El decano de la Facultad de Humanidades, Víctor Velezmoro, describe los monumentos más valiosos de la ciudad y cómo ha cambiado el entorno desde el siglo XIX.
Por Fabiola Bereche. 31 julio, 2014.Cuando una ciudad crece de forma ordenada mantiene su identidad, señala Víctor Velezmoro, especialista en Historia del Arte de la UDEP. “En el plano de Baltasar Jaime Martínez Compañón de Piura en 1785 la ciudad ya tenía su identidad, con calles estrechas para que el viento corra y un espacio adecuado a la vida de la época (…). Para la década de 1950, se puede ver que se mantiene el orden y el crecimiento no destruye la identidad. Ya cuando se rompe el orden, la ciudad pierde”, señala.
Las casonas
De acuerdo a Velezmoro, más que en las artes plásticas, en el siglo XIX el arte piurano se manifiesta en los monumentos, donde destacan las casonas, como parte del perfil de la ciudad, que contiene evidencias del arte de esos años.
“En la medida en que la sociedad destruya evidencia del pasado, no habrá historia que contar (…). Las casonas son valiosas porque son parte de nuestro patrimonio y guardan un tesoro artístico”, comenta el experto.
Y detalla: “Por ejemplo, en la casa Temple Seminario, que se está destruyendo, se ven diseños con azulejos, arcos de estilo español y otros acabados que muestran un gusto por lo exquisito”.