, a veces, no son claras al respecto. La normativa permite, por ejemplo, la conversión de la estructura original de un camión para soportar más peso. Permitir esta conversión lo considero un problema grave, aun cuando la norma indique los procedimientos y limitaciones para realizar estos cambios.
Otro problema es la falta de luces direccionales en muchos vehículos que circulan en las calles de nuestra ciudad. En Piura, es impresionante la cantidad de vehículos menores que circulan incluso sin luces de emergencia. El reglamento permite el uso de señales con la mano y de esto se abusa indiscriminadamente: Ya sea para detenerse, para girar en U, para girar a la izquierda desde la derecha y otras acciones temerarias, mostrar la mano en el último instante se considera un acto seguro, subestimándose el uso adecuado de las luces direccionales.
Por otro lado, si bien el uso del cinturón de seguridad se ha incrementado en los últimos años, algunos vehículos los llevan malogrados, sólo para disimular su uso ante el control policial y otros, ni siquiera los tienen. Es bueno recordar que el uso del cinturón es tan importante para los ocupantes de la parte delantera como para aquellos que van en la parte posterior del vehículo.
Estos son solo ejemplos sencillos que demuestran lo lejos que aún estamos de lograr un nivel de calidad adecuado en la conservación de los vehículos, necesario para contribuir con la seguridad de todos los que usamos el sistema vial.
(1) Frank Navin, Phd., D.Sc., P. Eng. Professor Emeritus Civil Engineering UBC, Vancouver Canada, 2012.
(2) Centro de Investigación de Accidentes de la Universidad de Monash (MUARC), Melbourne, Australia, 2014.