Profesores de la UDEP y especialistas ligados al Qhapaq Ñan describieron los retos que supone el reconocimiento otorgado por la Unesco.
Por Fabiola Bereche. 01 julio, 2014.La Facultad de Humanidades organizó la semana pasada un conversatorio para analizar lo que le espera al Qhapaq Ñan o Camino Inca tras su nombramiento como Patrimonio Mundial por la Unesco.
César Astuhuamán, jefe del Proyecto Integral Aypate, explicó que las facilidades para obtener financiación para los proyectos en la zona del patrimonio suponen la consecuencia más trascendente después del título otorgado por la Unesco, ya que permitirá el desarrollo de futuros trabajos de investigación para revalorar el Camino Inca.
“Quienes trabajamos en investigación arqueológica sabemos que lo más difícil se conseguir recursos. Sin embargo, ahora, si bien la región se va a beneficiar con los recursos que reciba para trabajar proyectos, también se han generado los compromisos de proteger y conservar los monumentos de la mano con las comunidades involucradas”, comentó.
Retos
Para Víctor Velezmoro, decano de la Facultad de Humanidades, tras la declaración de un nuevo Patrimonio Mundial en el Perú, se han formado tres retos: la convivencia con el monumento, la gestión de los fondos que harán falta para conservar el bien cultural y la difusión entre los ciudadanos.
Detalló que la convivencia con el Qhapaq Ñan implica no solo a las comunidades aledañas a la ruta, sino a toda la población interesada en él; pues, en el fondo, se trata de la convivencia de la modernidad con la historia. Y apuntó que la difusión debería empezar por los escolares.
En tanto, Rodrigo Ruiz, responsable del componente sociocultural del Proyecto Qhapaq Ñan, apuntó que además del cuidado físico del bien patrimonial, mantener el reconocimiento de la Unesco exige trabajar de la mano con las comunidades que participan geográficamente del Camino Inca para mejorar su calidad de vida.
“El territorio peruano comprende unos 20,000 km. del Camino Inca, con 81 sitios arqueológicos, lo que supone un gran desafío para el Ministerio de Cultura, sobre todo, porque se trata principalmente de zonas rurales con altos índices de pobreza y de desnutrición crónica infantil (…). Entonces, es preciso seguir trabajando e ir mejorando sus condiciones en educación, salud, infraestructura, etc.”, detalló.
Por último, Diana Aguirre, profesora de Gestión Cultural de la UDEP, destacó el trabajo de la Universidad en la zona de Aypate (Piura), hoy parte del Patrimonio Mundial de Qhapaq Ñan, para que los pobladores conozcan y valoren el complejo arqueológico.